domingo, diciembre 01, 2013

TLDR: Avatar, The Last Airbender

Los más perspicaces de entre vosotros habréis notado que llevaba un tiempo sin publicar nada. Y por los más perspicaces de entre vosotros me refiero obviamente a mí, que soy el que está aquí sólo hablándole a las paredes. Me gustaría decir que tengo la excusa de haber estado preparando un vídeo, o escribiendo una novela, o haciendo algo significativo con mi vida como investigar una cura contra el cáncer o calcular la velocidad media a la que queman las estrellas del pop adolescentes. Pero no, lo cierto es que no he hecho nada de eso. Ni siquiera es que haya estado viciándome a lo bestia. No, lo que ha pasado es que estoy pasando por una etapa de cansancio infinito. De llegar a casa, ponerme una serie mientras ceno y acabar sopa. Añadamos a eso que empezaba a estar también algo agotado del ritmo de escritura, tanto en ganas como en temas de los que escribir. Pero bueno, sigo aquí. No con la periodicidad habitual pero sigo aquí hablando de lo que me da la gana. Y hoy me da la gana Avatar, the last airbender.

Después de ser un Slumdog Millonaire y el becario de la redacción de The Newsroom no puedo ver a Dev Patel como malo. Es imposible.

No, no huyáis. No me he enfrentado al esperpento que todo el mundo dice que es la película de M. Night Shyamalan de 2010, aunque reconozco que ahora me pica la curiosidad. No, hablo de la serie de animación producida por el canal estadounidense Nickelodeon entre los años 2005 y 2008. 

Creo que hay como medio personaje en todo este dibujo que no es un alivio cómico.

La serie transcurre en un mundo separado en cuatro naciones cada una atada a un elemento: Agua, Tierra, Aire y Fuego. Cada una de las naciones tiene habitantes capaces de doblegar a su voluntad el elemento correspondiente. A estas personas se las denomina "benders" o maestros en español. Pero cada maestro está limitado a controlar sólo el elemento de su nación. Salvo uno, el Avatar, que es la única persona en todo el mundo capaz de controlar todos los elementos. Un alma que va reencarnándose cada vez en un Maestro de una nación diferente, recordando parte de sus vidas pasadas, y asegurándose de mantener  el equilibrio entre las cuatro naciones.

Sin embargo, cuando la serie empieza, han pasado cien años desde la última vez que se vio al Avatar. Durante ese tiempo, la Nación del Fuego comenzó una guerra por la conquista del mundo que todavía perdura. Sus avances parecen imparables, hasta que un día un par de hermanos de la tribu del Agua, Katara y Sokka, descubren a un joven Maestro del Aire congelado en un iceberg. Aang, el Avatar desaparecido y el último Maestro del Aire vivo. 

Best character ever. Y buen cosplay (fuente: TophWei's devianart)

Y ahí es donde comienza el viaje de Aang, Katara y Sokka por liberar al mundo de la tiranía de la Nación de Fuego. Intentando enseñar a Aang el arte de dominar los tres elementos restantes y evitando ser capturados por los Maestros de Fuego, encabezados por el príncipe Zuko y su tío el general Iroh. No sé a vosotros pero a mí sólo con escuchar la sinopsis se me ponen los pelos como escarpias. 

Y es que no es para menos. Estoy muy gratamente sorprendido por esta serie. Había oído cosas muy buenas sobre ella así que me decidí a darle una oportunidad y no me arrepiento para nada. La historia, aunque a priori pueda parecer bastante simple y dirigida a los niños, es lo suficientemente profunda como para mantener la atención de un adulto. Los personajes están muy bien definidos y todos los protagonistas parecen bastante humanos, incluso los malos. Y el mundo en el que transcurren sus aventuras es bastante atrayente, incluso a pesar de beber de una inspiración claramente oriental. Oriental chino para más señas, mezclando artes marciales y filosofía a partes iguales. Como la vida misma. 

Y esa inspiración se nota también en el dibujo y los diseños de los personajes, de estética manga (sí, sé la diferencia entre Japón y China, pero es que si no no había manera de ligar los párrafos). Ojos enormes, gestos muy exagerados, ondas de aire por todas partes... lo típico vamos. Pero hecho por occidentales con ayuda de estudios de animación coreanos. Y el resultado es increíble. Vale, que yo hace mucho que no veo nada animado que no sea anime o venga de Pixar o Dreamworks y hecho por ordenador. Pero creo que estoy ante un producto de mucha calidad, a la par de producciones normales japonesas.

Por supuesto, no nos olvidemos del super saiyan nivel 3 que es obligatorio que aparezca en todo producto de esta índole...

Aún así la serie tiene algún punto flojillo. Como su público objetivo son los niños, a veces el argumento deriva a situaciones completamente absurdas y sacadas de la manga como quién saca una paloma de un sombrero. Si la paloma pesase veinte toneladas. Se hace bastante llevadero gracias al excelente sentido del humor que derrocha la serie y sólo noté el relleno en la última temporada. O eso o mis ganas de ver el final me instaban a saltarme capítulos. Os dejo decidir. También hay algún que otro personaje que a veces pierde el norte y le da por hacer alguna cosa aleatoria. Pero bueno, no es que yo pueda criticar a alguien por no ser estable, así que me parece un mal menor.

En cualquier caso, los pequeños defectos no desmerecen esta pequeña joya de la animación y recomiendo encarecidamente su visionado integro. A ser posible intentad espaciarlo un poco para que no os traguéis la serie entera en un par de semanas. Como hice yo.

TLDR: ¡¡A verla, leches!!!




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