jueves, junio 23, 2011

El "verano" inglés

Ya, técnicamente no ha sido verano hasta ayer, pero por aquí creo que ya hemos disfrutado de todo lo que da de sí el tiempo británico. ¿Qué cómo lo sé? Porque llevo dos meses en los que TODOS los nativos que me cruzo me comentan que hay que aprovechar el buen tiempo porque ese es el auténtico verano.

El típico día de verano en la campiña inglesa...

Pero no me voy a quejar del tiempo. Ya sabía yo que los días soleados eran pocos y cobardes cuando me vine. Voy a comentar sobre un proceso curioso que sucede cuando sale el sol. Veréis, el tiempo aquí es muy muy variable. Hace dos meses, la semana después de semana san... esteee... Eastern, hizo mucho calor (25 de máxima, eso es casi emular la temperatura en el Sáhara aquí) y todos los días fueron despejados. De repronto, ese fin de semana empezó a hacer un frío estremecedor otra vez (Deimar poniéndose el abrigo DENTRO de casa), y desde entonces hay que mirar por la ventana antes de salir a la calle. Porque no es ya que llueva o no, sino que puede hacer frío o no, y las variaciones se dan dentro del mismo día.

Así, puede que esté diluviando y ventoso por la mañana, pero por la tarde te estés asando. ¿Y que pasa cuando sucede eso? Que al salir de trabajar ves a la gente en pantalón corto. No, en serio, yo creo que los llevan escondidos debajo de los largos o algo. Es automático, en cuanto hace sol, pantalón corto, camisa de manga corta y sandalias con calcetines (sí, hijos míos, sí, no lo hacen sólo cuando van a España). Eso los chicos, las chicas no cambian mucho respecto a su indumentaria de invierno, deben ser de una raza superior inmune al frío.  

Otra cosa a notar es que la gente sale despavorida a ocupar los parques. Ya he mencionado que ahora estoy caminando de regreso a mi casa, que está al lado de uno de los parques más grandes de Bristol y que cruzo cuando vuelvo. Pues bien, el sitio se pone hasta arriba de gente haciendo barbacoas. Esa es la otra afición veraniega de los ingleses, hacer barbacoas. A diferencia de España, donde para que prenda un campo basta con arrastrar los pies un poco, aquí no hay el más mínimo peligro de incendio gordo, tendrías que andar con un secador brizna a brizna y tardarías un buen rato, así que hacer barbacoas está más que permitido. Y vaya sí las hacen. A las 6 de la tarde, pero las hacen. Y da igual que la tierra esté embarrada, que haya nubarrones negros asomando por el horizonte, que sople un viento huracanado o que veas al mismo dios Indra, responsable de la lluvia y de las obras de ingeniería de bajo presupuesto, paseándose por el parque... si hay un rayo de sol, se hace barbacoa en el parque (momento en el que yo me tapo la nariz, e intento pasar lo más rápidamente posible por el parque evitando asaltar barbacoas ajenas).

No sé qué es peor, que se vistán así aquí o que haya gente que se cambie a usar sandalias en la oficina después de llegar con zapatos...

Desde luego, no es criticable, sólo curioso. Acostumbrado al verano madrileño, donde arremolinarse debajo del aire acondicionado entre las 11 de la mañana y las 6 de la tarde es casi obligatorio (y el resto del tiempo no lo haces porque en algún momento habrá que salir del trabajo), no deja de resultarme curioso las estampidas de gente aquí cuando hace sol. En mi empresa dejan bastante libertad a la hora de coger días de vacaciones, y creedme cuando os digo que si hace sol, en la empresa sólo quedamos los extranjeros, y ni un inglés.

En fin, parafraseando al gran (literalmente) Obelix: "Están locos estos bretones".

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