domingo, septiembre 11, 2011

La visita de los progenitores

Aprovechando que el día 9 fue fiesta, mis progenitores vinieron a visitarme el jueves día 8. Obligados Motivados ante mi amenaza de dejar de hablarles y/o ingresarles en una residencia cuando seas viejillos mis súplicas para convencerles de ver cómo se las apaña su hijo. ¡Que ya está bien de no ir a ver la casa de su hijo en un año!.

Así, me estuve preparando para recibirles a base de limpiar, crear cuentas de invitado en mi portátil (que dar permisos de administrador es una receta segura para acabar con un Bejeweled instalado en el ordenador, con todos sus amiguitos warez), ocultar mejor la carpeta del porn, recoger los papeles que tenía tirados por ahí (dejando mi último extracto de banco visible para demostrar que incluso con mi sueldo de mierda he sido capaz de ahorrar algo), borrar el historial del navegador y del dns, inflando los colchones e incluso me sobró tiempo para ver Torchwood e ir a comprar comida... Todo perfecto, con la ilusión que tiene uno la primera vez que puede demostrarle a sus padres que es perfectamente capaz de vivir por sí mismo. Llegado el momento, salí hacia el aeropuerto y tras el habitual paseo entre los españoles que esperan a sus conocidos y siguen pensando que la gente que está esperando la llegada de un vuelo de Madrid no entiende español, al fin me reencontré con mis progenitores tras largo tiempo sin verles... unimpressive...

Y el premio para el tío que más fotos se llevó es para... ¡este cuñao! Estuve a punto de pedirle el rifle prestado though...

No me entendáis mal, me alegré mucho de ver a mis padres, pero en seguida recordé que son mis padres. Para empezar porque en el viaje de vuelta a mi piso recordé porque me niego a conducir con mi padre de copiloto. Vamos, para entendernos, si mi padre perdiese los dos brazos y las dos piernas, preferiría conducir  con los dientes a viajar de copiloto. Y viajar de copiloto con la boca cerrada no es una opción del test. Tampoco ayudó que lo primero que hizo mi madre al entrar en mi casa fue pasar la mano por encima del radiador y decir "a ver si limpiamos un poco". Es casi como estar en casa... 

Pero bueno, tuve un momento de respiro ya que el 9 yo trabajé, así que les dejé con la apañada guía de Gran Bretaña, un mapa turístico de Bristol y una copia de las llaves de la casa y me marché a trabajar. Obviamente, cuando volví de trabajar 8 horas después, no habían salido de casa y habían estado viendo un partido de baloncesto de la selección y jugando al Bejewelled en el ordenador (si les conoceré bien...). Con el añadido además de que mi casera se pasó por el piso por la mañana y les pilló en casa. Debido a un ligero problemilla con el horno, tampoco pudieron hacerse la comida precocinada que había comprado. Esta vez ni siquiera he necesitado viajar para buscar mi mala suerte. Si mis poderes siguen evolucionando os podéis ir preparando para cuando nuestro planeta entre en la trayectoria de un cometa gigantesco o algo...

 Dedicadas a Wachi... he knows why... I hope (y sí, ese Sargón no es el original, no me lo recrimines)

No he mencionado además, que mis padres sólo saben decir "yes" en inglés, y por supuesto sin tener la más remota posibilidad de entender lo que les digan. Así que la conversación con mi casera hubiera podido ser interesante... pero por lo visto, sabe hablar español (y nunca lo había usado conmigo...). Bueno, parece que eso al menos salió bien. Así que en cuanto volví los saqué de paseo por este estercolero Bristol. Mientras yo les llevaba por los parajes más pintorescos llenos de ríos, naturaleza y demás, ellos iban buscando una ferretería porque habían descubierto que mi plancha no se había muerto, sólo su fusible en el enchufe, y comprar un sustituto era más prioritario que disfrutar de la visita. Porque al estar en casa les dio tiempo a desarmar la plancha, recolocarme todos los cubiertos, recolocar mis armarios y quejarse porque mi cuenta bancaria es demasiado baja... Love en estado puro. Para rematar la jugada y demostrar lo classy que soy, decidí que nada mejor que llevarles a comer a un Pizza Hut.

