miércoles, mayo 08, 2013

¿Qué somos? ¡¡Mutantes!! ¿Qué queremos? ¡Un cirujano plástico!

Previously on Deimar's: Dos muertos. Un gori... orangután. Un pastel de 4000$. La competencia. And that's what you missed on Deimar's.

Habiendo agotado las pistas sobre la muerte de Cal Davis, decidí intentar averiguar quienes eran los otros 6 científicos del proyecto Overlord. Fletcher le había enviado a Linsky una lista con los nombres de David Pope, Maurice Gribble y John Klaus. Vanessa me dió la dirección de los dos primeros, así que decidí hacerles una visita. Infructuosas ambas, porque Gribble es un anciano que lleva años retirado y Pope... bueno... Pope hace ALGO con escarabajos...

Suena al sueño de cualquier inspector de sanidad...

Empezaba a agotar mis pistas gratuitas. Todavía me quedaba por hablar con la prometida de Linsky, Delores Lightbody, y su amante, Sandra Larsen. Sospechaba que ninguna de las dos podría aportar nada útil, pero aún así me decidí visitar a esta última. Menos mal que lo hice. No porque Sandra fuese la ayudante de Linsky en MTC Corp, la empresa que aparentemente les pagaba a él y a Davis por el proyecto Overlord, sino porque Linsky parecía tener una suerte increíble .. al menos con las mujeres de las que se había rodeado.

¿Quieres que te enseñe mi... licencia, guapa? 

 ¡Vale! ¡Vale! ¡Ya veo que no!

Sin embargo, y a pesar de ser su ayudante, Sandra sabía más bien poco. Supongo que no la contrató por su cerebro. Yo tampoco lo habría hecho. Agotadas las pruebas, no me quedó otro remedio que recurrir a Lee. Lee es... ¿cómo describirla? Una sanguijuela. Pero una sanguijuela que sería capaz de encontrar al Yeti si alguien le pagase lo suficiente. Llevaba años recurriendo a su información para resolver casos, y esperaba que no me dejase tirado esta vez. 

Cámara de medio megapixel por lo menos...

No lo hizo, pero me dejó tiritando al sacarme 1000$ por la dirección de Sonny Fletcher. Al parecer el detective había seguido su propio consejo y había intentado desaparecer escondiéndose en un hotel de mala muerte que alguien había reconvertido en apartamentos de calidad aún peor. Fletcher parecía un futuro alternativo de Nixon en el que se hubiera hecho boxeador. El viejo tenía la cara completamente machacada de todas las peleas en las que debía haberse metido. Viéndole uno pensaría que debiera ser fácil sacarle información, pero su gancho de derecha me demostró mi equivocación. Recurrí al plan B, soltar pasta hasta que largase lo que necesitaba.

Si se habían quedado sin gente que posase para las fotos podían haber cogido a algún mindundi en vez de ponerse una máscara de Halloween...

Tras soltar 300 dolares por información sobre Overlord y 500 para que me hablase de Linsky, acabé sacando varias cosas. La primera que no había descubierto absolutamente nada sobre Overlord ya que en cuanto empezó a investigar MTC Corp recibió una cordial invitación para que dejara de hacerlo. La segunda era más golosa sin embargo. Por lo visto había encontrado a una tal Wanda Peck, periodista del Chronicle, que había estado husmeando también sobre Overlord.

Una rápida llamad a Vanessa me dió la dirección de la redacción del periódico. La periodista se mostró extremadamente cooperativa. Supongo que no debía haber muchos hombres que hablasen con ella. Había estado investigando el proyecto a petición de un tal Larry Hammond. Overlord había sido un proyecto iniciado hace 50 años por el gobierno británico para aumentar la capacidad mental de los seres humanos conectándoles a una máquina. Tuvieron un éxito parcial, ya que aunque consiguieron aumentar considerablemente el intelecto de los sujetos de prueba, también les hizo extremadamente sugestionables. Hasta el punto de seguir ordenes sin pensar. El proyecto rápidamente se radicalizó, como suele suceder cuando le das poder a alguien, y los científicos acabaron o bien locos, o bien muertos.

Bueno... Lo típico en los laboratorios de investigación. Les quitas la subvención y todos a llorar...

Parecía que el tal Larry Hammond podía ser mi siguiente pista, así que le pregunte a Wanda por él. Al parecer, Hammond era un ingeniero software brillante que había estado trabajando para MTC Corp, pero ahora estaba escondido y era difícil de encontrar. Me dió el contacto de un tal Ron Meat que podría saber donde encontarle, aunque me avisó de que era un tipo escurridizo. Nada que mi sanguijuela favorita no pudiera encontrar por el módico precio de 800$.

Lee me consiguió una cita con Meat cerca de Freak Town. No me gusta ir a Freak Town. Si la ciudad es un infierno, Freak Town es como el noveno círculo. El sitio que Dios usó de cagadero. Cuando la última gran guerra estalló, fue ahí donde llevaron a todos los afectados por la radiación nuclear. Al principio para poder tratarlos mejor, aunque se convirtió rápidamente en un sitio donde tener las rarezas lejos de los humanos normales. Los afectados no sólo habían sufrido las quemaduras de la radiación, sino que les había cambiado a nivel genético. Y ahora incluso sus descendientes habían heredado las deformidades. Habiendo quedado aquí, podía olerme qué clase de gente era Ron Meat. Y no estaba equivocado...

Erm... Oooooo keiiiiiiiiiiii...

To be continued...

1 comentario:

pHonta dijo...

Atentos al momento CSI en la foto de la cámara: "Enhance"