miércoles, mayo 29, 2013

¡Estoy harto de estos malditos sicarios en este maldito av... erm... prisión!

Previously on Deimar's: Científicos inocentes. Tarjetas. Contraseñas. Idiotas. Prostifrutas. Una mano al rojo. Al pie al azul. Menuda me han dado. ¿Quién habrá ganado?. And that's what you missed on Deimar's.

Cuando volví a mi speeder recibí un par de mensajes de un "amigo". Básicamente, me invitaban a abandonar el caso. Si lo hubieran hecho hace 200 cadáveres y antes de que encontrase mi nombre en la lista de objetivos de un asesino a sueldo, quizá hubiera considerado hacerles caso. Sin embargo, a estas alturas ya sólo veía las curvas de Sylvia como recompensa a todo este trabajo así que nada me hubiera hecho parar. Quizá un millón de dolares. Sí, definitivamente un millón de dolares. Y que me incluyesen como bono todo lo que me había gastado en investigar. 

Un poco tarde, pero se agradece el detalle...

El caso es que parecía un buen momento para visitar a Frank Schimming y comentarle que sus subalternos estaban tratando de conquistar el mundo. Lola Lovetoy me había avisado de que Frank Schimming era bastante egocéntrico. Pero una cosa es ser egocéntrico y otra ignorar al tío que tiene pruebas de que hay un satélite que ha pagado tu compañía capaz de dominar las mentes de las personas más influyentes del planeta. En fin, si tiene algún beneficio que Ley&Orden se haga con el control mundial es que nos librará de gente como esta. O no, y su futuro distópico sería aún peor de lo que nadie podía imaginar.

Idiota: 1. Que padece de idiocia. 2. Engreido sin fundamento para ello. 3. Frank Schimming

Llamé a Lee para averiguar la dirección de Harry Rice, el tipo de la lista de objetivos de Slade al que no conocía. Por 500$ la tuve en un tiempo razonable y me puse en camino de inmediato. Al llegar allí encontré la casa completamente vacía. Parece que el señor Rice la vió venir y decidió poner tierra de por medio. Un gesto un tanto fútil si tenemos en cuenta el alcance del poder de Overlord. 

 Circulen. Circulen. Nada que ver... 

Antes de ir a casa de Robert Knott, el líder de Ley&Orden, decidí volver a la casa de la playa de Ron Morgan para ver si se me había escapado algo sobre cómo conseguir la tarjeta que se encontraba en su acuario con pirañas. Y sí, se me había pasado algo por alto, sí. Cometí el error de no mover las lamparas y encontrar el escondite de la comida de pirañas. Porque para Morgan era más importante esconder la comida de las pirañas que el botón que anula la alarma antirrobos que estaba en la mesa del comedor a la vista de todo el mundo. Y ya que tenía la tarjeta roja en mi poder, aproveché para echarle un ojo al terminal Nexus. Al parecer, un viejo había contratado a Morgan por ser el autor de "Como ligar con jovencitas si eres un viejales". Me imaginaba que cierto viejo aficionado al ajedrez no había tenido mucho éxito con el contenido del libro y por eso había actualizado su arsenal con técnicas de control mental. Pues ya podía haber recurrido a unas Ruffies como todo el mund... erm... haberse descargado porno al fax...

He de decir que sin duda alguna Ron Morgan era el que menos debía sospechar que iba a contribuir al fin del mundo...

Sin nada más que hacer, puse rumbo a la casa de Robert Knott. El líder de Ley&Order. El malnacido detrás de todo esto. ¿El clon malvado de Bono?. La casa de Knott estaba moderadamente bien protegida, aunque no me costó demasiado entrar y tener una charla amigable con él. Me contó que Slade era su brazo ejecutor  (gracias capitán obvio) y que Overlord era un plan para controlar el mundo pero que no sería él quién lo dirigiese. Y cuando le pregunté por Tom Griffith, el CEO de MTC, me respondió esto:


Antes de morir, Knott me había contado dónde estaba la misteriosa central de Ley&Orden, así que salté al speeder y puse rumbo allí. Durante el camino, un fax de un anónimo me avisó de dónde podría encontrar a Slade. Era una trampa obvia, que probablemente hubiera funcionado con los científicos de Overlord, y ahora mismo no tenía tiempo para trampas, así que decidí ignorarlo.

