jueves, agosto 08, 2013

Antichamber

Y comenzamos mi lista de compras de las ofertas de verano de Steam. Para abrir el apetito, un juego indie desarrollado por una sola persona durante seis años. Antichamber, de Alexander Bruce.

Correcto. Empezamos también la reseña entonces...

El juego empezó pretendió ser una arena para un FPS, pero debido a un error de programación, el creador descubrió una forma de enlazar las diferentes zonas del mapa de una forma... erm... rara. Para ponerlo en términos más conocidos para los aficionados a Lovecraft, en formas no euclídeas. Y así lo que iba a ser una arena se convirtió en lo que es actualmente, un juego de puzles. 

En Antichamber controlamos a un sujeto sin nombre y sin cara. Nuestra presentación al mundo es la sala de control del lugar donde nos encontramos, en el que podemos ver el mapa del mundo que vamos descubriendo así como las diferentes opciones del juego y un cronómetro que empieza a contar dándonos hora y media. Y lo más importante, la salida del laberinto. Nuestro objetivo, detrás de una cristalera. Pero es importante no obsesionarse mucho con el final, ya que como suele suceder, lo importante es el viaje.

Y menudo viaje. Como ya he dicho, Antichamber es un juego de puzles desde una perspectiva en primera persona. Portal o Quantum Conundrum serían lo más cercano que me viene a la mente.  Pero lo que distingue a Antichamber de esos dos, es su diseño. Antichamber es un puzle global. Recorrer el mapa y saber cómo llegar a cada zona ya es un desafío, al que hay que añadir averiguar las reglas que rigen el pequeño laberinto en el que estamos metidos y utilizar lo que aprendemos para seguir avanzando.

Me doy cuenta de que esta pantalla engaña. No es ni de broma todo lo que se necesita saber...

Y es que eso es algo que Antichamber hace muy bien. A veces podemos estar atascados en una zona y decidir seguir recorriendo el laberinto. Y en un momento dado, aprenderemos alguna cosa nueva que podemos aplicar al problema original. Y lo que es mejor, sin que el juego nos diga explícitamente cómo resolver el puzle, sino permitiéndonos descubrirlo por nosotros mismos. La sensación que produce hacer esta conexión es simplemente genial.

Sin embargo, este diseño tiene algunos problemas. El principal, que hay obstáculos para los que se necesitan herramientas que hay que obtener en otras partes del laberinto. Pero a veces esas situaciones no son nada claras, y es posible que el jugador se tire un buen rato dándose de cabezazos contra un problema que no puede resolver por mucho que piense. 

El juego maneja la perspectiva de manera magistral

Otro problema, aunque menor, es que el juego te obliga a volver a recorrer una y otra vez las mismas habitaciones. No es raro pasarse varios minutos intentando descubrir qué hacer a continuación o dónde está esa habitación que ha descubierto cómo solucionar. El mapa ayuda, pero muchas habitaciones no aparecen en él, y la especial geometría del lugar hace difícil encontrar ciertos sitios. Mención especial a los callejones sin salida dejados en el juego para que en un futuro un parche añada contenido, que me parece un fallo bastante frustrante.

Por lo demás, no esperéis gráficos demasiado elaborados, aunque los que hay cumplen su función. El sonido no es nada destacable tampoco. Aunque hay algunas canciones que no están mal, la mayor parte del viaje se realiza en el más absoluto silencio salvo por el ruido de nuestro personaje saltando. 

E incluso puedes conseguir pistolas. Este juego lo tiene todo.

En definitiva, un juego de puzles y exploración bastante bueno. El diseño de puzles es muy bueno y desafía las ideas preconcebidas que se pudieran tener. Ideal para jugarlo en ratos tranquilos en los que no apetezca un ritmo frenético, sino acción reposada y darle al coco. 

TLDR: Cómpralo si te gustan los juegos de puzles. 

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