sábado, agosto 13, 2011

Deimar does China (XXI)

[Previously on Deimar's... esto.]


14/07/2011

Las terrazas de arroz de Longshen pillan un poco donde Cristo perdió la zapatilla, así que nos toca pegarnos el madrugón del siglo para poder ir. Sin desayunar además, porque quedamos con Xuxiao Di  (more name dropping for his benefit) en que compraríamos el desayuno en el McDonalds para comérnoslo por el camino en el autobús.


Así, nuestra primera parada en el McDonalds 24 horas para coger el desayuno. El McDonalds 24h que tiene un cartel que explica que está cerrado de 0000 a 0800, en una nueva y cómica interpretación de "24h". Bueno, no pasa nada, nos montamos en el autobús y paramos en otro sitio que conoce el guía donde nos pueden dar de desayunar... que obviamente también está cerrado. Decidimos que como vamos a estar durmiendo en el autobús (¿y Timmy qué? ¿es que nadie va a pensar en Timmy?), podemos aguantar el hambre, así que sin paradas hasta las terrazas. 

Depicted here: my stomach

A las 2 horas llegamos por fin a las terrazas de arroz de Longshen. Estas terrazas son ese paisaje "natural" que nos han explicado hasta la saciedad en Sociales (alumnos de la ESO, mueranse encuentren su homólogo). Vamos, que es natural que si te pones a modificar la montaña para poder hacer arrozales te quede un paisaje así. Por lo que nos explicó Xuxiao Di, la montaña suele tener un pozo en la cima, y se le hace desbordar de arrozal en arrozal como si fueran copas de champán. El resultado es un paisaje realmente espectacular. Además, en esta zona se pueden ver integrantes de hasta cuatro minorías chinas, en especial la Dong y la Miao.

Llegamos al pueblo de Ping An, un poco a medio camino de la cima de la montaña (no es muy alta sin embargo). Tenemos que bajarnos un poco antes de llegar al pueblo ya que no hay carreteras que lleven hasta él. De hecho, todas los materiales para construir edificios los tienen que subir a caballo. Para los vaguetes, existe la posibilidad de que te suban en palanquín, pero hay que tener una confianza ciega en que no te van a tirar por el barranco en los estrechos caminos. Xuxiao Di nos lleva a una cafetería del pueblo a desayunar y comprobamos que el pueblo vive un poco a base de mochileros, ya que no tenemos el más mínimo problema en conseguir un desayuno occidental (los tipos con rastas y mochilas también nos dieron una ligera pista).

Una de las minorías se caracteriza porque llevan cestos gigantes atados en la frente para subir cosas hasta aquí... go figure!

Comenzamos la escalada hacia los dos miradores que hay en la montaña. El primero de ellos, llamado los 4 tigres y los 9 dragones muestra una vista espectacular de toda la zona. Se llama así porque en otoño, cuando la zona está más amarillenta, los arrozales parecen los lomos de cuatro tigres, mientras que las faldas de la montaña asemejan las cabezas de 9 dragones. Totally worth the visit. Además nos encontramos por el camino con una señora de la minoría Yao, famosa porque sus mujeres sólo se cortan el pelo dos veces en su vida [no recuerdo las edades y no las apunté, aunque Xuxiao Di nos las dijo], y con el pelo que se cortan se hacen extensiones de su coleta, que llevan enrollada encima de la cabeza. Por un módico precio la mujer se desenredó el pelo y nos mostró cuan largo era dejándonos hacerla fotos. Además, debimos caerle bien porque nos siguió un ratejo hasta que nos pilló a solas a Chik y a mí para ponerle un pañuelo regional a Chik y que se hiciese una foto con ella. Luego nos vendió el pañuelo, pero bueno, soy de la opinión de que no le queda nada mal a Chik (¡aunque me siento indignado porque se me recriminó mi excelentísimo gusto!). Por cierto, al igual que el paseo en bicicleta, el guía nos volvió a meter en caminos que no usaría una cabra (sospecho que en realidad nos odia y esta es su forma de ver si alguno no volvemos a casa), así que la visita es no apta para torpes bajo pena de caer por un barranco.

La vista es así, mucho más espectacular en vivo de hecho.

