domingo, diciembre 11, 2011

Deimar does Benelux (IV)

[Previously on Deimar's...]

28/08/2009

El despertar en el hotel de mala muerte no es demasiado desagradable, y nos apañamos con la pequeña cápsula ducha que nos mira con ojos indolentes desde el centro de la habitación. Nos preparamos para salir, desayunamos, cogemos el coche y derechos al centro de Luxemburgo.


Luxemburgo es una ciudad preciosa. La parte antigua está en una pequeña meseta rodeada por una depresión que vuelve a elevarse al poco al otro lado, con casas por todas partes perfectamente fusionadas con los árboles y las rocas. Eso sí, una vez visto, el paisaje general tiene poco (o nada) más que ver.

Los pobres que viven abajo tienen que subir los balones de los que juegan arriba...

Visitamos la catedral, algunos palacetes, la muralla antigua... La cámara que me traje es la de mi tía con sólo 128Mb de memoria, lo que es una pena ya que no me quedan muchas más fotos que echar. Al rato nos damos cuenta de que nos hemos acabado la ciudad [vaya... "curiosamente" se me olvidó transcribir que casi me muero bajando y subiendo el valle con MrK lanzando burla tras burla sobre que debería ir al gimnasio... still no]. Como estamos hartos de autovía, cogemos carreteras secundarias por el campo luxemburgués para ver algo.

Y entre las miles de fotos que podía haber sacado, decidí hacer esta... ¿por qué? Pues ni idea pero... ¡aquí está!

Primera parada del viaje. MrK lleva varios días obcecado con comprar embutido, así que paramos (varias veces) en varias gasolineras a comprar. Como no podía ser de otra forma, nos perdemos varias veces, destacando aquella en la que acabamos en una carretera en mitad del monte rodeados de árboles. Al final conseguimos ver al menos un castillo... de pasada...

Conseguimos llegar a Amberes tras nuestro periplo por la campiña (sí, mi letra es (más) mala por estar cansadote) [doy plena fe de ello... stupid past me >.>]. Trás el período de costumbre de perdernos, conseguimos aparcar en el casco histórico.

La burbuja inmobiliaria de las torres de vigía de Luxemburgo...

Amberes se la típica ciudad belga. Cómo no, un par de iglesias, que no pueden faltar, y varios edificios bonitos. Una de las primeras paradas es la oficina de turismo [es lo que tiene no preparar los viajes... really stupid past me. <.<]. Reproduzco la conversación para futuras referencias:
  • MrK: Do you have a map with the important things in Antwerpen?
  • Flamenco: Dependes on what do you think is important...
  • MrK: erm... tourist info?
  • Flamenco: Here (¡Consigués un [MAPA TURÍSTICO]!)
  • MrK: And what is a must?
  • Flamenco: Read the side (GRRRRRRRrrrr... no, en serio, literalmente le caía la baba de la rabia... aunque aviso de que es una dramatización de la respuesta que puede que no sea completamente fiel a la realidad...)
Deberíamos haber probado suerte con el "autobús" turístico...

Al salir de la oficina nos vengamos de él con una amable funcionaria del ayuntamiento que está haciendo una encuesta sobre el uso de las oficinas de turismo (¡Muere flamenco infiel! ¡Santiago y cierra, España!). Bueno, a falta de algo mejor revisamos el mapa. Decidimos que, salvo beber la cerveza de Amberes, las otras 9 opciones son impracticables en nuestra apretada agenda, así que vamos raudos y veloces al bar de enfrente de la oficina. 

Por supuesto, nos toca camarera flamenca (a.k.a. borde). No tienen cerveza de Amberes para más INRI, por lo que no hemos hecho ninguna de las 10 cosas que hay hacer en Amberes según nuestro mapa. Pues nada... paseamos por el río y sólo queda decir una cosa: Frak you Antwerpen!!! (Pero MrK consigue al final sus embutidos en una charcutería...).

Los belgas tienen un fetiche raro con ir al baño y las estatuas...

Según entramos en Holanda (recorriendo en coche el famoso puerto de Antwerpen), paramos en la primera gasolinera a por un mapa de carreteras (best buy ever!!!). Con nuestro pequeño códice en manos decidimos que, como Breda pilla de camino, estaría bien pasarnos a ver si al menos queda alguna lanza testimonial o algo...

Pues no la hay, ni nada remotamente anterior a 1970. Parece como si a la ciudad entera la acabaran de comprar y sacar del plástico protector. Llena de césped, canales, zonas peatonales y edificios bajos nuevos.  A partir de ahora, cuando piense en artificial, pensaré en Breda. Además nos cayó la del pulpo en forma de agua y viento (gracias mamá por obligarme a meter el abrigo en la maleta).

 Y como no había puesto el interior de una iglesia hasta ahora... there you go!

Salimos de Breda dirección a Rotterdam-La Haya y Hamsterdam. El plan original era visitar La Haya antes de llegar a Amsterdam, pero ningún plan sobervive al contacto con el enemigo. Aprovechamos un momento que deja de llover para cambiar de puesto. Sospecho que MrK no se fía de mi conducción (con razón)... A la salida de Rotterdam cae el diluvio y la catástrofe: lluvia torrencial, rayos, truenos, visibilidad de 10m delante del coche, holandeses haciendo el Star Wars... Decidimos ir directamente a casa de Foly. La parte buena es que llegamos a la hora que habíamos dicho...

Para cuando llegamos a Amsterdam y a la casa de Foly, ha parado por fin de llover. Momento lacrimógeno de ternura, abrazos y lloros (obviamente esto es broma, cualquiera que conozca a MrK sabe que allí no hubo más que un correcto apretón de manos completamente heterosexual). Subimos las cosas, hablamos largo y tendido (¡¡confidencial!! [como si me fuese a acordar...]) y hacemos planes para cenar en el centro (Red Lights Disctrict, here we come again!! [algún día tendré que escribir una breve entrada sobre mi subrealista viaje anterior a Amsterdam...]). Según bajamos, un rayo ilumina la noche... y el agua empieza a caer a borbotones... otra vez... Al final decidimos llamar a Domino's y tener una noche de conversaciones profundas, graves revelaciones y hermanamiento... (a.k.a.: MrK le daba al Street Fighter Alpha 3 / Megaman power-up y yo pasaba indistintamente por la incosciencia y la desorientación...).

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