domingo, agosto 14, 2011

Deimar does China (XXII)

[Previously on Deimar's... esto.]


15/07/2011

Llegamos al pueblo fronterizo con Macao (Zhuhai) poco después de las 6, con adelanto respecto a lo previsto. Esto hizo que yo no me hubiera levantado con nada de antelación, por lo que me tocó salir del autobús corriendo con mi funda de dormir en la mano (y todo lo demás también). Además, está lloviendo, tenemos hambre y necesidad de encontrar un baño cuanto antes. Hoy va a ser un gran día.

Nos asaltan taxistas para llevarnos a donde sea, pero se cansan rápido cuando les ignoramos. Decidimos desayunar en un McDonalds (que espero sinceramente deposite la cantidad acordada en mi cuenta bancaria por la publicidad) para hacer tiempo hasta que abran la frontera. Aunque Macao es parte de China, todavía se considera territorio pseudoindependiente, por lo que se cuenta como salida de China (importante porque la mayoría de los visados sólo te permiten entrar una vez a China). Finalmente decidimos coger un taxi hasta la frontera a pesar de que en el mapa basta con seguir simplemente la calle en la que estábamos. Obviamente, esa calle se puede medir en decenas de kilómetros así que menos mal...

Pasamos las dos fronteras y cogemos la lanzadera que sale de ahí a nuestro hotel. A ver, no lo he explicado, pero hoy era el cumpleaños de Chik, así que para celebrarlo decidimos tirar la casa por la ventana y hospedarnos en el mayor casino del mundo: el Venetian. ¿Qué decir de este hotel? Es gigantesco, imita a la perfección el ambiente de Venecia (el hotel tiene canales Y gondoleros por dentro, seriously), y el casino... bueno, la verdad es que el casino no es nada impresionante... no debe costar mucho ser el casino más grande del mundo...

Las Vegas estilo oriental. Parece un poco cutre pero es que en realidad te da igual porque no quieres salir del hotel...

Cómo no podíamos registrarnos hasta las 3, decidimos dar un garbeo por el hotel, comer y demás. La primera planta del hotel está dedicada casi por completo al casino, con unos cuantos salones de conferencias y alguna que otra exposición. En concreto, nos compramos un "pasaporte" del hotel, un descuento global para varias actividades, entre ellas la entrada al bar de hielo (un bar, a menos de 0º, con asientos de hielo). Yo nunca había estado en uno de ellos, pero puedo decir dos cosas: hace un frío del carajo (había un tío con sandalias y pantalón corto, pobre de él), y las esculturas de hielo están muy bien. Lamentablemente, cuando llegamos al bar no pudimos tomarnos nada ya que nos dimos cuenta de que no habíamos cambiado moneda. En Macao usan la pataca y el dolar de Hong Kong en lugar de los yuanes, así que fail...

On the other hand, tobogán de hielo... wiiiiiiiiiiiiiiiii!

Por fortuna, para comer no nos hacía falta pagar ya que uno de los vales del pasaporte era para seis de los millones de restaurantes de la tercera planta. La tercera planta está decorada como si fuera Venecia. Ya lo he dicho antes, pero es que no os podéis hacer a la idea de lo que es subir a esta planta y encontrarse todos los techos pintados simulando el cielo, con réplicas de los edificios venecianos por todas partes y cruzando puentes sobre los canales mientras un gondolero pasa por debajo cantando en italiano. Además, es común encontrarse paseando por esta zona con algún espectáculo tipo un mago en mitad de la "calle" o un trío de violinistas ejecutando las cuatro estaciones. La comida estuvo bien, por cierto...

Eso está dentro del hotel... Tell-your-friking-friends 

Cuando por fin nos dieron la habitación, subimos a ver si conseguíamos no parecer indigentes. Y después de ello, nos separamos porque cada uno quería mirar cosas diferentes. Aquí es donde comenzó la operación Market Gard... cumpleaños de Chik. Creo que en la vida he No vais a conseguir leer nada porque este texto ha sido                                               CENSURADO para que la susodicha  cumpleañera no se entere de lo que pasó ese día (que queda entre nosotros, el personal de hotel, y varios cómicos encontronazos con mucha gente. Es un secreto bien guardado). ¡Ja! ¡Que os creíais muy astutos por señalar este texto con el ratón, ¿eh?

Al registrarnos dijimos que era el cumpleaños de Chik, así que el hotel nos subió una tarta de cumpleaños (menos mal que llevábamos sporks para compartila que si no...). Dimitri y Chik tenían un asunto que tratar por internet, así que tuvimos que esperar a que volvieran del centro de negocios (lo malo de los hoteles caros es que el internet está limitado) para darle su regalo a Chik. Llevábamos un vídeo que habíamos grabado con sus amigos felicitándola su cumpleaños. Por desgracia para vosotros, no puedo comentar ni cuantos cumplió ni cómo reaccionó al vídeo porque quiero mantener la capacidad de reproducirme (que nunca se sabe, quizá si pillo a alguna inglesa borracha y desesperada a la salida de un pub...). Sólo decir que no creo que pudiéramos haber hecho un regalo mejor.

El centro del casino. No podemos mostrar las mesas porque te echan encima a los gorilas si te ven haciendo una foto. Literalmente, que el hotel también tiene un zoo... (o no, ¡¡pero podría tenerlo!!)

Y para celebrarlo nos pusimos de punta en blanco y nos fuimos a cenar por ahí, donde "por ahí" es el food court que hay en la tercera planta. Teníamos vales de 100HKD para gastar de una tacada en los restaurantes, así que nos separamos en equipos de dos. Dimitri y Kaiser se fueron al Fat Burguer a pillar hamburguesas (cansados de esperar el cheque de McDonalds, yo aún me mantendré fiel y a la espera...). Root y yo nos decidimos por la comida típica de Macao, una mezcla entre comida portuguesa (¿como se cocina una toalla?) y china, pero no nos aceptaron el ticket en ese restaurante, así que al final tocó comida vietnamita (excelente por cierto). Pasa y Chik se fueron a la comida japonesa, pero sin spammear el cerdo con curry... esta gente no sabe lo que es bueno...

Sakers!!! Behold our mighty suite!! Y eso que no se ve la tercera cama desde la que está sacada la foto...

¡¡Y finalmente bajamos al casino!! Ibamos a coger una limusina para ver Macao de noche (le llaman el Las Vegas oriental, así que haceos a la idea de cómo puede ser...), pero fue imposible porque o no cogían el teléfono o era demasiado caro, así que al final nos quedamos en el hotel. Una visita al casino me llevó a la conclusión de que los orientales apostarían a lo que fuese. El juego estrella del casino esa temporada (anunciado en todas partes) es un juego estúpido en el que se tiran dos monedas al aire. No, en serio, es eso. El croupier lanza las dos al mismo tiempo. Cada moneda tiene por un lado una imagen de un fénix y por la otra un dragón. Se puede apostar a que saldrán dos fénix, dos dragones o que saldrá fénix y dragón 5 veces seguidas (si sale, se repite la tirada hasta que salga cinco veces seguida...).  Por desgracia, yo acusé pronto el cansancio del viaje y me retiré a dormir, así que no sé que tal se les dio la noche a los demás...

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