Tras dar un garbeo por la montaña, bajamos al pueblo otra vez a comer. Esta comida iba a cargo de Xuxiao Di y la verdad es que el tío se portó muchísimo. Incluso no le importo correr dos veces a la cocina a frenar al cocinero. La primera, porque mientras esperábamos los platos (que pidió él), comentamos que no queríamos picante. Cara de horror y primera carrera de la comida. La segunda cuando llegó el quinto plato y vimos que aquello era demasiada comida (normalmente pedimos N-1 platos y no acabamos mal). Carrera a ver si evitaba que sacasen más, sin éxito esta vez sin embargo. He de decir que la comida regional estaba bastante buena (mucho verde traído de la montaña, tiene su mérito porque el verde es la segunda cosa que procuro no comer después de las cosas que vienen del mar). Y una vez acabados, iniciamos la vuelta a Yangshuo.

Las señoras del pelo largo... Es increíble lo mucho que corren por los estrechos caminos de la montaña incluso pese al peso que llevan en la cabeza...

Xuxiao Di se bajó del autobús para comprar un par de sandías en unos puestos a pie de carretera y que nos las comiésemos allí mismo. La sandías estaban increíbles, creo que no he probado una sandía más buena en la vida. Mis felicitaciones al que la eligió, que se tomó su tiempo visitando al menos tres puestos (sí, tenían como 4 o 5 puestos de sandías colocados todos juntos, y sí, yo también me pregunto por qué). La segunda parada fue en un pequeño pueblecito para ver el Puente Dragón. Un puente sobre el río que tiene una caída de unos 10m y que aparece en varias guías recomendando que saltes desde el puente al agua (va a ser que no).

El puente del dragón sito en la aldea del dragón no hace honor a su nombre (la aldea tampoco).


Y ya por fin volvimos a Yangshuo. Como nos quedaba un poco de tiempo antes de coger el transporte nocturno hasta la siguiente parte del viaje, fuimos a cenar al McDonalds (menos Root, que entre comer y ducharse, eligió ducharse... y de paso comprar su segundo juego de ajedrez chino). Y nos llevaron a coger nuestro autobús nocturno hacia Macao. A ver, no lo he explicado, pero cuando contactamos con los del hostal para que nos cogieran billetes de tren, nos dijeron que no quedaban. Hubiéramos podido cogerlos a través del CITS pero con una comisión descomunal, y además, los del hostal pero nos ofrecieron una forma alternativa de llegar: un autobús-cama nocturno. El concepto es simple: es un autobús que en vez de asientos tiene literas. Nos sonó bien, y ante la elección de cogerlo normal o deluxe, elegimos deluxe just in case. MADRE. DEL. AMOR. BENDITO.

El autobús o, como a mí me gusta llamarlo, el ataúd con ruedas...

A ver, por donde empezar... Lo primero es que cuando nos subimos, algunos no teníamos cama, por lo que tocó echar a un par de chinos de sus camas para que nos dejaran a nosotros. Sospecho que el "deluxe" es que te den una cama, porque esos chinos a los que echaron se fueron a dormir al suelo que ya estaba bastante masificado. Comprobé que tengo exactamente la misma altura que una cama de autobús, pero que soy más ancho, así que cada cama era como un pequeño ataúd. En el autobús se puede fumar, aunque sólo al lado del conductor... pero es un autobús, ergo un sitio cerrado, por lo que esa limitación es completamente estúpida. Tuvieron la televisión puesta a todo trapo y las luces encendidas hasta las 2230 por lo menos, y luego, cuando ya habíamos conseguido dormir, hicieron una parada a las 2300 y nos lo hicieron saber sutilmente... poniendo bakalao a tope. La parada es un mundo aparte. He calificado un par de sitios como Hell Hole en este diario. Pues me equivocaba por mucho, porque si algo merece ese calificativo es el sitio donde nos pararon. Root y yo bajamos a mear, y yo casi hecho la pota haciéndolo. El servicio es literalmente una zanja contra una pared, con mucha, mucha, mucha, mucha mierda acumulada. La pobre Chik bajó del autobús (le costó porque cerraron las puertas y el conductor se fue a hacer... algo, suponemos) para ir al servicio, y tuvo que intentarlo al menos unas 4 veces (no sé si llego a usarlo de hecho). Por supuesto ni media luz en ninguna parte, lo que está bien porque así no vi los insectos del tamaño de un puño que Root me comentó que había visto en el servicio. Por si acaso, no nos dejaron subir al autobús hasta que el conductor no acabó su descanso... ¡1h y media más tarde!. Moraleja del día: paga lo que sea por el tren.

2 comentarios:

Rodrigo Garcia Carmona dijo...

¿Allí todo es "del dragón"?

Deimar dijo...

Bueno, no todo es del dragón... sólo todo lo que veas que incluye "long" en el nombre... Pero bueno, teniendo en cuenta que es el símbolo del Este y da buena suerte no es de estrañar...