miércoles, enero 16, 2013

El fin... y el fin

Me levanté con una resaca de caballo y comprobando que pese a la borrachera de la fiesta seguía manteniendo el oro que tanto esfuerzo me había costado conseguir. Ya sólo me quedaban algunos detalles antes de acabar mi aventura: encontrar a la hija del barón, acabar con la amenaza de los bandidos y derrotar a Baba Yaga.

Previously on Deimar's... el barón estaba tan perjudicado que ni siquiera salió a recibirme

Dado que no tenía ni la más remota idea de dónde podía encontrarse la princesa (sólo que tendría que usar una poción de disipar para rescatarla) y que la guarida de los bandidos estaba fuertemente guardada, sólo restaba averiguar cómo entrar a la casa de Baba Yaga. Para mi sorpresa, cuando llegué a la casa de la bruja, la amable calavera que guardaba la valla me ofreció dejarme pasar si le daba la gema del gigante de hielo que tenía en mi posesión. Pues nada, hijo, pa ti pa siempre. Recité la rima que me había enseñado para hacer bajar la casa (con cuidado de no estar debajo cuando lo hiciera) y listo. Una exitosa incursión a la casa de Baba Yaga. ¡Qué fácil es ser un héroe!


Excepto que la bruja era algo más poderosa que yo. En la casa no parecía haber nadie, pero en cuanto entré  la bruja se materializó y me convirtió en una rana. Amenazaba con comerme, pero al ver que era un héroe (tengo que mirarme la espalda a ver si algún gracioso me ha pegado un cartel o algo), me ofreció perdonarme la vida a cambio de que recolectase para ella una raíz de mandrágora. La susodicha raíz sólo se puede recolectar justo a media noche y suele crecer en cementerios. Valoré mis opciones de convertirme en plato principal o enfrentarme a una horda de fantasmas y croé mi respuesta. Ella pensó que era un sí, y a mi me vale. 

¿Ciervo? ¿Jabalí? ¡Por favor, por favor, por favor, que sea ternera!

La bruja me volvió a convertir en personita y me dijo que debía estar de vuelta con la raíz antes del siguiente amanecer o si no... ¡Ja! ¡Ilusa! ¡No sabía que un servidor es campeón de maratón de su pueblo! ¡En un día puedo llegar muy muy lejos... salvo por el paso bloqueado por la nieve. Resignado, aproveche la mañana para prepararme la escaramuza de la noche. Una visita a la curandera a comprar ese ungüento anti no-muertos y algunas pociones. Un poco de ejercicio de brazo a base de matar goblins en la emboscada (a base de daga, de la que ya era un maestro, cosa que no puedo decir de mi maestría con los hechizos). Llegada la media noche, extraer la raíz fue sencillo. Con el ungüento encima, los no muertos me rehuían, así que no tuve problemas para coger la raíz y llevársela a la bruja antes del amanecer. Fiel a su palabra (algo que no esperaba), la bruja me perdonó la vida... y ya. Por si alguien lo está pensando, sí, toda esta aventura no ha servido para acercarme ni lo más mínimo a mi objetivo. ¡Bien!

El ungüento dura más bien poco. Por si no lo había comentado.

Entrar otra vez en la casa de Baba Yaga era un suicidio. Seguía sin saber dónde estaba la hija del barón. Sólo quedaba una opción entonces: el asalto frontal a la guarida de los bandidos. Llegué a la empalizada y empecé a correr para recibir el menor daño de las flechas de los arqueros posible. De un salto salvé la empalizada. Detrás me esperaban tres bandidos que no fueron rival para mi maestría con el acero (creo que deberían quitarme el carnet de mago). Seguí corriendo para escapar de las flechas y llegué al... erm... ¿fuerte de los bandidos? Creo que estos bandidos estaban aún más organizados de lo que me habían dicho...

El castillo del barón estaba bastante peor defendido...

