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domingo, junio 09, 2013

Deimar does Munich, Part Deux: Electric Boogaloo (y II)

Siguiendo con la historia de cómo Foly, MrK y yo sobrevivimos a las peores inundaciones en Alemania desde hace años.

Estoy seguro de que esa paloma también hubiera preferido estar dentro a cubierto...


Sábado por la mañana. Odio a muerte los países que no creen en la existencia de las persianas. Odio incrementado si encima está nublado y con pinta de ir a llover. Al menos no está lloviendo. Tras un frugal desayuno, esta vez esquivando por poco las salchichas, MrK nos lleva hasta el sitio donde ha reservado coche. Como ya dije, no era mi primera vez en Munich, así que el plan de fin de semana consistía en alquilar un coche y hacer visita turística por Baviera. Aquí es donde descubrimos otro fallo de MrK. Aparentemente cuando va sólo, tarda sólo 10 minutos en recorrer lo que el resto de los mortales tardamos en andar 25. MrK es un hacha.


El caso es que llegamos al sitio de alquiler de coches y empezamos a hacer los papeleos. MrK saluda en inglés y empieza a dar datos hasta que la dependienta le pregunta la dirección. La conversación fue algo así:
- Pero... pero... ¿vives en Alemania?
- Sí
- ¿Y no hablas alemán?
Cara de circunstancia de MrK. Foly y yo intentamos que no se nos notarán mucho las carcajadas. El caso es que la chica no tenía cara de muchos amigos, así que intentamos agilizar todo lo posible el tramite antes de que llamase a la policía para denunciarnos por poco alemanes o algo.

Ya motorizados, el primer punto del día era visitar Bamberg, la que dicen que es la ciudad más bonita de Alemania. Dado que un servidor es el único de los tres que conduce casi a diario, me puse detrás del volante camino a ese vergel maravilloso. Sobre conducir en Alemania se dicen muchas cosas. Casi todas ciertas. ¿Límites de velocidad? Salvo al salir de la ciudad, que estaba limitado a 80, ninguno. Al menos durante el día. Las señales que limitaban la velocidad a 120 tenían fijado que sólo se aplicaban de 2200 a 0600. Y las carreteras rectas, rectas, rectas... Y con cuatro carriles. Así que iba yo tranquilamente por el segundo carril izquierdo a algo más de 120 y la gente me pasaba a toda leche. Nada sorprendente. Salvo porque de la que estaba cayendo apenas si podía ver el coche que tenía delante y mis 120 eran más por miedo de que me viniese alguien por detrás y me diese que por querer correr con la que estaba cayendo. Mención especial a que la mayoría no tenían encendidas ni las luces de posición...

Está más lejos de lo que aparenta. El pueblo también...

Aún así, tras casi dos horas, llegamos al mencionado pueblo. Que debe ser precioso cuando el agua te deja ver algo. Aparcamos bastante lejos del centro en un parking público casi justo debajo de la iglesia. De la importante que corona el monte y desde la que se ve todo Bamberg. Especifico porque este pueblo debe tener una media de 2 iglesias por habitante. 

Igualito que la zona al lado del Manzanares...

La lluvia había amainado un poco, así que chubasquero puesto, menos MrK que opina que los paraguas y las capuchas no son cosa de hombres, salimos a explorar el pueblo. No sé si diría que es el más bonito de Alemania, y como el digo el tiempo probablemente influyo negativamente, pero es bastante bonito. El pueblo está situado a los pies de una colina y con el río Reigntz pasando justo por el centro del pueblo. Todas las casas tienen algún tipo de decoración cristiana, desde vírgenes en las paredes a cristos y demás iconografía. Además, hay un millar de iglesias y catedrales, mención especial a la que se encuentra al lado de la Residentz que no está mal. Esta y otras dos se encuentran en la ladera de la colina, justo al lado de un fortín medieval bastante mono. Por desgracia no conseguimos llegar hasta la iglesia que corona el monte.

Behold!! Random pics!!

Bajamos la colina y llegamos al ayuntamiento. Este edificio es bastante bonito, ya que lo construyeron en mitad del río y está pintado en todas sus fachadas y decorado con varias estatuas. También dimos un paseo por la isla central del río aprovechando que ya casi no llovía. Mención especial al grupo de unos 15 que estaban haciendo piragüismo por el río. Bajo la lluvia.

Para comer fuimos a una cervecería famosa del lugar cuyo nombre no recuerdo. El drama del idioma nos volvío a asaltar, aunque he de reconocer que MrK se las apañó para identificar el codillo y el pollo "relleno" (que en realidad era rebozado). Todavía tenemos serias dudas sobre qué comió él porque fue un poco a la aventura. Las cervezas del lugar, hechas allí mismo, estaban bastante bien y recomiendo probarlas. Si es que sois capaces de encontrar el sitio por mi descripción.

 Moar random pics!!

