Retomo el relato donde lo dejé. La entrada a Salinsbury. Nada que destacar de la ciudad. En realidad, de las 3 o 4 ciudades que vimos del sudoeste de Inglaterra puedo decir que son todas bastante similares y pequeñas. Bueno, más bien aparentemente pequeñas, que los ingleses tienden a extenderse mucho a lo largo (a base de casitas pequeñitas cada vez más lejanas). La visita a una ciudad de estas partes es además bastante estándar: visitas la catedral (y vas diciendo "esta es la de los pilares de la tierra", no, esta, no, esta seguro) y si eso alguna de las iglesias anglicanas (pero muchas tienen prohibido el paso fuera de tiempo de misa... buuuu). Salinsbury se ajusta perfectamente bien a este patrón.
Monumento al obrero español que ayudó a levantar la catedral de Salinsbury
Después de mogollón de vueltas para encontrar sitio (otro de los puntos comunes, cero plazas de aparcamiento en la calle), nos metimos al parking de un centro comercial. La zona de la catedral no está mal, han conservado muchos edificios de la época medieval y los han reconvertido en museos y/o cervecerías (true story, la cervecería más antigua de Inglaterra se encuentra ahí, o al menos eso decía su cartel). El "centro" de la ciudad es una zona comercial con bastantes pubs y pequeños comercios. Puestos a sacar conclusiones sin fundamento, diré que es algo bastante común, y que en Bristol también sucede, la zona importante está cortada al tráfico y parece un centro comercial gigante (aunque lo de Salinsbury casi no llegaba a mercadillo).
Como Mr. K se propuso como meta comer sólo comida inglesa durante el fin de semana, nos metímos a un pub a comer. Obviamente, Mr. K comió algo con patatas y yo comí algo metido en un hojaldre :p (hay poca variedad regional en la comida me temo). Y para bajar la comida nos fuimos a ver la catedral y demás. Tras 10 minutos ya habíamos acabado, así que nos volvimos al coche a seguir con nuestra ruta turística.
Aquí he de decir que normalmente cuando viajo, suelo dejar que los demás organicen el viaje. Puedo dar ideas y demás, pero todo el que viaja conmigo tiene más o menos constancia de un pequeño acuerdo: yo no decido a donde se va, pero tampoco me quejo (demasiado). Pero como mi amigo es un esclavo ocupado consultor, me tocó elegir sitios que visitar en nuestro periplo. Así que tuve que recurrir a mi agente de viajes habitual, mr. Google. La ruta de viaje al final no quedó mal: El pueblo ese de sal (Wiltshire), Stonehedge, Salinsbury, el castillo de Lulworth (que nombre más lul, los linchamientos a causa de esta coña al acabar el post please), Forde Abbey, la costa Jurásica y Exeter para ese día.
Ya habíamos fallado al no encontrar el desvío a Wiltshire, e ibamos con poco tiempo, así que salimos de Salinsbury directos a ver el castillo de Lulworth... que nos encontramos cerrado después de dar varias vueltas por el pueblo completamente perdidos, divisar varias señales de "Peligro: tanques" (creo que debe haber pocas cosas que acojonen menos que ver esa señal cuando estas en mitad de un campo... bueno, la de "Peligro aviones" que también vimos está ahí ahí). 5 de la tarde, empieza a anochecer, toca correr si queremos ver algo más.
¡Mira! ¡¡Si entornas mucho los ojos puedes ver "algo" del castillo de Lulworth por encima de la valla!!
Decidimos pasar de Fort Abbey por el horario y fuimos directos a seguir la carretera que bordea la costa para ver los acantilados de la csota jurásica. La costa jurásica es un sitio declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco por sus acantilados en los que se pueden ver varios estratos prehistóricos. Pero descubrimos que: a) la carretera de la costa no va pegada a la costa y b) el sitio donde dicen que está el centro cultural de la Unesco dedicado a la costa no solo no está en el pueblo que dicen que está, sino que, además, dicho pueblo no se encuentra en ningún acantilado, sino en una pequeña playa (de piedrecitas, eso sí).
En lugar del sitio de la Unesco encontramos una juguetería con esta maqueta... Si nosotros nos conformamos con ello, vosotros también
Para el que lleve la cuenta, eso hace un 4-2 en contra nuestra para las visitas planeadas. Con el primer tiempo agotado y una diferencia tan grande a favor del equipo de casa, decidimos que era hora de parar (eso, y que era una noche tan cerrada que casi nos perdemos hasta la playa). Así que partimos hacia Exeter.
Nos llevo algo de tiempo encontrar el hotel, pero la verdad es que estaba bastante bien y fue bastante barato (un hotel de 4 estrellas por 10 libras la noche cada uno, era un one time special offert, antes de que os pongáis a rajar de las 4 estrellas :p). Dado que en el viaje del año anterior sobrevivimos a base de hostales que buscábamos al llegar a cada ciudad, fue un cambio agradable ir con la reserva hecha.
Exeter, al igual que Bristol, es una ciudad universitaria (aka mogollón de chavales de 20 años saliendo de fiesta). Así que enganchamos al recepcionista y le interrogamos sobre sitios para cenar y salir de marcha. Sorprendentemente (no), ambos sitios coinciden. Como estabamos un poco hasta los eggs de las patatas y el hojaldre, nos metemos a probar el otro tipo de comida inglesa... la comida india. Trás probar la comida india de restaurante, sigo afirmando que no se parece en nada a la comida india española. Pero la cerveza estaba bastante bien. Tanto que no sólo salimos del restaurante llenos de comida, sino con 4 pintas en el cuerpo cada uno. Así pasó, que de todos los bares que vimos, nuestras embotadas mentes nos acabaron metiendo en el único bar australiano de Exeter. Después de verlo, creo que "bar australiano" es argot inglés para decir "bar de hooligans". Nos pedimos una pinta de agua coloreada, pero ninguno pudo terminársela (y ni siquiera fue por el sabor, sino porque no nos entraba más), así que decidimos irnos al hotel antes de que nos acercase algo femenino (que en ese bar en concreto habría que haber apartado con un palo al grito de: ¡¡fuera, bicho!!)
Un ejemplo de las féminas del lugar, imaginaos los tíos...
Y aquí termina el apasionante día 1. Permanezcan en sintonía para el apasionante día 2.
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