El famoso minotauro de los bandidos se encontraba haciendo guardia en ese momento. Por suerte para mí, no me había visto (ni por lo visto había oído toda la batalla ni los bandidos a los que no había matado habían dado la voz de alarma. Quizá sí que les falte algo de organización...). Me escabullí detrás de una roca y le observé. Parecía algo cansado, así que le ayude a conciliar el sueño con un pequeño hechizo de Calmar. La puerta al fuerte estaba cerrada pero había una pequeña campana al lado. Consideré que era una buena idea no avisar de mi intrusión, así que crucé los dedos y lancé un hechizo de Abrir que... ¡funcionó! ¡ Aleluya, hermanos! ¡No es completamente inútil!

No estoy seguro de si ese sospechoso Jack-in-the-box es una trampa o no. Los arqueros por otra parte...

El patio interior del fuerte resultó ser un laberinto de trampas (no acabo de entender cómo pueden llevar a cabo funciones básicas como ir al baño sin perder gente en alguna trampa...) que salvé sin muchos problemas. Entré al edificio principal y cerré la puerta detrás de mí. Intuyendo que un grupo de bandidos podrían entrar por la puerta de la derecha, bloqueé la misma con una silla. Entonces entraron en escena tres bandidos de nombre Moe, Larry y Curley, con pocas ganas de hacer un nuevo amigo. Bloqueé su paso tirando un candelabro entre ellos y yo, y cuando procedieron a rodear la mesa para alcanzarme, salté sobre la misma, solté la cuerda que sostenía el candelabro balanceándome hasta la salida mientras ellos quedaban atrapados por el mismo. [Nota: Odio esta escena, hay que hacer exactamente lo que he descrito o mueres. Reconozco que tuve que mirar la solución de pura frustración]

Esta escena me hace odiar aún más a los programadores que la del cementerio siendo sinceros...

De repente pareció que había cruzado a la dimensión desconocida. O que el circo feriante acababa de llegar a la ciudad. Un laberinto de pasarelas que daban al vacío ocupaba la habitación, que tenía puertas extrañas en las paredes. En el otro lado de la sala, el también famoso warlock de los bandidos me esperaba. Noté que tenía ascendencia gnoma, y de repente todo empezó a cuadrar. El guardián del castillo me había comentado que cuando la hija del barón desapareció, el bufón real, un tipo de ascendencia gnoma llamado Yorick, había salido detrás de ella y nunca jamás se supo de él. Dada la habitación, le pregunté directamente si era Yorick. El pobre tipo se derrumbó y dijo que sí, que había descubierto que Baba Yaga había convertido a la hija del barón en la lider de los bandidos (da frak... ¿buen castigo? ¿creo?) y él había permanecido a su lado junto con el minotauro para protegerla mientras esperaban que un héroe la salvase. Pues nada, dicho y hecho. Aquí estaba ese héroe. Hora de quitarse de en medio, Yorick. ¿Yorick? ¿Por qué me atacas? 

Creo que es normal que nadie te ayude si intentas matarles en tu casa del terror... Just saying...

Disuadí a Yorick de enfrentarse a mí lanzándole un dardo de fuego de aviso. El bufón escapó por una trampilla dejándome el marrón de atravesar su laberinto. La mitad de las pasarelas eran trampillas que te dejaban caer al abismo, pero el abismo era un poco raro, y todo lo más que te hacía era enviarte rodando a la pasarela de la derecha. A base de meterme por puertas, llegué al lado de una palanca. Al tirar de ella, se abrió otra puerta que tuve que alcanzar corriendo antes de que se cerrase. Esto me llevó en frente de la salida, pero al tirar del pomo toda la pared se venció sobre mí, aunque por fortuna pude esquivarla. Era una puerta y pared de pega. Hay gente a la que deberían meterle un libro de chistes por el... Por la puerta de verdad. 