Como no podía ser de otro modo, MrK se empeñó en que nada mejor que subir a la iglesia en la cima de la colina para bajar la comida. Odio infinito. Así que nada, empezamos a subir calles hasta llegar a la dichosa iglesia, a pesar de que nos habían informado en la oficina de información que estaba cerrada. La vista no está mal, y el paseo es entretenido, pero tampoco es nada espectacular. Para bajar decidimos probar otro camino al que habíamos tomado para subir y que habría supuesto hacer una V para llegar al coche, ya que nuestro coche estaba justo debajo de la iglesia. Fue lo más entretenido de la subida, ya que el trayecto incluyo atravesar varios edificios, andar esquivando babosas (bajo pena de que MrK te catease porque por algún extraño motivo las encuentra adorables) y acabar saliendo por una puerta secreta en mitad de la calle. No creo que mucha gente use ese camino. De hecho tengo dudas de que la mayoría sepan de su existencia...

Y acabo de ahorraros 15 minutos de ascenso. ¡De nada!

Siguiente parada, Nuremberg, ciudad famosas por los juicios después de la Segunda Guerra Mundial y por ser un centro juguetero excelente. La ciudad fue bombardeada a muerte así casi todo lo que hay es reconstruido. Tras haber estado en Bamberg y sabiendo eso, nos resultó bastante falsa. No está mal, pero claramente no es lo mismo. Lo único destacable son las murallas y tampoco son nada del otro mundo. En poco más de hora y media habíamos finiquitado la excursión. Pensamos en cenar en un sitio que hacen un schnitzel increíble que MrK estaba empeñado en visitar, pero hasta él reconocido que tras haber comido a las 1600 había poca hambre a las 1900. Aún así fuimos al sitio a tomar algo y nos encontramos con una costumbre alemana: la de compartir mesa con desconocidos. Con tanta suerte que nos tocó una chica sudamericana, aunque había vivido más en Alemania que en sudamérica, y su novio griego que sabía chapurrear algo de español. Así que nada, un par de charlas sobre el Madrid y alguna que otra cosa antes de que la situación se volviese incómoda y decidiésemos que era hora de irse.

Nuremberg... es simpática...

Rumbo a Munich otra vez. Esta vez sin lluvia, o no mucha al menos, y bastante visibilidad, así que pude dar rienda suelta al Fitipaldi que llevo dentro y ponerme a 180 una vez, antes de pensar "¿qué demonios estoy haciendo?" y ponerme a unos más moderados 150-160. Aún así, la gente me pasaba a 200. Llegando a Munich se puso a llover a lo bestia otra vez, así que decidimos que estabamos hasta las narices e hicimos noche casera. Marvel vs Capcom y Corina.

El domingo fue bienvenido con una cantidad de agua increíble que no permitía ver mucho por la ventana, así que mañana en casa siendo apalizado al Marvel y hablando. Comida en un italiano en el centro, a no mucha distancia del metro para no mojarnos mucho, y luego al aeropuerto. Conduciendo MrK. Porque no soy religioso que si no hubiera puesto muchas velas ese día y me habría pasado el vuelo dando gracias al señor. 

Y así, sin pena ni gloria pero con mucha agua, es como acaba mi segunda aventura en Alemania.


jueves, junio 06, 2013

Deimar does Munich, Part Deux: Electric Boogaloo (I)

El fin de semana pasado me fui a ver a mi amigo MrK a su actual residencia en la capital bávara, Munich. Sí, el mismo fin de semana en el que han tenido que declarar la alarma por inundaciones en toda la región de Bavaria. Así que, SPOILERS, fue un fin de semana... pasado por agua.

En ocasiones veo iglesias... o ayuntamientos en este caso...

Pero iba moderadamente preparado. Todos los partes meteorológicos avisaban de lluvias, así que me lleve un chubasquero. Pero no adelantemos acontecimientos. Partí el jueves de estar en manga corta aquí en Madrid con destino al frío y a tener que sacar el abrigo del armario. Aquí he de decir que me quedé muy impresionado con la compañía Lufthansa. Una compañía seria, de las que te dan cena y bebida en el avión. Como buen español me sentí obligado a no desperdiciar nada de la comida. Incluso pese a que MrK había comprado 2.7Kg de salchichas para darnos de cenar a Foly, que venía desde Londres, y a mí. El cabreo fue monumental, aunque he de decir que subestimó mi capacidad para cenar dos veces.

Llegué al aeropuerto tras reencontrarme con MrK nos fuimos a recoger a Foly que llegaba al otro terminal del aeropuerto. Tras un poco de confusión creada por mis artes ninja yendo al baño, nos reunimos los tres y pusimos rumbo a la morada de MrK. Es la segunda vez que vengo a verle, y la primera en su nueva casa (antes vivía en una compartida entre cuatro personas y ahora en un pisito para dos). Y madre de dios, creo que el salón sólo es más grande que toda mi casa. 

Y tendríais que haber visto su habitación... para jugar un partido de futbito allí...

Viernes. MrK nos obliga a desayunar las salchichas que quedaron de la cena del día anterior. MrK quiere que nos dé un infarto. Como ya he dicho, yo ya había estado en Munich pero Foly no, así que hicimos la obligada visita. Obligada, pero de la que creo que no sabría decir el nombre de nada de lo que vimos. Principalmente porque Munich, a pesar de ser una ciudad bonita, no tiene nada demasiado impactante.

