domingo, mayo 29, 2011

Estoy asistiendo a... Avenue Q

Existen dos teatros en Bristol. En uno hacen... erm... "arte" (a falta de una palabra mejor que lo describa), y al otro van de paseo las compañías cuando salen de Londres. Así, el cartel de dicho teatro cambia cada semana dependiendo de la compañía que venga de visita, y cuando me enteré de que venían los chicos de Avenue Q fue casi una obligación moral reunir un grupo de intrépidos culturetas para verla. Lamentablemente, como tengo el carisma de un mejillón, acabé yendo solo con otra persona, aunque al final estuvo bastante bien.

El sueño húmedo de unos cuantos furries...

Avenue Q es un musical que cuenta la historia de Princeton, un recién graduado en filología inglesa que intenta buscar su lugar en el mundo. Buscando un lugar que pueda permitirse para vivir, acaba llegando a Avenue Q, un vecindario en las afueras de Nueva York lleno de "perdedores" como él: Brian, un aspirante a comediante en paro; Christmas Eve, la prometida oriental de Brian que intenta establecerse como terapista aunque no tiene clientes; Kate, una profesora de guardería desesperada por no tener novio; Nick y Rod, un par de tios que viven juntos y tienen sus pequeños roces, Trekkie, un tio que se pasa el día encerrado en su casa viendo porno, o el casero, Gary Coleman, antigua estrella infantil ahora estrellada. A partir de aquí, la historia se desarrolla contándonos como Princeton pasa de esa mentalidad de ser especial que se tiene en la infancia a aceptar su lugar en el mundo.

Dicho así, pudiera no tener mucho interés, pero hay unas cuantas cosas que hacen Avenue Q interesante. La primera es que Princeton, Kate, Trekkie, Nick, Rod y otros personajes secundarios son interpretados por muppets. Originalmente, estos personajes eran interpretados por actores de Sesame Street, lo que no deja de resultar gracioso teniendo en cuenta que Trekkie es una parodia de el monstruo de las galletas, y Nick y Rod lo son de Epi y Blas. Es fascinante observar la expresividad que pueden llegar a transmitir estos muñecos, y rápidamente te olvidas de los actores que tienen una mano metida en el culo del muñeco. Otro de los puntos de interés es que, pese a utilizar muñecos, la obra no es nada infantil. En la obra se tratan temas adultos desde una perspectiva cómica, bastante cínica y gamberra, y el hecho de tratarlos usando muñecos le da un encanto nada fácil de explicar.

And what do you think Im going to do after writting this post?

Pero qué es un musical sin canciones. Originales, bien escritas y muy graciosas la mayoría de ellas. La más conocida es probablemente la que he puesto un poco más arriba, ya que hace un par de años se convirtió en un pequeño meme. Pero con títulos como "It sucks to be me", "If you were gay", "Everyone's a little bit racist" o "Schadenfreude", la diversión está prácticamente asegurada.

Yo conocía la obra a partir del meme que ya he mencionado, y desde entonces he intentado verla. Por desgracia en España no era fácil, porque hasta hace no tanto no había ninguna adaptación al español de España, que diría Microsoft, o no he conseguido ir allá donde he viajado. El caso es que el grupo de teatro de mi escuela hizo una adaptación y debo decir que, después de ver una representación profesional, estaba bastante a la altura. Como fallos se le podrían sacar que algunas canciones suenan forzadas al intentar meter letra castellana en versos ingleses y que se pierden unas cuantas gracias que en inglés son juegos de palabras, pero aún así, y teniendo en cuenta que eran amateurs, la obra estaba bastante a la altura de la profesional, aunque se cambió el personaje de Gary Coleman por Macaulay Culkin. La profesional, teniendo más medios, tiene una puesta en escena más espectacular, pero, al menos en la representación que yo vi, la reutilización excesiva de actores para diferentes papeles le quitaba un poco de brillo. Es una práctica habitual reutilizar actores en diferentes papeles en teatro, pero es diferente cuando se hace mediante maquillaje o vestidos detrás del escenario, a cuando los ves cambiándose la marioneta entre ellos (aunque lo hacen con cierto estilo, llamando tu atención sobre un lado del escenario mientras hacen el cambio en otro).

Y estos bastardos la han hecho en la Gran Vía... justo cuando me fui y la han quitado antes de que haya vuelto (NERD RAGEEE!!!).

TLDR: Merece la pena. La versión inglesa está muy bien, pero la española no desmerece, así que ir a ver cualquiera de las dos. No es el mejor musical de la historia, no te dejará impresionado como cuando ves El Fantasma de la Opera, pero saldrás del teatro contento y tras haberte echado unas buenas risas.

OFFTOPIC: Ayer, un par de amigos decidieron formalizar su relación. No fue oficialmente porque no lo hicieron como Dios manda, es decir, por el banco, pero lo que cuenta es que lo han hecho. Así que: ¡Felicidades!


1 comentario:

Carlos dijo...

Anda, ¡¡gracias!!

Con esto del viaje ahora empiezo a ponerme al día con lo que tengo si leer, y no me había enterado de que habías puesto algo aquí.