lunes, marzo 14, 2011

Las votaciones

No, no voy a hablar de política... bueno, no de la que estáis pensando. Además no estaré en España para votar en las autonómicas, y estando en el exilio no tendría mucho sentido. No, voy a hablar de las votaciones al consejo de alumnos.

Pero... ¿si tu ya no "estas" en la universidad? Bueno, no, pero no me refiero a eso. Todos los días de camino al trabajo tengo que cruzar por el centro de una de las dos universidades de Bristol. El lunes pasado, al bajarme del autobús noté algo raro en el ambiente. No sé si fue el ver todo empapelado, que alguien ofreciese pastelitos (no acepte, que la línea curva ya se mantiene solita sin ayuda) o que un tío disfrazado de Tony el Tigre me saludase e intentase conseguir mi voto. Este comportamiento ha seguido durante toda la semana, hasta el punto de que ya me sé las caras y slogans de la mayoría de los que se presentan a las votaciones. Todo esto me llevo a pensar, y a querer comparar con lo que sucede en mi universidad. Va a ser una comparación muy corta.

Y si me votáis, ¡¡caries gratis para todos!!

En cerca de 10 años pateando los pasillos de la universidad, no estoy seguro de que alguna vez haya sido consciente de que hubiera una votación al consejo de alumnos. Vamos, no sé cómo se manejara eso en Madrid, que ya se que mi centro es una escuela, relativamente separado de otras escuelas de la universidad, y que aquí al estar todo centralizado es más fácil pero... 0 noticias, sin contar alguna mañana que te sorprendías al encontrar mesas electorales en el hall (supongo que a los que les tocó cuidar mesa fueron bastante conscientes, al menos de que tenía que estar ahí, el tema de la votación dudo que sí que lo conocieran). Y vale, es cierto, tengo 0 de interés en la política universitaria (en la "de verdad" también, pero procuro estar al tanto para poder ver que es lo que han prohibido. ¡Viva papá estado!), pero aún en el caso de las votaciones para delegado de la escuela, la verdad es que la información es escasa. 

Desgraciadamente, este no era el slogan de ninguna candidata

El caso es que aquí la gente se lo curra. Ya os digo, la universidad completamente empapelada, con carteles que ya quisieran ser capaces de hacer algunas agencias de publicidad (claro, que también los hay que te dejan ciego). Gente intentando comprar captar tu voto con bollitos y demás (desayuno gratis, ¡yay!, las pequeñas cosas que empiezas a apreciar cuando te independizas) Mucha gente disfrazada intentando llamar la atención, algunos incluso intentando conseguir votos (lo de los furries quizá ha sido excesivo y no tengo muy claro si no habrá sido algún experimento sobre sexualidad psicología)... La comparación en este caso es más odiosa. Es normal que a la mayoría de la gente se la repanpinfle el consejo escolar, pero al menos la gente que intenta hacer algo debería también darse a conocer. Gracias a carteles, bollitos y furries conozco a grandes rasgos el plan electoral de los candidatos, y eso que yo ni siquiera estudio allí. Luego nadie cumple sus promesas, pero está bien que al menos se tomen la molestia de mentirme. Hay que saber mantener las tradiciones.

Da gusto ver cómo se pelean por conseguir el voto del estudiante. NOTA: Con ánimo de fundiros el cerebro, sólo deciros que el número de chicas dentro de esos trajes es igual al número de chicas escondidas en mi armario (chicas vivas I mean)

Pero en fin, después de todo este despliegue democrático (en el más puro sentido americano), me quedo con el slogan de uno de los candidatos que me hace darme cuenta de lo importante que son estas votaciones y lo mucho que influyen en la vida de un estudiante universitario "normal":

Si me votas, seguro que tendré el poder para arreglar los autobuses.
John H. Smith, haciendo promesas que no puedo cumplir.
(Obviamente, el nombre es inventado)

PS: Sí, el post es aún más roñoso que de costumbre, y corto (aunque esto lo agradeceréis), pero es que Kirkwall necesita a su campeón de vuelta (Dragon Age 2 dixit!!)

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