Uno está repasando sus libro de cuentas tranquilamente y de repente llega el típico héroe tocanarices...

En la siguiente habitación, me encontré cara a cara con el líder de los bandidos. Sin mediar palabra, el líder saltó la mesa que nos separaba y se plantó delante de mí, desenvainando su espada. Me apresuré a tirarle la poción de disipar y entonces se convirtió en la hija del barón. Me dio las gracias por salvarla (no sé de qué, si a estas alturas ya era probablemente más rica que su padre y con un montón de leales soldados a sus ordenes que tenían pinta de ser algo mejores en su trabajo que los soldados del barón...). Yorick apareció por una puerta secreta y me dio las gracias también. Ambos se despidieron de mí, aunque la chica me avisó que cogiera de su escritorio un espejo mágico y un par de pociones. Entonces los dos se teleportaron. Porque claramente haberse sacado el título de mago por correspondencia me dejaba en muy mal lugar. Cogí los objetos y escapé antes de que el resto de bandidos entrasen en la habitación y tuviera que darles explicaciones que lo mismo no iban a tener en consideración.

Erm... ¿te he disipado las mechas? ¿estás más delgada?

Y con esto escribí mi tesis en psicología sobre el síndrome inverso de princesa Disney

El pasadizo secreto me llevó hasta el bosque de nuevo. Había sido un buen día. Había derrotado al líder de los bandidos y rescatado a la hija del barón en una sola mañana. Seguro que el barón me daba un fiestorro por todo lo alto otra vez, y entonces ya sólo me quedaría acabar con la Baba Yaga. Me dirigí al castillo, donde fui recibido con los más altos honores. Todo el pueblo estaba reunido allí conmigo. Me nombraron Héroe de Spielburg, me dieron un montón de comida y bebida, una cuantiosa cantidad de oro (que me habría venido mejor antes... brujas...) y Sheema, Shameen y Abdulla me convencieron en plena borrachera para ir con ellos en su alfombra voladora a su tierra natal, Shapeir, porque también estaban buscando un héroe. Les dije que sí por eso de estar ya caminando a cuatro patas (y sospecho que hubiera dicho que sí a cualquier cosa). Nos despedimos de todo el mundo, despegamos y vimos todo el valle desde el cielo. Plácido y tranquilo con la seguridad que da haber acabado con todo menos con Baba Yaga y por extensión, con la maldición que pesaba sobre el barón. Los títulos de crédito empezaron a rodar y... ¡Un segundo! ¡Y una leche vamos a acabar así! ¡Mis ancas de rana claman venganza! ¡Yo te invoco, "Cargar partida"!

 No, no, no y no. Frak you y a la bruja. Esto no va a quedar así.

El pasadizo secreto me llevó hasta el bosque de nuevo. Pensando que posiblemente me saldrían cosas que hacer que me alejarían de Spielburg si me acercaba por el castillo, fui directo a enfrentarme con Baba Yaga. Antes de entrar preparé el espejo mágico. Cuando Baba Yaga intentó volver a convertirme en rana, reflecté su hechizo con el espejo y fue ella la que acabó criando ranas (porque un friking kobold que lleva toda su vida viviendo en una caverna tiene un hechizo para hacer rebotar hechizos pero yo necesito un espejo mágico... fml). Espero que no literalmente. Y ahora sí, alfombra mágica. Créditos. Nos veremos en Quest for Glory II: Trial by Fire.

¡Eso está mejor!

2 comentarios:

Jose Angel dijo...

Has inventado una nueva tendencia: Hipster-Nerd. Se dedica a ser hipster porque le molan las cosas antiguas y chulis, pero Nerd porque son cosas antiguas frikis.

BTW, Enhorabuena por pasártelo!!!

Deimar dijo...

Ya me gustaría haberlo inventado, pero no. Además, no me sientan bien las gafas de pasta :)

Gracias por la enhorabuena y por haber leído el tocho :p