miércoles, mayo 18, 2011

Estoy jugando... Race for the Galaxy

Tengo una larga tradición jugando a juegos de mesa. Desde que de pequeñito mi vecino me inició en los misterios del Hotel. En esa época pasaron por mis manos muchos juegos de mesa (HeroQuest, DragonStrike, Cruzada Estelar, Cazafantasmas, Atmosfear...), aunque lamentablemente como sólo eramos dos, la cosa no daba demasiado de sí. Cuando llegué al instituto la cosa se tranquilizó y dejé de jugar, pero en la universidad volví a cogerle el gustillo sobretodo obligado influenciado por mis amigos. Así que, una visita a Madrid no podía saldarse sin conocer el nuevo juego de moda que andaba paseando por ahí.

Race for the Galaxy es un NCCG, es decir, un juego de cartas "no coleccionable", que es el eufemismo que los vendedores usan para decir que no tienes que comprar sobres pero sí que vas a tener que gastarte la pasta en expansiones, salvo que no quieras tenerlo completo (pero entonces no lo habrías coleccionado y... oh wait!). En él, controlamos el futuro de una civilización que intenta expandirse por el universo.

Y más que te vas a hartar de correr... si te descuidas la partida ha acabado y tú no has conseguido ni un punto.

La mecánica de juego es muy simple y muy basada en ese gran juego de mesa que es el Puerto Rico (¡¡alabado sea!!). Cada turno todos los jugadores deben elegir una acción a realizar. Las acciones se revelan y se ejecutan en un orden predeterminado, pero se ejecutan para todos los jugadores, teniendo aquellos que la hubieran elegido algún tipo de bono. Las acciones van desde robar cartas hasta construir instalaciones, colonizar planetas o comerciar. Aquí está casi toda la interacción con otros jugadores, en jugar con las acciones a elegir o adivinar lo que elegirán los otros. En este sentido lo considero mejor que el Dominion, donde la interacción con el resto de jugadores va entre pequeña e inexistente (pero es un juego perfecto para tus amigos onanistas). Como en el Puerto Rico, hay varias condiciones para acabar la partida: que algún jugador colonice o construya 12 cosas, que se acaben los puntos de victoria (que se ganan comerciando normalmente) y erm... ya, creo. Bueno, se acaba más o menos rápido de cualquiera de las dos formas.

Siendo un juego de cartas, las comparaciones con Dominion son casi obligatorias. Este juego me parece un punto más divertido que el Dominion. Al igual que este, también tiene combos estúpidos y son más imparables que los del Dominion, pero en general hay mucha más interacción entre los jugadores durante el juego, y además es más rápido. Esto puede parecer que no debería influir en si es mejor o peor salvo que la diferencia sea entre jugar 8 horas o sólo media, pero si te toca una mala mano vas a agradecer que se acabe pronto, porque en mi experiencia (limitada, y además, soy malísimo), es difícil recuperarse de una mala salida.

Pictured here: Not my usual magic game... (pero si me dicen donde se juegan esas partidas retomo el juego de inmediato)

Existen tres expansiones del juego. Las dos primeras le añaden bastante gracia, mientras que la tercera no la acabo de ver. Cometen el mismo error que Blizzard con el Warcraft 2... no hay ninguna necesidad de meter un recurso nuevo (y menos aceite en el mar, todavía le debo una leche al merluzo que le dio luz verde a esa aberración). Es cierto que no le he dado muchas oportunidades, pero las pocas partidas que he jugado no he podido cogerle cariño.

Os estaréis preguntando cómo es posible que hable como si hubiera jugado unas cuantas partidas después de haber estado tan solo seis días en Madrid. Bueno, es que estos amables chicos han decidido crear un programa para que puedas jugar contra IAs o por red con tus amigos. Como antes me pillarán comiendo cosas que vienen del mar que jugando con seres humanos, de momento sólo he probado la IA. Y está bien, no juega mal, aunque tiene algunas costumbres curiosas, como que en general las IAs usan entre poco y nada la opción de colonizar, pero bueno, al menos sirve para cubrir el mono y probar el juego.

¡Ja! Y mira que hay gente que pensaba que el Apprentice tenía una interfaz de mierda...

En definitiva, merece la pena probarlo para ver si te gusta. Si te gusta, es posible que sea de lo mejorcito en NCCG, aunque a mí este es un género de juegos de mesa que no me acaba de llamar del todo (es que para eso, volvería a jugar a Magic, que siempre es más divertido ganar). Si no te gusta, no va a ser el peor juego de mesa al que hayas jugado, así que tranquilo que al menos no te aburrirás, o no te durará nada la partida.

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