domingo, febrero 02, 2014

TLDR: Gone Home (PC)

Sí, sí. Os tengo abandonados. Mea culpa. En mi favor diré que han sido dos meses un poco duros de curro con poco tiempo para ocio, incluso en vacaciones. También influye que esté pensando en remodelar el blog, que tenía menos personalidad que yo, y eso es llegar muy muy abajo en el pozo. En el poco tiempo que he sacado para mi ocio he estado jugando un par de cientos de horas, y mi patrón de sueño no me lo agradece, en algún que otro juego de 3DS y Skyrim (¡¡que alguien me ayude, no puedo parar de hacer quests!!) con algún parón para juegos cortos entre medias. Entre ellos, la última sensación gafapas... la última sensación indie de la temporada otoño-invierno: Gone Home.

Sólo por ver el título las gafas deberían haber aumentado de grosor un par de milímetros...

Y es que este juego tiene más premios que Titanic. Creo que no hubo ni una sola lista de los mejores juegos de 2013 que no lo incluyese entre las posiciones más altas cuando no el mejor juego directamente. Los creadores del juego, The Fullbright Company, describen el juego como un videojuego de exploración de una historia. Todo esto suena mucho a Dear Esther, y ya sabéis todos mi opinión de ese juego. Aún así, no pude evitar cogerlo en una oferta para poder decir que el juego se ha vuelto demasiado mainstream decidir por mí mismo si es tan bueno como dicen.

Gone Home cuenta la historia de Kaitlin Greenbriar, una adolescente que vuelve a casa después de un año viajando por Europa. Al llegar, no encuentra a nadie en casa salvo una nota de su hermana Samantha pidiéndole que por favor no intente averiguar lo que ha pasado. Y con esta premisa tan simple tomamos el papel de Kaitlin que, comportandose como cualquier hermana mayor digna de tal nombre haría, ignora por completo el aviso y se dedica a explorar la casa intentando averiguar qué ha pasado y dónde está todo el mundo. 
Sí, claro. Porque lo de decirle a alguien que no investigue algo ha funcionado alguna vez... Por cierto, me encanta el detalle de las notas escritas a mano y con tachones. Respect.

Las similitudes con Dear Esther son bastante grandes en cuanto al estilo de juego y creo que es necesario sacarlas a relucir cuanto antes. Al igual que pasaba con ese juego, Gone Home apenas sí se puede considerar así, como un juego. Gone Home es un juego narrativo. Pero narrativo de verdad, no como cuando los jugadores de Vampiro te dicen que les mola porque es narrativo pero luego se les ponen los ojos golosos cuando tienen que tirar 20d10 para chuparle la sangre a un humano mientras te miran de una forma misteriosa y guay. Sobre todo guay. Eso quiere decir que como en Dear Esther, nuestro control sobre la protagonista se limita a moverla en primera persona por el interior de la casa. Pero a diferencia de Dear Esther, en lugar de ir consiguiendo trozos de la historia por simplemente caminar, aquí nuestra protagonista nos irá deleitando con ella según interaccione con los objetos que encuentre, ya sea leyendo una nota o recordando alguna historia al mirar un cuadro familiar.

Y aquí es donde acaban las similitudes y empiezan las diferencias. Diferencias que hacen que Gone Home sea una experiencia mucho más placentera que la de Dear Esther. Para empezar porque Gone Home tiene una historia que quiere contar. Y se le podrían sacar muchas pegas, especialmente cuando se conoce por completo como por ejemplo que es un poco simple, pero sabe muy bien como contarla. Incluyendo pistas falsas y saber jugar con nuestras espectativas. Aunque lo único que hacemos es mirar cosas y oír la descripción, el orden en el que las vamos encontrando y la ambientación consiguen mantener nuestra atención durante las dos horas que dura nuestro tour. Especialmente esta última.

Vaya, vaya... Lo que guarda papá en una caja de cartón en el desván...

Y es que la ambientación es reina en Gone Home. La historia transcurre en el verano de 1995 y la casa está llena de referencias a la época. Algunas bastante reconocibles como las cintas VHS o los casetes, que algunos ya ni conocerán, y otras que a un espectador, porque eso es lo que somos, no estado-unidense se le escaparán por completo como las referencias a eventos de importancia local o los grupos musicales que aparecen mencionados. Pero incluso estas últimas añaden vida a la casa, hasta el punto en el que realmente podrías creerte que ahí vive una familia de verdad debido a la gran cantidad de detalles. Es una delicia pasearse por la mansión prestando atención a todo.

Técnicamente, el juego no desmerece. Los gráficos, sin ser demasiado espectaculares, cumplen su objetivo. El sonido está bien también, aunque principalmente se limita al ruido de la lluvia contra los cristales, algún rayo que otro y los típicos sonidos de una casa como el tic-toc de un reloj o la nieve en el televisor, otra referencia que muchos no comprenderán. No tiene mucho sentido hablar de jguabilidad salvo para decir que sí, efectivamente Kaitlin se mueve con cierta fluidez. Pero sin saltar o agacharse.

No me digáis que no es puro amor...

En resumen, un juego resultón que me ha gustado lo suficiente como parar recomendarlo. No diría que es el mejor juego de 2013 porque creo que en 2013 salieron juegos mucho mejores y que hacen honor a tal nombre, pero creo que merece la pena echarle un ojo, especialmente cuando esté rebajado. Además, creo que merece la pena "jugarlo" y ser el controlador de Kaitlin, para poder explorar la casa a nuestro propio ritmo, aunque no es un tipo de juego que vaya a gustar a todo el mundo.

TLDR: Merece la pena echarle un ojo. 

1 comentario:

Rodrigo Garcia Carmona dijo...

¿Un juego hipster que no es de Double Fine y lo pones bien? Tendré que jugarlo.