lunes, agosto 08, 2011

Deimar does China (XVI)

[Previously on Deimar's... esto.]


09/07/2011

Hoy es un día de continuar con la "dieta ligera" para contentar a mi Gene Kelly interior (también conocido como intestino). También es un día de hacer excursión, concretamente a Hangzhou, un pequeño pueblo conocido por tener un lago. Sí, en serio.


Ya he comentado que los trenes en China apestan un poquillo. Especialmente cuando te tienes que sacar tú los billetes. Tras 30m de cola en la estación conseguimos una taquilla, pero nos dicen que no quedan billetes con asiento en hard seat. Nos ofrecen soft seat que es algo más caro y aceptamos. Cuando subimos al tren, aparte de conocer a un señor español muy majo, descubrimos que cuando la taquillera quiso decir "no hard seat" en realidad quería decir "no seat" para todo el tren, y que nuestros billetes no nos daban derecho a un asiento, sólo a poder estar en el vagón de los soft seaters (¡malditos!¡la venganza contra ellos por tener asiento será temible!). Nos fuimos al vagón restaurante y descubrimos que incluso los asientos del bar están numerados (y ocupados de hecho). Decidimos que después de todo el suelo no parece muy mala opción, aunque toca levantarse todo el rato para dejar pasar. En fin, the usual sheep when you travel with me (nadie se quejará de que mis viajes no son excitantes y de que no se hacen cosas nuevas).

Tras una hora de cómodo viaje llegamos a Hangzhou. Es sin duda alguna la estación más concurrida que hemos encontrado (sí, lo digo de cada estación, pero es que se van superando en un esfuerzo por hacerme quedar mal). Tras un breve paseo para encontrar la taquilla, al ver la cola se nos quitan las ganas de coger el billete de vuelta y decidimos dejar el problema para nuestros yos del futuro (nota del yo del futuro: ¡¡hijofrutas!!). Preguntando averiguamos que el autobús que lleva hasta el famoso lago es el K7, y allá que vamos.

El West Lake (sí, el nombre oficial, son tan originales como los que le pusieron a la ciudad al lado del lago de agua salada Saltlake City) de Hangzhou es la principal atracción turística de la ciudad. Es un lago inmenso de aguas cristalinas que reflejan el cielo y  tiene unas vistas maravillas... O así es en mi imaginación al menos. Diría que podía ver el gris de la niebla reflejado en el agua, pero eso sería decir que la niebla nos permitía ver el agua. ¡Qué buenas vistas tienen estas nubes!.

En ocasiones veo muertos... aunque a veces ni eso...

Decidimos comer antes de coger un barco que nos dé un paseo por el lago, a ver si se levantan las nubes (que debieron estar de juerga la noche anterior y se ve que les cuesta), y lo hacemos en un japonés (por no variar sobre nuestras variaciones). ¡¡Spam de cerdo con curry!!! (pues eso, comida ligera). En realidad, parece que la bomba H está funcionando y me siento mejor, y lo más importante, sin tener que visitar a mi amigo el señor Roca. Una vez comidos, nos fuimos a visitar la nube gris... digooo... el lago.

¿El horizonte? ¿Qué es eso de el horizonte? Eso debe ser alguna cosa para pardillos...

Procedemos a visitar el lago. Hay tres formas de hacerlo: andando alrededor, poco practicable porque el lago es inmenso; en, y voy a citar literalmente una guía, un "gaily painted ship" que te lleva a la isla de los 3 espejos de luna; y pagar a un señor para que te pasee durante 30m por el lago en su barca. La primera es estúpida, el lago es demasiado grande, y la tercera es demasiado cara para media hora (aparte  que en nuestras especiales condiciones atmosféricas, un desperdicio de dinero para ver blanco). Así que nos subimos a nuestro crucero del amor y fuimos a la isla.

La isla que dentro tiene... ¡más lagunas! ¡Es una meta laguna!

La isla es bonita incluso con niebla, aunque tiene el problema de que está llena hasta los tops de turistas. Si unimos eso a los estrechos caminos, se hace algo agobiante. La isla contiene tres pequeñas lagunas que en condiciones normales y nocturnas reflejan la luna por completo en sus aguas. En nuestras condiciones, tuvimos suerte porque a veces se podía atisbar la silueta de la orilla contraria de cada lagunita.

No, no es un lugar de veneración, es que estaba lloviendo y ese era el único tejado disponible.

