miércoles, agosto 10, 2011

Deimar does China (XIX)

[Previously on Deimar's... esto. Aviso que casi todo lo que hay de esta entrada en adelante es relato elaborado sobre un esquema, que el cansancio me pudo y a lo único que llegué ya es a escribir esquemas de lo que pasó y mis impresiones. Las fotos de Kaiser se han acabado también., así que de momento fotos genéricas robadas cedidas de otros sitios]


12/07/2011

Despertamos con toda la alegría saber que estamos aún a al menos 8 horas de nuestro destino y que estamos además en compartimentos separados (alguno, y no me miro a nadie, incluso en vagones diferentes). Pero bueno, al final nos conseguimos reunir en un solo vagón, y al menos poder hablar o incluso jugar a algo. Yo me había traído entretenimiento de sobra en forma de escribir un diario, el ebook y la psp. Obviamente, sólo con la primera ya llené todos los huecos de tiempo libre (y de no tiempo libre), así que le presté a Root la psp... y si ya llamábamos la atención, ahora nos convertimos en el punto de referencia del vagón. Todos los niños y bastantes padres viendo jugar a Root a la psp, y luego turnándose para jugar ellos cuando empezamos a dejarles jugar. Esta vez me aseguré de que nadie hiciese nada que pudiera darles a entender ni remotamente que se la regalábamos.


El tren llega dos horas tarde a Guilin. Mi primera impresión de Guillin: Hell Hole. Mi segunda impresión de Guilin: si te alejas del Hell Hole que es la estación de trenes y la de autobuses, ves el río y cosas bonitas. Y además todo está muy cerca (se puede ir andando sin tardar eones, ¡zomg! ¡no me lo puedo creer!). Nuestra idea inicial era coger un barco desde aquí que nos bajase por el río Li hasta Yangshuo, pero en las guías leímos que llegábamos tarde ya para cogerlo. Así que nos propusimos ver un poco Guilin y luego coger un autobús hasta Yangshuo, que aunque menos molón sonaba mucho más efectivo.

Lo de los chinos y construir torres altas no lo acabo de entender... ¿será por compensar algo?

Primero nos acercamos a ver las dobles pagodas de Guilin (bautizadas así por mí, tendrán otro nombre supongo). Son dos pagodas gemelas situadas en un pequeño lago, siendo una blanca y la otra negra. El paisaje aquí es bastante bonito, aunque no llegamos a subir a las pagodas ya que llevábamos las mochilas encima (y porque ya descubrimos que subir a pagodas es un fail). Después de eso, nos fuimos a ver la roca del elefante, que es la que aparece en absolutamente todas las fotos de Guilin. Es una pequeña montaña en el río con un pequeño arco que parece un elefante y su trompa. Y aquí viene la parte más impresionante de Guilin. Siendo una roca gigantesca, las autoridades se las han apañado para que no se pueda ver desde ninguna parte de Gulin que no sea el parque que han creado para sablar turístas proteger la piedra.

La roca elefante... imposible sacarle una foto sin pagar por entrar al parque o meterse en el río...

Existen lanchas piratas que te acercan a la montaña, pero cuando estábamos a punto de coger uno, vimos un sitio donde todavía nos hacían el crucero por el río hasta Yangshuo. Así que felices y contentos, nos aseguramos el viaje por el río. Primero nos llevaron en autobús hasta el puerto (que está algo lejillos de Guilin, porque hay minicascadas en el río justo después de la ciudad y no se pueden navegar). Allí, nos montaron a los seis y nuestras mochilas en una barca de "juncos". Vamos, ellos lo llaman juncos, yo los llamo tubos de plástico deformados para darles forma de góndola.

Behold!! A mighty raft!! Si os parece poco inseguro, deberíais haber probado a viajar en él... (Fuente: TravelPod)

El paisaje desde el río es simplemente espectacular. Te pasas el viaje pensando que en cualquier momento verás a Goku y Krilín entrenando en alguna de las montañas (o en mi caso, deseando que en algún momento te metas en una lagunilla en la que se ahogó un toro que iba comiendo una serpiente mientras un águila estaba agarrada a su espalda y obtener el poder de transformarse en... eso). Además, como era algo tarde, casi apenas vimos barcos o barcas de juncos en el río. Al principio algunos barcos que volvían, y que con sus estelas conseguían que Chik y Dimitri se mojarán los pies (iban delante). De esas comprobamos que los que trabajan en el río aprovechan los viajes de vuelta para hacer la colada, y estaban casi todos en ropa interior con los uniformes colgados y secándose.


