jueves, agosto 11, 2011

Deimar does China (XX)

[Previously on Deimar's... esto. Sigue sin ser porno]


13/07/2011

Como ya mencioné ayer, aunque los chinos vienen a Yangshuo a desfasar, los turistas hardcore extranjeros venimos a hacer turismo rural, y eso es lo que toca hoy.

Nuestra primera tarea del día nos divide. Están los que quieren desayunar de McDonalds y los que no. A ver, la verdad es que a estas alturas, y pese a que he dicho que encuentro la comida china perfectamente aceptable, me doy cuenta de que realmente le falta algo. No sé el qué, porque hemos comido variado, pero puedo comprender a los que se fueron al McDonalds por variar un poco. A cambio, se perdieron mi arroz Yangshuo, que estaba de muerte (como un arroz tres delicias, pero incluso mejor).

Después de desayunar fuimos a ver si conseguíamos alquilar unas bicis. Lo bonito de Yangshuo dicen que es ir en bici a todas partes, o ir de senderismo. Como somos unos cazurros decidimos que lo mejor era ir en bici Y hacer algo de senderismo. Para ello alquilamos unas bicis en una de las calles del pueblo (no es difícil alquilar, debe haber alguien casi en cada esquina alquilando bicis). Al lado de donde alquilamos las bicis se encontraba un tipo un tanto siniestro, con una cicatriz que le cruzaba el ojo y le marcaba la cara, que se ofreció a ser nuestro guía (hablaba inglés bastante decente, lo cual era aún más preocupante con sus pintas). En principio no pensábamos, pero Root insistió y lo acabamos cogiendo. Menos mal.

Plantación de lotos. No encontré ninguno negro que me diera maná infinito...

Una de las cosas que hay que tener en cuenta a la hora de alquilar bicis en Yangshuo es el estado de las mismas. Cogimos 6 bicicletas con marchas, y Xuxiao Di (nuestro guía) nos ayudó un poco a inflar ruedas y demás, y tras darle un pequeño cursillo a Chik sobre las marchas, nos pusimos en marcha. Y justo saliendo del pueblo me dí cuenta de que mi bicicleta no cambiaba bien del plato más pequeño al mediano (3 platos). Bueno, con un poco de esfuerzo y varios intentos lo conseguí. Xuxiao Di nos llevó por el campo para ver el paisaje, y la verdad es que mola. Al principio, mientras dejas la civilización atrás, ves muchos sembrados (los de loto son espectaculares), y atraviesas el río (momento de tensión, puente estrecho sin barreras, me veía en el agua). Y tras pasar el río mi freno trasero se soltó. Fiesta. Bueno, menos mal que tenemos guía y el se encargó de arreglarlo. Seguimos por entre los sembrados y el camino se hizo un poco más estrecho. Y aquí es donde se empezó a notar que ninguno había tocado una bicicleta desde hacía tiempo.

Pero esto se conduce así, ¿no?

A ver, de pequeño iba todos los fines de semana con mi padre desde casa de mi abuela en Aravaca hasta la casa de campo a dar vueltas por ahí por los caminos, que las carreteras son para mariquitas. Me he pegado más de un leñazo bajando cuestas por los surcos dejados por el agua al llover. Y sin embargo todo el orgullo que tenía decidió coger las maletas e irse de casa cuando me caí dos veces en sendos agujeros de riego. Especialmente hiriente después de haberle estado dando consejos a Chik sobre cómo llevar las marchas. Faltaba Nelson dedicándome un "HA! HA!". Y sí, sigo llevando la fruta pulsera por si os lo preguntabais. Aún así, no fui el único, ya que Root, Kaiser y Asap también cayeron. Menos aparatosamente que yo sin embargo, que tenía el lado derecho de mi cuerpo completamente marrón de polvo y barro... parecía dos caras.

Decidí cerrar marcha para poder entretenerme recogiendo los trocitos de dignidad que había perdido y seguimos avanzando. Alcanzamos nuestra primera parada ya sin más altercados ni torpes cayéndose: las cavernas de agua. Las cavernas de agua son unas cavernas naturales en el lateral de una montaña cuyo interior está lleno de agua y barro. Xuxiao Di nos consiguió las entradas con un descuento mayor que el que nos hubieran hecho con el carné de estudiante (supongo que le vieron la cara de mafioso y le tuvieron que hacer un precio adecuado. La verdad es que el hombre es una joya). Le dejamos al cuidado de las bicicletas y cogimos un autobús que nos subiese a las cuevas.

A esto le llaman la laguna transparente. Masters of irony!!

