domingo, febrero 24, 2013

De paseo por Britannia

Voy a resumir mis últimas días de paseo por Britannia porque han dado mucho juego y describir cada ciudad podría llevarme eones. Empecemos por donde lo dejamos: envenenarse en este planeta es algo extremadamente fácil. Eso responde mi pregunta inicial de cómo es que nadie se dedica a matar monstruos. Si te roza una hoja arrastrada por el viento, las probabilidades de acabar envenenado son extremadamente elevadas. Y se me habían acabado las hierbas para el hechizo de curación muy rápido. Durante esos días iniciales el dinero que me gasté en curaciones, sanaciones y resurrecciones roza lo obsceno. 

Digamos que de haber muerto, quizá Lord British me hubiera resucitado. Y me hubiera cogido todo mi dinero salvo 200g, proque es así de c%$·$...

Durante mis viajes por el continente encontré varias ciudades. La primera de ellas es Minoc, la ciudad de os ingenieros dedicados a la virtud del sacrificio. Obviamente estos ingenieros se parecen mucho a los ingenieros de mi mundo. Conseguir la localización del altar de turno fue fácil. Me dijeron que el mantra formaba parte de una canción que el bardo local toca todas las tardes. Hubiera sido una tarea complicada si no hubiese sido porque el bardo elevó su voz varios decibelios, hizo unos gestos de comillas con las manos y repitió varias veces la palabra CAH (ni idea de como pronunció la h... pero lo hizo). Quedaba la runa del sacrificio.. que habían dejado en el fondo del horno de la forja de la ciudad. Sí, ese horno en el que funden fuego y que obviamente no apagaron por mí. Si esto no me pone a tono con la virtud del sacrificio no sé qué lo hará...

Hay que ser... tener mala leche... Ahora que veo las imágenes lo mismo el orden temporal ha variado un poco de cómo ocurrieron las cosas...

Mi excursión me llevo también al calabozo WRONG, que se encuentra en alguna parte de la costa norte que no sé si seré capaz de volver a encontrar. Encendí una antorcha e intentamos recorrer la mazmorra pero nuestros esfuerzos fueron en vano. Cogiésemos el pasillo que cogiésemos, siempre acabábamos en la entrada. Nos dimos por vencidos y salimos... para ser envenenados. Corrimos hasta Britannia que creo que es la ciudad con curandero más cercana (porque, obviamente, no todas las ciudades tienen curandero... por fastidiar...).

El Crysis 3 se muere de envidia ante estos gráficos. Ultima IV for best FPS of the Year...

Después de vender un riñón para curarme, decidimos explorar el sur del continente, donde se encuentra la ciudad del Honor: Trinsic. De camino nos encontramos un pequeño poblado llamado Paw. Y he aquí que conseguimos la cosa más útil y preciosa de la historia: un caballo. Además, es un caballo con marchas. Al grito de GIDDYUP el caballo corre como el viento (le he llamado Perdigón) y con WHOA vuelve al trote cochinero. También encontré un tío raro que me habló de una runa enterrada en un recoveco en las montañas pero no me quedó muy claro de a qué montañas se refería.


Con la nueva forma de transporte no costó mucho llegar a Trinsic. La ciudad de los paladines nos recibió con los brazos abiertos. Literalmente. Su lider, Dupré, incluso se ofreció a venir con nosotros de aventuras. Conseguir el mantra del honor fue fácil, así como la localización del altar. Una vez más lo difícil fue conseguir la runa. Según me comentó un niño que se escondía del reno de un mago cercano (cuanto más tiempo paso en esta tierra, más normales me parecen estas cosas), la runa del honor estaba enterrada en la esquina sudoeste de la ciudad... detrás de un campo de veneno. Porque el equilibrio de virtudes que veneran en esta tierra dejada de la mano de... erm... las virtudes (no el grupo) me odia. Una leve intoxicación y una charla de un tipo raro que había dentro del campo sobre lo maravilloso del campo mágico más tarde tenía la runa del honor en mi poder.

El mundo me odia y yo odio el mundo. Una relación saludable.

En la ciudad me enteré de algo preocupante sin embargo. Al parecer, existen unas piedras de colores relacionadas con las virtudes (una vez más, no la pareja humorística) y la púrpura (mi sentido estético intentó cometer sepukku al oir esto) correspondiente al honor podía encontrarse en el fondo del calabozo SHAME... según me comentó un esqueleto escapado de ese calabozo. Con toda la calma del mundo. Mientras nos tomábamos unas cañas. Como digo, esto ya es lo más normal del mundo.

Supongo que no es honorable masacrar a un esqueleto que está haciendo turismo en tu ciudad... y menos si es tan simpático...

El altar del honor estaba rodeado de pantano así que... que le den. Volvimos a Britannia y volvimos a dirigirnos al norte para explorar la zona que no habíamos podido ver debido a mi indisposición. Aparte del altar del sacrificio, encontramos el pequeño poblado de Vesper. Muchas cosas interesantes en este sitio, especialmente un peregrino que me educó en el uso de los altares de las virtudes. Al parecer, hay que meditar 3 veces (1 ciclo, 2 ciclos y 3 ciclos cada vez) para poder ser iluminado en una virtud determinada. Lo intenté con el del sacrificio, obteniendo las siguientes directrices:

La última habla de que hay que dar el último oro que tienes al que lo necesita... creo que se me va a dar fatal esto del sacrificio...

La verdad es que me alegré de averiguar de una vez cómo usar los altares y saber qué significan las visiones esas que he tenido. Además, también encontré una tienda de... LA COFRADÍA. Creo que es una asociación de amigos de lo ajeno pero que venden cosas muy útiles. Como por ejemplo, antorchas. O llaves mágicas que abren cualquier puerta (wohoooo!!!). O gemas de mapeo que creo resultarán útiles para navegar los calabozos. O para viajar a planetas alienígenas a conocer a nuestros posibles creadores y poder sacar un mapa de la nave alienígena que luego podré ignorar cuando entre en pánico por ver un cadáver. Creo.

Se me acabó el continente. Aunque ahora tenía las cosas algo más claras, había un montón de ciudades que no había encontrado (otras cuatro vamos, para completar las 8 virtudes) y que no tenía ni idea de como podría llegar a ellas. 

To be continued...

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