Antes de todo... ¡Feliz Navidad!. En estas fechas tan señaladas me llen... este... no, no, lo que quería decir es que estando en mi terruño, estas semanas reduciré (más, el blog ha tomado una droga que le reduce el ritmo cardíaco hasta parecer muerto) el ritmo de escritura. Pero aún así actualizaré. Y continuando la épica saga "Deimar sobreviviendo por sí mismo", toca contar los trámites una vez tienes una casa asegurada.
El primero es asegurarte que tienes la casa. Mi problema fue que dije que sí a la casa un jueves, y las agencias inglesas gustan de darse unos días para comprobar tus datos. Esto quiere decir que no recibí confirmación para realizar el pago hasta la semana siguiente (y yo ya tenía la paranoia encima de que la casera se iba a echar atrás, o me iba a decir que un año o alguna otra "original" respuesta). La casa no tenía muebles, así que necesitaba comprarlos cuanto antes. Para ello durante el fin de semana me pegué viajes al Ikea a ver que encontraba. Me hice mi lista, e hice mis deberes de preguntar cuanto tardaban en enviarme los muebles a casa (3 días). Como uno nunca ha tenido la necesidad de comrpar en Ikea, también pedí explicaciones acerca del sistema de compra. Pues genial, con la lista hecha, solo faltaba la confirmación del piso para pedir los muebles y poder mudarme cuanto antes de la casa de mi compañero (teníamos un sitio especial para dejarnos las llaves de la casa... rollo americano dejando las llaves debajo del felpudo), que siendo como soy, me daba bastante palo estar por ahí causando molestias (especialmente porque los días que estuvo en casa tuvo compañía... sólo diré que se les oía susurrar, así que os podéis imaginar que más oí.
Sí, es tan cómodo como aparenta... total, ¿vas a echar de menos tu columna vertebral?
El lunes toca llamar a la agencia para que no tarden en confirmarme. Ellos no tenían intención de llamarme ese día, pero haciendo gala de mi legendaria capacidad de negociación (porfa porfa porfa pliiiiiiiiiiiiiiiiis), accedieron a hacer los papeles definitivos al día siguiente. Kewl!! A comprar muebles tocan. Para el que no lo sepa, en Ikea tienes que recolectar los muebles tu mismo, aunque te los vayan a enviar a casa. Con los años he desarrollado cierta alergia a los trabajos manuales (a unos más que otros, malpensados... uuh... great, now I'm a pervert!!!), decidí intentar pedir los muebles vía página web. Lo que hubiera funcionado si hubiera podido pedir la cama, pero un error con el catálogo me impedía añadirla a mi lista de compra. Pues nada, aún así probé a intentar comprar el resto a ver si conseguía otra estimación del tiempo de envío... 20 días... WHY THE FACE!!!! En fín, voy a fiarme más del dependiente que de la página web. Así que me voy corriendo al Ikea al salir del trabajo para comprar: Cama, mesa, silla y colchón. Cargo todo como puedo en un carrito y ala, a pagar. Aquí me pasé de listo, ya que noté que el tío de la caja no pasó el código de barras del colchón, así que me callé cual putilla alegrándome de pagar 50 libras menos. Ahora a pedir que las envíen, que es un mostrador situado fuera de las cajas... para que no te arrepientas de comprar. 30 minutos de espera porque no hay nadie atendiendo, hasta que uno de los que estaban en el mostrador de devoluciones se apiada de mí y me hace el repaso de lo qeu hay que enviar... haciéndome pagar el colchón y pasar un mal rato mientras intentaba explicar por qué no había pagado el colchón (yo... este... no me dí cuenta... erm... ¿lo pasé escondido debajo del abrigo?). Bueno, en fin, me atracan a mano armada con el precio del transporte (si me descuido vale más que los muebles) y me dicen que me llegaran el lunes de la semana siguiente... al menos no son 20 días.
Porque siempre es tiempo de recordar a los grandes... especialmente cuando te sientes atrapado en un bucle continuo de carreras a su estilo
Pues genial, muebles a la semana siguiente, y mi amigo Mr.K viene este fin de semana de visita a dormir a casa, da gusto cuando las cosas salen bi...vaya... Día siguiente carreras a pagar el piso y conseguir las llaves. Al siguiente madrugón para comprar colchones para mi amigo y para mí. Además, contaba con mi alemán favorito y su coche para realizar el transporte, pero se vuelve a su terruño el jueves, así que toca mudanza express, lo que significa que voy a ocupar antes de tiempo mi piso, durmiendo en un colchón y que voy a tener visita express a comprar sábanas y almohadas. Yo creía tener esto dominado yendo al Marks And Spencer que según su página web cierra a las 9 de la noche... pero una vez más la realidad me golpeó en el estómago con su puño a las 6 de la tarde, hora en la que de verdad lo cierran... visita nocturna al Ikea again!!.
Finalmente conseguí tener una casa más o menos decente para la visita de mi amigo, lo que incluyó que el autobús me dejase tirado cuando llevaba toda la vajilla y cubertería (que pesa un quintal por cierto). En posteriores ocasiones el relato de la visita de Mr. K, que no tiene desperdicio tampoco.
El lunes dejé a mi amigo que visitase por su cuenta Bristol mientras yo me quedaba a esperar los muebles. Tardaron un poco en llegar, y como ya era casi la hora de comer, quedé con mi colega a abusar por última vez de la comida inglesa (porque una vez más probablemente hubiera hecho que mi corazón se declarase en huelga). Mi amigo partió, yo me fui a trabajar, volví, toca montar los muebles. Lo primero que noté, es que no es cierto que te venga todo lo que necesitas para montar los muebles... por ejemplo, no tienes destornillador. Recurrí al viejo truco de utilizar un cuchillo, que soy un tío con recursos. Pues ale, monto la cama. Noto algo raro... 4 travesaños, 4 patas, un cabecero... no sé qué es pero falta algo... Intentemos poner el colchón, que lo mismo estoy siendo un paranoico... ahm... el colchón atraviesa la cama y cae al suelo. Pues va a ser que le falta el somier... que se vende por separado... ¡¡1 punto para Timmy por hábil!!. Bueno, al menos voy a montar la silla y la mesa para poder jugar a algo de una vez, que el ratón no tira bien en la moqueta... El truco del cuchillo falla al tener que atornillar las patas de la mesa y la silla en sitios donde no hay agujeros. Para los que llevan las cuentas: Ikea 3 - Deimar 0, y mi casa con media silla, media mesa y una cama sin somier danzando por ahí... carrera al día siguiente al Ikea a comprar herramientas y un somier. Afortunadamente, el somier son tiras de madera unidas por tela por lo que se puede transportar en el autobús. La gente que me vió por la calle debió pasárselo bastante bien viéndome cambiar de un lado a otro las piezas de madera (sobre los hombros, sobre la nuca, debajo del brazo... la cantidad de ejercicio que hice ese día...).
Si a él se le ve confuso... imaginaos los sentimientos de los simples mortales
Y hasta aquí el relato de cómo amueble la casa. Os deseo a todos todo lo que deseáis vosotros mismos en Navidad ;)
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