En fin, me fui a dormir con la esperanza de que el sábado fuese un día mejor. La primera protesta me llegó por salir de mi cuarto a las 8, a pesar de que llevaba 1 hora remoloneando en la cama sin levantarme para no despertarles. Resultó que llevaban despiertos un rato largo y ya se habían lavado y estaban preparados para salir. Pues nada, a desayunar deprisa y corriendo y salir por patas. Ese día nos fuimos a Londres, que les hacía ilusión verlo. Por supuesto, dejé conducir a mi padre, pero aún así protestó porque al llegar a Londres decidí apagar su navegador GPS para seguir el camino que nos indicaba el GPS del coche. Aparcamos en la nueva y flamante casa de Foly (¡¡picadero!!), y nos lo llevamos a comer. Hubo un momento durante la comida en el que me sentí dentro de una película americana con mis padres contando cosas que no deberían delante de mis amigos, pero creo que todavía podré mirar a Foly a la cara... si me tapo en modo ninja... 

On the other hand... no recordaba que en Trafalgar tuviesen el mayor barco metido en botella del mundo...

Dejamos a Foly ocuparse de su nueva casa y nos fuimos a recorrer todo lo que pudiésemos ver de Londres en poco más de unas pocas horas de tarde. Fuimos al British, donde me protestaron por llevarles a ver las zonas islámicas, asiáticas y demás en lugar de ir directamente a por las momias y el Partenón. Fuimos por Picadilly, Buckingham, Trafalgar... y nos metimos en todas las tiendas que pudieran tener la más mínima  posibilidad de vender fusibles (visitando parajes como tiendas de informática, de electrodomésticos, una papelería...) o aquellas que pudieran vender camisetas del Atlético, que fue el otro objeto más preciado del viaje (pese a que mi padre es del Madrid, y que yo consideraba que las posiblidades de encontrar una camiseta del Atlético en Londres eran las mismas de encontrarme un tercer ojo en la frente). Incluido volver desde la Torre de Londres a Harrods para ver si tenían la dichosa camiseta y luego de vuelta al barrio de Foly. Casi tengo que dar gracias porque Harrods estuviese ya cerrado a esas horas...

Por otra parte el viaje casi merece la pena por ver este cochazo. Nótese el Porsche de los guardaespaldas que está detrás y que va a juego con el coche...

Siguiendo el rollo classy british, tocó cenar en otro típico... el McDonalds. Y la despedida de Foly y vuelta a Bristol. Que me tragué yo al volante. Siguiendo las indicaciones del GPS de mi padre, que nos llevó por todo el centro de Londres en lugar de por la circunvalación. Lo que hizo que me tragase millones de semáforos y tardásemos bastante más. Y millones de gritos de mi padre por cualquier cosa que hiciese. Doy gracias porque mi padre no acabó esa noche con el volante de colgante, y por tener un montón de drogas en casa contra el dolor de cabeza.

Y hoy... pues hoy planeaba llevarles a ver Oxford si nos daba tiempo, o quizá Bath. Pero no... hoy compramos el dichoso fusible, aunque no encontramos la camiseta... pero no fue por no buscarla. Al menos al final les llevé al restaurante griego en el que ya estuve con mis compañeros y acerté con lo que pedí. Eso casi ha suplido el que al buscar una gasolinera cerca del aeropuerto nos hayamos perdido por el campo, arañado el coche en varios sitios, cruzado con todo tipo de tractores en caminos donde apenas si cabe una bici y no hayamos podido repostar porque todas las gasolineras en un radio de 10 millas alrededor del aeropuerto llevan más tiempo cerradas que el Arca de la Alianza. Y además el Katrina ha decidido darse un paseo por el aeropuerto mientras esperaba el autobús. Alguien me odia mucho ahí arriba.

Y además nos hemos cruzado con un atasco, generado por la maratón de Bristol y que nos ha tenido retenidos un buen rato. Al menos he podido sacar esta instantánea del dúo dinámico y de mi dedo...

Como nota final, señalo que, pese a lo que pueda parecer, quiero mucho a mis padres... pero no pienso volver a tocar el volante de un coche si mi padre no está atado y amordazado en el maletero.

2 comentarios:

Deliath dijo...

Sólo espero que no lean esto... xD

Rodrigo Garcia Carmona dijo...

Sólo por la última foto merece la pena el sufrimiento.

Y gracias por la tablilla, cuando tenga un rato la traduzco.