Llegué al edificio que hacía las veces de base de operaciones para Ley&Orden. Tras obligarles a renovar a todo el personal de seguridad, la alarma contra robos me dejó encerrado en la oficina. Pero tenía tiempo más que suficiente para encontrar el botón para apagarla y registrar la habitación. Encontré las actas de la última reunión de las cabezas pensantes de la organización en las que se hablaba de Robert Knott, Stanford Demille, Melba Wiedbush y Bazil Mallory. Tras buscar un poco más encontré la caja fuerte con la tarjeta gris de Larry Hammond. Y con esto se acabó mi odisea de buscar tarjetas y contraseñas. Ahora sólo quedaba encontrar la base secreta de Ley&Orden.

La calavera del suelo le da cierto toque clásico...

Como no encontré nada de utilidad más, decidí dejarme caer por la fiesta sorpresa que Slade me había preparado. Tan emocionado estaba que no pude ni dar un discurso de agradecimiento. Así que tuve que dejar que mis balas hablasen por mí. Lo malo es que se extralimitaron un poco, y cuando me quise dar cuenta había metido seis en el cuerpo de Slade. El pobre murió mucho antes de poder contarme nada útil.

Muere sí, pero al menos muere feliz haciendo lo que más amaba. Fumar camels...

Llamé a Vanessa para que averiguase la dirección de la cúpula de Ley&Orden. Me dió la dirección de Demille y Wiedbush, lo cual significaba sin duda que era Mallory el que tenía la información. Y efectivamente, tras dos visitas infructuosas, tuve que pagar 500$ a Lee para que me dijese que Sonny Fletcher me podía dar la dirección de Mallory. Este a su vez, decidió también ignorar que si no paraba el proyecto ibamos a morir todos y me sacó 700$ por la dirección del jefe de seguridad de Ley&Orden. Total, que para cuando llegué a ver a Mallory, tenía tanta rabia acumulada tras calcular cuanto iba a cobrar por este trabajo tras pagar a todo el mundo que le saqué la dirección del sitio sólo con mirarle.

¿Cómo consigue nadie montar nada secreto en Alcatraz? Debería ser el lugar más vigilado del planeta con tanto idiota intentando hacer algo allí...

Alcatraz. Tenía que haberlo sabido. Si algo malo sucede en la bahía, sucede en Alcatraz. Aterricé el speeder en el patio de recreo y me adentré en la vieja prisión. Un golpe en la nuca me dejó inconsciente. Al despertar, estaba en la antigua habitación de las calderas de la prisión. J. Saint Gideon, sorpresa sorpresa, estaba delante de mí. El viejo empezó a fanfarronear sobre cómo me había utilizado para recuperar las tarjetas. Lo cual me indicó que chocheaba más de lo que yo pensaba, ya que lo lógico hubiera sido dejar que siguieran perdidas en vez de hacer que alguien las juntase y llevase al único lugar donde podían hacer algo para frustrar sus planes malignos. ¿Pero qué sé yo de planes malignos?

Y después de esto se fue diciendo: MUAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAAH

El caso es que el viejo me dijo que estaba a punto de terminar el proyecto en breves instantes y que iba a dejarme con vida por si le podía resultar útil. Me dejaron sólo en la habitación. Y el resto... Bueno, el resto es historia...

Una historia que tengo grabada en vídeo y que no me voy a molestar en narrar. MUHAHAHAHAHAHAHAha. Por cierto, está fue sin duda la peor fase arcade que he jugado en este juego, porque el resto las pasé sin recibir daño.

¿To be continued?

1 comentario:

pHonta dijo...

Increíble como el arma se queda flotando un ratito después de que les mates, estilo "Correcaminos".

Y... DAT VOICES al final xD

Bueno, GZ por aguantar todo el juego,jeje