Un nuevo año, una nueva entrada... ¿nuevos propósitos? Pues no, no voy a hablar de nuevos propósitos, porque básicamente, salvo traerme el chandal a Bristol y dejarlo de forma acusadora encima de mi silla (no sé cuanto aguantaré esa mirada de desprecio antes de meterlo en el armario), no he hecho ninguno. No, hoy vamos a hablar de los idióticos propósitos que este servidor se hace de vez en cuando, especialmente cuando se vino a vivir a Albión.
Algunos ya los conocéis. Me propuse escribir una historia... ¡MEC! Error. Me propuse conseguir una tortilla de patatas decente... !MEC¡ Error (bueno, esto es discutible). Me propuse escribir un blog... erm.. bueno, lo daré por válido, que nunca me propuse que la gente lo leyese como condición de victoria. Pero ha habido otros retos que me he impuesto Retos que al ser revisados desvelan una inquietante tara psicológica en mi persona (bueno, como si fuera algo nuevo).
Yo me siento igual de realizado... y sin haber tenido que matarme a subir escaleras
Empezaré con los retos relacionados con los alimentos. Ya se sabe, nuevo país, nuevos horarios, se come a las 12, se sale a las 1800 de currar, como no quieres alienarte completamente de tu horario español aguantas la cena hasta las 2030 por lo menos... Pero claro, si uno es "de huesos grandes" y está acostumbrado a intervalos más pequeños de tiempo entre la comida y la cena (o la meriéndula), pues a veces se hace una visita a la máquina de comida de la empresa. Y sí además ese día te das cuenta de que tus monedas de menos de 50 "piis" (peniques) tienen poca salida y que la máquina las aceptas. Y si finalmente ves que hay una variedad de chocolatinas bastante amplia, pues te entra en la cabeza la absurda idea de probarlas todas. Una labor extremadamente ardua pero a la que este servidor vuestro se entregó con esfuerzo y voluntad... y que acabó antes de terminar el primer mes de curro... El veredicto es que las chocolatinas inglesas ganan a las típicas (Mars, Kit-kat y demás) no porque estén más buenas, sino porque cuestan 10 "piis" menos. El otro reto culinario me vino al plantearme la pregunta: ¿qué demonios voy a hacer para desayunar?. Así que repetí la mecánica utilizada en la máquina de comida y empecé a probar todas las cajas de cereales de la sección de idem de Salinsbury... Bueno, miento, sólo he probado los que tenían una probabilidad de gustarme (a.k.a. he dejado de lado todo lo que ponía sano, fibra o regularidad... aunque si hubieran tenido mis amados cereales integrales del Mercadona con virutas de chocolate hubiera caído). Los ganadores son los Kraven. Estos cereales con nombre de malo de Spider-man son bolitas rellenas de nocilla gnutella chocolate con avellanas (podría haber sido peor, podrían haber puesto en la caja que son de leche, cacao, avellanas y azúcar), pero han sido descalificados de la competición porque no tienen aguante (a.k.a. valen lo mismo que los otros pero duran la mitad, especialmente salvaje porque se pueden comer perfectamente sin leche y siguen siendo una delicia), así que el segundo ganador, los Cheerios de miel, suben al podium (en dura competición con los Frosties, pero el hecho de que quiera conservar mis dientes un rato más le ha dado la ventaja a los Cheerios).
Sólo hay que mirarle... tan relleno de nocill... !chocolate!
Al margen del tema culinario, ha habido otros retos. Por ejemplo, me propuse tener la casa recogida (pues va a ser que no), limpiar el baño cada semana (lel), apuntarme a clases de algo (xDDDDDDDDDDD) o, el mayor reto de todos, comprarme una bicicleta e ir así al trabajo (NdE: Los servicios de urgencia están atendiendo al autor del blog en estos momentos. No sabemos si sobrevivirá al terrible ataque de risa).
A mi favor diré que los retos fáciles sí que los he cumplido. Cosas como ver todo lo visitable de Bristol (bueno, no he entrado al zoo y tal, pero tampoco creo que haga falta), ver Entourage (me la recomendó una amiga y la verdad es que está bastante bien y me enganché por completo), casi no vaguear en el curro (discutible, prácticamente se puede decir que lo que vagueo es por obligación, que mal me tratan... :p) y subir las escaleras en el curro en vez de tomar el ascensor, con 100% de éxito. Mencionaré también mi proyecto personal de sacarme una foto semanal y colgarla en Facebook bajo el album Proyecto Ego (que sutil soy con los nombres, ¿eh?), para comprobar cómo estoy cambiando durante este tiempo de penurias y patatas asadas... aunque es medio proyecto fallido, que lo de la foto semanal es más bien quinquenal... a veces ni eso.
Y así llegamos al final de esta primera entrada del 2011. Feliz año a todos, y espero retomar un ritmo más normal de actualizaciones en breve (con historias tan interesantes como la primera visita de MrK, la fauna de Bristol, y algo que me invente porque en realidad me quedo sin cosas interesantes que contar).
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