miércoles, mayo 22, 2013

Danger!! Danger!! Warning!!

Previously on Deimar's: Control mental. Proyectos secretos. Organizaciones fascistas. Asesinatos. Tarjetas. Contraseñas. Más asesinatos. Más tarjetas. Más contraseñas. Mucho speeder. And that's what you missed on Deimar's...

El siguiente científico de mi lista era Greg Call, el que se había suicidado pegándose un tiro. Cuando llegué a su apartamento me encontré con un comité de bienvenida lleno de amor y cariño. Un comité como sólo los de Ley & Orden pueden preparar. Tras despacharlos rápidamente, me dediqué a registrar el apartamento con la esperanza de encontrar algo que se les hubiese escapado a los matones y a la policía... y efectivamente, lo hubo. Da gusto ver cómo siempre se puede contar con la inutilidad del resto de mundo. Una constante en el universo. El caso es que encontré un mapa escondido detrás de un armario ropero. En el mapa había señalado un lugar en las montañas Shasta y un código de navegación.

El juego es superinteractivo a veces...

Decidí salir de allí pitando e ir directamente a la nueva localización. Me costó un poco, pero conseguí encontrar un claro entre los árboles donde dejar el coche. Tras explorar la zona, encontré la entrada a una cueva en la montaña, y al fondo de la cueva el laboratorio secreto de Call. Al parecer era físico nuclear, ya que tenía un pequeño reactor y varias vitrinas con elementos radiactivos con aparatos para manipularlos. Quizá era buena idea no tocar nada. 

Explorando un poco encontré una bolsa llena de diamantes y otro mapa de california con la localización de la mina del holandés errante que me guardé para ... erm... futuras referencias... y no para ir a saquearla. No, para nada. También encontré un palo de 10 pies que me metí en mi speeder. Nunca sabes cuando vas a necesitar un palo tan largo. En la habitación había una estalagmita rodeada de hiedra venenosa que parecía tener una especie de cavidad dentro, pero no pude comprobarlo debido a que no llevaba protección para apartar la hiedra. 

Por un minipunto, a ver quién dice de qué es referencia ese robot.

Seguí con mi exploración y accidentalmente liberé agentes radiactivos. La puerta de emergencia se cerró y empecé a notar que perdía la visión. Las piernas me temblaban y me apoyé en una estalagmita cercana que se abrió para mostrarme el botón que abría la puerta de emergencia. Por un momento pensé que no vería mi cheque por el trabajo...

Paseé un poco por el bosque hasta recobrar el aliento. Un susto así bien merecía una visita a la mina del holandés a ver qué encontraba. Y la respuesta es nada. Por lo visto los diamantes de la bolsa era todo lo que quedaba del tesoro de la mina.

Siga jugando...

Desalentado, decidí ir a ver al amigo Ron Meat para preguntarle por Big Jim Slade como me había recomendado Lee. Tras la habitual paliza, Ron acabó mencionando que Slade había estado por allí soltando dinero a espuertas y diciendo que había estado muy ocupado. Siendo un asesino a sueldo, eso sólo podía significar que tenía a un más que posible candidato a ser el culpable del rastro de suicidios que había estado siguiendo. Eso sí, Ron también mencionó que no tenía ni idea de su paradero actual, pero que me mantendría informado. Gracias Lee, ha sido dinero muy bien invertido...

Tu información es igual de útil que la de Lee, pero al menos tú me sales gratis...

Me acerqué a Beverly Hills a visitar a J. Saint Gideon, el fundador de Gideon Enterprises. El señor Gideon se había retirado hace unos años a su mansión y no salía mucho de ahí. Pero estuvo encantado de recibirme cuando le hablé de Linsky y mi caso, aunque no se molestó en levantar la mirada de su tablero de ajedrez mientras hablaba conmigo. Tampoco es que tuviera mucho que contar. Sólo mencionó que también había fundado MTC para dar cursos de liderazgo a los ejecutivos de Gideon Enterprises y que le parecía raro que Frank Schimming, el actual presidente de Gideon, no la hubiera cerrado. De hecho, el viejo no tuvo ninguna palabra bonita para Schimming, ya que le había obligado a retirarse, quitándole de paso el control de la empresa.

¿Señor? ¿Por qué ha empezado a acariciar a su gato mientras decía eso?

Agotadas mis pistas, decidí volver a dejarme atracar por Lee para averiguar dónde estaba Bosworth Clark, otro de los empleados de MTC de la lista. Por el módico precio de 900$. Y para decirme que se había hecho un seguro de vida con Peter Dull, el mismo agente que figuraba en la poliza de Linsky. El mundo es un pañuelo y esta ladrona me está dejando en la parte de los mocos.

To be continued...

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