La parte buena de haber salido tarde, es que según va anocheciendo, el paisaje se hace aún más estremecedor con la luz rojiza del sol agonizante bañándolo todo. La parte mala de haber salido tarde, es que según va anocheciendo, vas viendo menos. La parte horrible de haber salido tarde, es que en cuanto hay algo de oscuridad, empiezas a notar que tienes que ir con los ojos entrecerrados. Pero no para ver algo, sino para que no te entren los mosquitos. En cuanto se fue la luz, tuvimos que empezar a colocarnos cosas en la cara para evitar la legión de mosquitos que salieron (no sé de qué demonios se alimentarán habitualmente cuando no haya pardi turistas en el río). Mi camiseta ese día era blanca. Bueno, pues según avanzábamos por el río dejó de serla. Y lo peor del caso, además se movía.

Viendo que Chik, Dimitri y Pasa se habían puesto el sombrero a modo de careta y que yo estaba utilizando una revista a modo de escudo facial, el barquero decidió llamar a unos colegas para que viniesen a recogernos a un puerto cercano, antes de llegar a Yangshuo. Los amigos vinieron a recogernos con un erm... "vehículo" (creo que hubiera estado más seguro yendo de pie en en una motocicleta), y nos llevaron hasta un pueblo de mala muerte (literalmente cuatro casas, una de ellas un cibercafé sin embargo, así que al menos tenía cubiertas mis necesidades vitales), y nos hicieron bajarnos. Sabíamos que Yangshuo era un pueblo más pequeño aún que Guilin, pero no sospechábamos que tanto. Así que preguntamos y preguntamos. Nos costó un rato comprender lo que nos decían, pero al final descubrimos que aquello no era Yangshuo, y que un autobús nos llevaría desde ahí.

Y así, finalmente cogimos un minibus que nos llevase a Yangshuo, un pueblo que según las guías está libre de toda contaminación (ambiental, acústica, lumínica...), y que es un foco de turismo rural. Así que no pudo ser mayor mi sorpresa cuando al rodear una montaña nos encontramos con Marbella. Bueno, con Marbella si en Marbella les diera por alumbrar las montañas a toda potencia con luces de colores. En serio, en este sitio no verías una estrella ni aunque estuviera en la órbita de la luna. El pueblo, que es cierto que muy grande no es, es completamente una tourist trap, llena de puestos de venta, discotecas con el sonido a tope, luces de colores por todas partes... Hasta las azoteas de los edificios tienen bares con música, y en la cima de una de las montañas del pueblo tenían un edificio que estaba a medio camino entre un templo (por la forma) y un fruticlub (por las luces de neón rojas que lo decoraban). Por lo visto, el sitio lo descubrieron unos turistas como punto para turísmo rural hace algunos años, y desde entonces ha ganado fama y se ha convertido en un sitio turístico para los chinos también, que son los que lo han convertido en un sitio al que ir a desfasar. De hecho, nuestro hostal tiene la azotea más alta de la ciudad (6 pisos, tampoco es que sea el Empire State), y la verdad es que la vista mola. Especialmente porque no soy yo el que duerme en el quinto piso al lado del bar de la azotea contigua (pero les hubiera perdonado la música sólo porque cuando llegamos estaban poniendo Mr. Brightside).

El "discreto" y poco contaminado pueblo

Como llevábamos 20h de tren más luego el crucero por el río, decidimos dejar nuestras cosas, asearnos y salir de juerga por la ciudad. La ciudad es poco más que una calle peatonal con algunas ramificaciones, pero está bien surtida de entretenimiento. Donde entretenimiento significa que puedes o bien ir a una discoteca, o bien meterte en un KTV (¡un karaoke!). Yo Nosotros somos más de karaoke, así que buscamos uno que esté abierto hasta tarde porque ya eran las 0000. Nos encontramos con varios que ya estaban cerrando, y cuando ya estábamos a punto de tirar la toalla y volvernos al hotel, por fin encontramos uno abierto. En un callejón. Completamente a oscuras. Con varios tipos trajeados esperando en la puerta. Bueno, mira, si no me matan ellos probablemente lo hará la malaria que sin duda he pillado en el río así que, vamos para allá. Negociamos el precio, y nos suben a nuestra habitación privada... salvo que no era privada, la compartíamos con una colonia de cucarachas. Como se las veía que estaban entretenidas nos dio pena molestarlas, así que las dejamos a ellas la habitación y nos fuimos a ver si teníamos mas suerte en algún otro local. Finalmente la tuvimos, aunque la selección de canciones no era especialmente variada o buena (Teorema del Karaoke n 1: el número de veces que se puede cantar Waterloo es limitado). 

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