Volvemos a la mainland pero como empezamos a sospechar que esta ciudad es un mojón erm...  la ciudad es famosa además por su té, nos vemos en la obligación de meternos en una casa de té a comprobarlo (y no tuvo nada que ver que se pusiese a llover a mares, ¡en serio!). A ver, me gusta el té. Durante una época oscura de mi vida desayunaba té todos los días (costumbre que curiosamente no he seguido durante mi estancia en la patria del té europea). Pero todo lo que sé sobre el té se reduce a "el de la caja verde y con toneladas de azúcar, por favor", pero aún así la casa de té me gustó. Es un local enorme y nos condujeron a una habitación privada (tras asegurarnos que no era más caro, que a estas alturas del viaje cada nueva actividad nos provocaba a todos un pequeño rictus en nuestras cuentas bancarias). Primero, a una de corte occidental, con sillas y mesas, la opción de noobsrefill y acceso gratuito al buffet de comidas. Como buenos españoles, acabamos con cuatro bandejas de magdalenas, galletas, cacahuetes y demás como "acompañamiento" a la taza de té.

Dicen que cuando pasas mucho tiempo con una persona adquieres algunas de sus características... creo que mis compañeros y yo llevamos demasiado tiempo juntos...

Y nos volvemos a Shanghai (nota del yo del presente al yo del pasado: te libras porque la cola de tarde para comprar entradas es significativamente menor). Esta vez, en un tren bala a 350 km/h superando el record del anterior tren bala Beijing-Shanghai que sólo llegó a los 341. Tell your friends. Tras un ratejo de chill out en el hostal, dejamos a Kaiser descansando y nos vamos a buscar entretenimiento nocturno... ¡un karaoke! (diría que por probar, pero el mote de Timmy me lo he ganado a pulso). El metro que queríamos cierra justo a las 2200 y llegamos a la estación a las 2205 (odio este metro, en serio, además, sólo se pueden coger los billetes en las máquinas y estas sólo aceptan monedas.... ¡desprecio infinito!). Nos tenemos que conformar con coger otra línea que corre paralela durante un tramo a la que queríamos coger y nos deja a dos paradas. El plan era caminar desde ahí. El plan no tuvo en cuenta la escala de los mapas. Así que acabamos perdidos dando vueltas por Shanghai y descubriendo que dos paradas de metro es una distancia equivalente en el sistema periodístico internacional a varias decenas de campos de fútbol. Recurrimos al amigo taxi.

Y ahí estaba yo dándolo todo, ¡¡para desgracia de mis amigos!!

No os voy a engañar, los karaokes aquí tienen pinta de fruticlub de lujo (de hecho, no sé si en los demás sitios también la tienen, que siempre he sido más de Singstar en casa). En cualquier caso, salvo Chik, el resto no parece que fuese a encontrar reparos en un happy ending, y ya que estábamos ahí, lo menos que podíamos hacer era entrar y hacer uso de las instalaciones. Nos costó un rato habituarnos al menú en chino, pero en cuanto le cogimos el truco no hubo dios que compitiese con nosotros a destrozar Bohemian Rhapsody (tampoco es que pudiesen, que te dan habitaciones privadas, aunque cada vez que entraba el camarero se veían ojos curiosos intentando saber quién pegaba esos berridos en inglés). Nos hicieron la 3-14 al pagar sin embargo. Entramos a las 23:47 y el precio se reduce a la mitad después de las 12, pero se paga por horas (no por minutos). Así que al final nos cobran el precio caro (frak them!!). Aún así, nos vamos con la satisfacción de poder borrar otra actividad de la lista de TODO's y derechitos a la cama.

3 comentarios:

Carlos dijo...

Anda! Yo estuve trabajando en Hangzhou 2 semanas, así que me voy a permitir el lujo de matizar una de tus frases:
"Hangzhou, un pequeño pueblo DE SEIS MILLONES DE HABITANTES conocido por tener un lago".
Vamos, incluso para estándares chinos, Hangzhou es mediano.

Deimar dijo...

Nada, nada, es un pequeño pueblo :p

Na, es verdad, es grande y estando allí da la impresión de ser una ciudad más que un pueblo (vamos, edificios de bloques y eso en lugar de casas bajas).

Carlos dijo...

Si cuando estás cerca del lago no parece gran cosa, pero según te vas alejando no para de haber edificios de 10 plantas o así durante kms y kms.