miércoles, noviembre 30, 2011

Le massage

Hola, me llamo Deimar y soy adicto a los masajes. No, en serio. Siento una fascinación hipnótica con ellos. Todo empezó hace muchos años, viendo una película de James Bond. Una de las de Sean Connery en la que aparecía recibiendo un masaje y poniendo cara de estar en el cielo musulmán rodeado de 70 virgenes. Si el tío más macho de la historia se derretía ante esa señora que le estaba frotando la espalda, eso tenía que ser bueno y tenía que probarlo. Y desde entonces me he quedado pegado a la pantalla mirando cuando en alguna película  se daba un masaje, y apuntándome que de mayor tenía que probar eso. Y esa fascinación fue la que me llevó a apuntarme a un taller de masajes.

Pensándolo bien, lo del masaje en una peli de James Bond no especifica muy bien cuál es...

Y allá que fui el pasado sábado. He de decir que llevaba los deberes hechos. A mis espaldas tengo unas cuantas horas de vídeos de HowTo de youtube (no mentía con lo de la fascinación), y un libro de masajes que me regalo Thaerlo. En menor medida, él también comparte mi afición, aunque le saca mucho mayor provecho. Así que sólo con él iba a colar lo del taller él podía acompañarme.

Para empezar y para variar, Thae llega tarde. Nada grave, especialmente comparado a que gracias a cierta web de descuentos a través de la cual conseguimos el taller, sólo estaba yo registrado. Pues fiesta. Al menos no nos pusieron muchas pegas por tener una persona más en la clase de las que tenían preparadas. Dejamos las cosas en la taquilla y procedemos a la sala en la que se va a dar la clase. ¿Cómo definir el sitio? ¡Ah, ya sé! Trastero. Trastero es la palabra que busco. Un trastero grande pero un trastero al fin y al cabo, lleno de aparatos que bien podrían haber sido utilizados por la inquisición para sonsacar secretos a las brujas. Amablemente, nos habían cedido dos potros de tortura para sentarnos, aunque después de llevar un rato ahí casi desee haberme sentado en el suelo cómo la pareja que llegó después de nosotros.

Aunque hay gente que estaba aún más incomoda que yo...

Cuando ya estábamos reunidos, llegó el profesor. Un tío bastante mayor que no acababa de poder ocultar su acento gallego. Entra, se sienta en los escalones de la entrada, nos mira, y antes de presentarse lo primero que suelta es un "vaya, es sorprendente, es la primera vez que tengo más chicos que chicas en la clase". Great... bueno, que no, que no lo hice por ligar sino para aprender y mejorar. Concentración. Se presenta y pasa a contarnos su experiencia como masajista y profesor, soltando algo sobre que el cuenta lo que sabe, desde su perspectiva. Se activa la primera alarma.

El caso es que pasamos a presentarnos y decir por qué estamos ahí. 13 personas. 2 pareja, 8 cónyuges que esperaban poder mojar complacer a sus parejas al acabar el taller, una señora de 70 años y al que miran mal es al soltero. ¡Pues algún día aprovecharé estos conocimientos para dominar el mundo muhahahahahaha!

O no...

El caso es que el profesor ha debido leer algún libro "niu ai" sobre cómo dar clases participativas porque nos toca estar teniendo que contar cosas y responder preguntas. La primera de ellas es "¿qué es el masaje?". Mención especial a la pareja más joven de la sala, en la que el chico respondió que el masaje era entregarse a la pareja y tal, ella dijo que el masaje eran mimos y el saltó como un resorte a decir "¡¡¡para mí también!!!". Muy bien chaval, minipunto por pelota o medalla de Captain Obvious honorífico, tú eliges.

Y así se pasó la mañana, con el tío explicando cosas sobre aceites, mesas de masaje, velas, ambiente adecuado y demás. Alguna mención al reiki y cosas así pero solo para decir que eso es una gilipollez que está de moda porque viene de oriente y que aquí a eso de toda la vida se le ha llamado imposición de manos. Nada grave. Pasamos a hacer algunos ejercicios para coger postura de masajista. Controlar la respiración y el peso y cómo movernos... Acabamos antes de ir a comer con un ejercicio para acostumbrarnos a concentrar la atención en el tacto de las manos, con el compañero. 

Thae y yo nos vamos a comer a un indio mientras comentamos la jugada y empezamos a preocuparnos porque tras 4 horas aquí de técnicas de masaje ni se ha hablado. Bueno, tranquilidad, es un taller muy básico, la tarde será diferente... Poco sabía yo que íbamos a entrar en la dimensión desconocida...

Y además en blanco y negro...

Empezamos la tarde recapitulando los eventos de la mañana... sólo que empezamos a oír frases que cada vez nos gustan menos. Empezando por ligar todo a la fuerza del amor (por si no lo sabíais, la teoría de campo unificado se basa en el amor, que es lo que atrae los planetas entre sí) hasta terminar con frases como que las mesas de metal atraen más los campos electromagnéticos. En alguna de esas, Thae salta a discutir, pero se calla rápido al ver que tiene la partida partida. Y así nos dan las 6... ¡y ni una técnica!. Si alguien menciona la homeopatía creo que lo abro en canal...

Pero por fin llegamos a las técnicas... que obviamente se tienen que dar deprisa y corriendo porque no da tiempo si no. Vamos, que se ventila todas las técnicas en 45m sin dar nada más que técnicas que hacer estando tumbado boca abajo... y nos suelta a que demos un masaje a nuestros compañeros. Pues nada, me quito la camiseta no sin algo de pudor respeto por los demás, que no quiero que les estallen los globos oculares. Agradezco ser el primero en la mesa, ya que puedo ver a alguna de las chicas haciendo lo mismo que yo... dejémoslo en que quizá me hubiera costado concentrarme en el masaje...

Y eso que ni era 15 de Febrero, ni Jotace había lanzado la convocatoria...

La cosa va más o menos bien, aunque al rato Thae se queda sin demasiadas cosas que hacer, que los 45m de clase práctica real no dan para que se te quede bien lo que debes hacer... Cambiamos y me toca a mí. Señora de setenta en una mesa contigua, bien, eso no me va a distraer. Tío mayor en otra, genial. La chica de la pareja joven de antes en tanga , topless y con la toalla por las rodillas, fuuuuuuuuu. Rápido, mira a otro lado...  ¡¡Chica extranjera en idénticas condiciones!! ¡ALERTA! ¡ALERTA! ¡Mira, abajo, rápido! ¡Espalda de Thae...! ¿¿!¿!¿!¿!¿POR QUÉ NARICES NO ME TRAJE UNA CHICA A ESTO!!!!!?!?!?!?!?!

Salvado el momento de pánico, me centro un poco en dar el masaje, aunque me pasa lo mismo que a Thae: me quedo sin técnicas que probar antes de que se acabe. El profesor me sugiere algunas, pero no da para mucho más. Especialmente porque Thae y yo habíamos llegado al acuerdo no hablado de que las toallas no iban a bajar de la cintura, ni los pantalones se iban a mover de su sitio. El caso es que recogemos todo y se me ocurre preguntar al profesor por técnicas de silla... que yo le he pagado para que me enseñe técnicas, no para aprender sobre la energía mística que nos une a todos... Y aquí es donde veo que la energía que hace que todos nos amemos impulsa a tocar el culo de la voluntaria sobre la que has estado enseñando las técnicas. Definitivamente, tendría que haber arrastrado a alguna chica al curso...

PS: No os gastéis el dinero en un taller, haced un curso. Dejo tres links por si queréis echar un vistazo por youtube: LAMassageSchool, MassageClips2, y Videos de Masaje.

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