En cualquier caso estuvimos paseando toda la mañana bajo una lluvia moderada. Mojaba, pero era soportable. Incluso tras descubrir con horror que mis zapatillas no son nada impermeables. Visitamos algunas iglesias, especialmente bonita la que dicen sin ventanas; la plaza de los juzgados o algo que MrK no supo identificar pese a llevar viviendo casi dos años allí; la zona centro comercial, fácilmente identificable por la existencia de un Zara; y la plaza del ayuntamiento. Tuvimos suerte porque justo en aquel momento dieron las 12 y pudimos ver a los muñecos del reloj bailando. Para el que le interese, se supone que representa la celebración de la boda de alguien. Alguien con pasta ya que mandó que construyeran eso. Incluso lo tengo en vídeo...

Vídeo que no puedo poner porque ocupa demasiado... Pero bueno, ahí arriba tenéis la torre del ayuntamiento con el reloj y aquí os dejo la vajilla del emperador

Intentamos entrar en el biergarden (o como se escriba) HB. Segunda vez que estoy en Munich, segunda vez que no puedo sentarme. Ni la lluvia, ni el viento, ni el frío podrán impedir que un alemán se tome una cerveza un día de diario a las 1300. Como plan alternativo, y tras hacernos andar durante hora y media más, MrK nos llevó a otro sitio donde comer. Demostrándonos lo mucho que se ha adaptado a la vida en Alemania tras casi dos años, cuando el camarero nos preguntó si queríamos la carta en inglés le dijo que no... y lo lamentamos profundamente. De los veinte platos de la carta supo decir qué eran como dos. Foly y yo nos decantamos por el schnitzel, nada que ver con el quidditch, un filete empanado. MrK pidió al azar. Además luego nos confesó que nos había llevado ahí para que viésemos la decoración con conchas del patio interior y que la comida era buenísima. Que alguien me recuerde qeu tengo que llevarle a recorrer los mejores restaurantes de la Barranquilla cuando venga...

Nada más terminar de comer, nos dirigió hacia la torre de la iglesia, que se puede visitar. Otro motivo más para sustituirle el colchón por uno de clavos. Vale, estoy gordo, pero aquella escalada después de comer fue criminal. Me hubiera estado cagando en toda su distinguida familia durante toda la subida si no hubiese sido porque las salchichas del día anterior estaban echando una carrera con la cena del avión a ver quién conseguía salir antes al exterior por donde no tocaba. Y encima los alemanes que había en la cima riéndose a carcajada limpia al vernos boquear. Esta gente no me va a caer mucho mejor que los flamencos... Pero bueno, al menos la vista mereció la pena ya que se puede ver todo Munich desde la cima. 

Algún día Simba, todo esto que ves será tuyo...

Al bajar, empezó a llover en serio, o bueno... más, por lo que MrK canceló el plan  de visitar los jardines de la residencia imperial y decidimos meternos en la misma. Una preciosidad, la verdad. Pasillos largos llenos de pinturas, una sala completamente cubierta de conchas, otra cubierta de espejos con jarrones de porcelana, otra con mini retratos. Por desgracia, se acercaba la hora de cerrar y los alemanes no son muy educados a la hora de echarte. Ante la perspectiva de volver a meternos en el agua, que ya alcanzaba por encima de la suela de mis zapatillas, decidimos que por ese día ya era más que suficiente y que era hora de salvar los calzoncillos. Literalmente, la única prenda que todavía estaba seca. Al menos en su mayoría.

Cansado y mojado, sólo faltaba una humillación para mejorar el día. Aparte de la de hacerme subir a la torre quiero decir. Y llegó en forma de Marvel vs Capcom 3. MrK ya ni se molestaba en turnarse de lo sobrado que iba, y Foly es un maestro de los Street Fighter, así que yo estaba allí esperando que como estábamos jugando con equipos aleatorios me tocase uno muy muy bueno y a ellos uno muy muy malo. A veces ni por esas. 

Cuando me cansé de recibir, nos dispusimos a cenar. No, no salchichas. Quedaban, pero ya parecía excesivo. Asaltamos las reservas de queso, embutidos (españoles, ¡olé!) y cerveza de MrK, y este procedió a volver a humillarme de la peor forma posible. Me enganchó a "Un príncipe para Corina". 

Pues la rubia será todo lo princesa que quiera, pero donde esté su hermana la morena... En palabras del gran Miki Nadal: ¡ay omá que rica!

Sí, lo sé. Yo también me pregunto como un tío que vive en Alemania conoce un programa del que yo he oído hablar de pasada. Y yo también me pregunto cómo demonios me he enganchado a un reality de mierda, pero es que me hace bastante gracia, incluso a pesar de lo obvio que es que está todo preparado. Para el que no lo sepa, el programa es un reality en el que 24 tíos separados en cuatro grupos (guapos, únicos, simpáticos y nerds) intentan ligarse a la tal Corina, que nada tiene que ver con la amiga especial de Juancar. Sólo diré que tenéis que evitar caer en la tentación de verlo, porque luego tendréis que ir sintiendo vergüenza por al calle. Bueno, eso, y que el p$%& chino es el amo.

To be continued...