Antes de entrar, conviene quedarse en bañador y dejar todo en las taquillas que te ofrecen (de pago, claro, ¿para qué iban a estar incluidas en la entrada?). En las taquillas te ofrecen chanclas (obligatorio llevar, y no valen las que tienen la sujeción entre los dedos, por si lleváis las vuestras), y te venden toallas a un precio aceptable para la vuelta (por si no queréis ir cargados). Después esperamos al lado de una pequeña piscina natural a la barca que nos llevase dentro de las cuevas (podríamos habernos bañado ahí, pero no nos hizo gracia que la "piscina de aguas cristalinas" fuese gris y tuviese pececitosDimitri no le pareció gracioso ya que ni se metió, ni aceptó nuestros abrazos fraternales después de que saliésemos). Además, tiene un tobogán para llegar (mola lo rápido que puedes llegar a bajar por metro y medio de rampa de lodo). Después te bajan a lo más profundo de la cueva a quitarte el lodo en una piscina de agua llena. Y finalmente te llevan a las termas naturales de casi el principio de la cueva para que te relajes. Esto quizá sea un poco cruel, porque casi desde que las ves estás deseando meterte. Una experiencia divertida, especialmente si puedes ignorar todas las veces que vas a estar a punto de morir...

Perfecto después de haberse hecho montones de heridas en la espalda...

Nos reunimos con Xuxiao Di y fuimos a comer al pie de nuestra siguiente visita: la puerta de la luna. Durante la comida, le preguntamos qué nos recomendaba ver al día siguiente, y nos vendió una excursión a ver las terrazas de arroz. Para entonces ya nos tenía tan controlados que si nos hubiera dicho de tirarnos por un puente lo habríamos hecho, así que tras una rápida negociación del precio en la que conseguimos que nos incluyese la comida, aceptamos a que nos llevase él de paseo. 

Después de comer, empezamos la escalada a pie de la puerta de la luna. La puerta no es más que una formación natural de un agujero enorme en la cima de la montaña (por el que se podrá ver la luna desde abajo me supongo). Hay 900 escalones desde el borde la montaña hasta la cima, y he de decir que el concepto de escalón de los que construyeron el camino dista mucho de mi definición. Pasa se quedó por el camino, y Chik y Dimitri se quedaron haciéndole compañía. Root, Kaiser y yo tomamos entonces el banderín de seguir a Xuxiao Di hasta la cima costase lo que costase. Costó la de Dios.


Y aquello de allá arriba es nuestro destino... ¿fun?

Por supuesto, Xuxiao Di y Root llegaron a la cima mucho antes que Kaiser y yo. De hecho, cuando yo llegué, Xuxiao Di me miró y empezó a descoj... reírse de mí. Parecía que me hubiese duchado. Mi camiseta roja parecía morada por completo. Chik me había dejado su cámara para sacar fotos desde la cima, y la tuve que llevar de la mano y apartada porque sospechaba que no sería resistente a meterla en el agua, que es lo que le hubiera pasado si la hubiese llevado colgando del cuello. Pero mereció la pena sólo por poner otra marca en mi lista de cosas que he hecho en China. Nos tomamos un par de fotos en la cima, estuvimos un momento mirando a un escalador que estaba subiendo por el agujero poniendo amarres y luego descolgándose desde el centro (jamás en la vida podré ser escalador, y menos ahí), y decidimos volver. La bajada fue lo más humillante del día sin duda. Xuxiao Di se hizo colega de dos chicas estudiantes de geología que bajaron con nosotros. Ninguna de las dos había sudado lo más mínimo. Una iba con tacones. Bajaban dando saltitos. Yo podría haber bajado sobre el colchón de aire que generaban mis resoplos. DESPRECIO INFINITO.

Y no, el agujero no es pequeño...

Cuando llegamos abajo, preferimos coger las bicis sin descansar demasiado ya que no teníamos ninguno muy claro si no íbamos a quedarnos inmóviles si parábamos. La vuelta, por fortuna, fue por carretera mientras iba anocheciendo, pero por fortuna los andenes son muy anchos. La parte mala llegó cuando llegamos a la ciudad, con los peatones. Kaiser protagonizó una escena digna de una película de Austin Powers cuando vio que de frente tenía a tres chicas a unos 7 metros avanzando hacia él, y ellas, en lugar de apartarse, se pusieron a gritar alarmadas agitando los brazos. Yo protagonicé una escena digna de Leslie Nielsen, cuando ante la tesitura de esquivar un coche aparcado saliendo un poco a la calle o pasar por debajo de la rama de un árbol, me decidí por el árbol. Aún me estoy sacando hojas de la boca (pero las cicatrices de los arañazos en la cara seguro que me dan aspecto de tipo peligroso... sí... seguro...).

Nos despedimos de Xuxiao Di hasta el día siguiente y nos fuimos corriendo al hotel a ducharnos. Yo empecé a buscar algún sitio donde me dejasen quemar la ropa del día, pero al no encontrarlo, decidí lavarla un poco en la ducha. Salimos a cenar y despedirnos de la noche de Yangshuo. Después de cenar perdimos a la mitad del grupo, pero Chik, Pasa y yo nos fuimos a ver las partes del pueblo que no están mazo de iluminadas. Es una visita curiosa, tenían una feria en un parque, pero en general descubrimos que no merece especialmente la pena salirse de la zona iluminada. Y sin más, nos fuimos a la cama (cada uno a la suya, que sois unos malpensados).

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