lunes, mayo 16, 2011

Estoy viendo... Beyond the Game

Me voy a poner las gafas de cultureta para hablar de una de las últimas cosas que he visto: un documental. Me las quito para decir que es un documental sobre jugadores profesionales de Warcraft 3.


Beyond the Game es un documental holandés de 2008. El documental empieza mostrándonos imágenes de los cuartos de final de los World Cyber Games, concretamente, de la partida entre Sky (Xiaofeng Li) y Grubby (Manuel Schenkhuizen). Mientras los jugadores se preparan para ver cuál de los dos se clasificará para semifinales, el documental nos deja en el aire para empezar a contar lo que hay detrás de estos grandes jugadores de Warcraft 3. Además de Sky y Grubby, las sinopsis del documental que se pueden encontrar por ahí hablan también de un tercer jugador, llamado Madfrog (Fredrik Johansson), pero esto me parece utilizar la fama de Madfrog para llamar la atención sobre el documental, ya que aparece en poco más de dos escenas.

¿Y qué hago yo viendo un documental sobre jugadores profesionales de Warcraft 3? Bueno, realmente el único motivo es que hay un anuncio del mismo en una página que visito a menudo. Siendo sobre jugadores profesionales de videojuegos, fue como el consabido elefante rosa en mitad de la habitación de mi cerebro. Así que me hice con una copia y a ver de qué se trataba. Cuando lo estaba viendo, y vi sobre qué tres jugadores trataba, tuve que verlo hasta el final, ya que he visto una cantidad ingente de replays de Madfrog y Grubby. El primero me parece uno de los mejores, si no el mejor, jugadores de Warcraft 3 que he visto: imaginativo, adaptable y muy previsor. Con Grubby y Sky mis sentimientos son más encontrados, ya que aunque los dos son muy buenos, siempre me parecieron "coreanos" del montón, que ganan porque han sustituido su sistema nervioso por cables de fibra óptica.


El caso, sobre el documental. Como digo, Madfrog apenas sale. Cuando se rodó el documental él ya se había retirado por lo que sólo se ven unas pocas escenas de su vida cotidiana. De hecho, entre Grubby y Sky, el documental se centra sobretodo en el segundo. En cierta parte es comprensible, la vida de Grubby no deja de ser la de un chaval holandés de familia acomodada que es bueno jugando al Warcraft 3 y se va a Korea para estar más cerca de la competición. Allí conoce a una modelo coreana (no es coña), se enamoran y se van a vivir juntos. Nada demasiado llamativo, vamos, da un poco de asquete el chaval (en realidad no, resulta hasta majete para ser un friki onanista... ¡bah! ¿a quién engaño? De mayor quiero ser como él).

La historia de Sky es muy diferente, y es quizá uno de los problemas del documental. Digo esto, no porque no interese la vida de este chaval chino, sino porque el chico ha tenido una vida dura, muy dura por lo que se dice en el documental, y la película se recrea en ello. Varias entrevistas a los padres, donde vemos un poco la cultura milenaria china y que poco menos admiten que le daban palizas y que no le entienden para nada. Cómo Sky explica que escapó de su pueblo rural para intentar ganarse la vida jugando en Beijing y cómo tiene que entrenar unas diez horas al día para mantenerse al mismo nivel que el resto. Una historia... más jugosa de cara al público, pero no deja de parecer un golpe bajo del director para ganarse a la audiencia. 

(Hi)Jos de Putter: el artista. Y sí, la coña es mala pero llevo 8 días trabajando todos los días, mi cerebro está de vacaciones... permanentes.

En definitiva, el documental está bien. Ni es una maravilla ni es lo peor que he visto en mi vida. Tiene muchos puntos de menos porque abusa de los planos largos y silenciosos, donde la persona que está dando testimonio ante la cámara no sabe muy bien dónde meterse (¿oiga? ¿señor? ¿sigue grabando? ¿se ha muerto usted?) o largos planos del paisaje que no vienen a cuento salvo para dárselas de "artista". Especialmente llamativa es una escena de unos buenos 5 minutos donde el director está viajando en el coche de los padres de Sky por su pueblo en China. No cuentan nada en especial, de hecho la mayoría de los comentarios son sobre el tráfico o cómo deben conducir por China, pero ese metraje está en la cinta (me lleva a pensar que querían alargarla para alcanzar algún número de minutos mágico y que sea considerada documental de larga duración o algo). En ese mismo sentido, el uso de escenas del juego también es usado hasta provocar nauseas en el espectador. Cómo parte buena, el documental muestra de forma excelente el lado más humano de los jugadores, consiguiendo captar sus anelos, esperanzas, e incluso sus momentos más bajos, que es en definitiva lo que trataba de mostrar, así que sólo lo puedo culpar de alargarlo demasiado.

TLDR: Merece la pena si el tema de los jugadores profesionales de videojuegos te llama lo más mínimo. Si no, decide si un drama humano te llama lo suficiente como para perder una hora y diez minutos de tu tiempo.


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