¡¡¡Yuhuuu!!! ¡Nueva temporada de series!. Esta fue mi reacción cuando llegó Septiembre. Mi reacción a mediados de Noviembre se acerca más al ¡meh! sin embargo. Y es que, no sé que les ha dado a los guionistas este año pero muchas de las series que seguía se han vuelto bastante flojas. Algunas incluso hasta llegar al punto de plantearme dejar de verlas (Glee, TBBT, os estoy mirando a vosotras). Pero, he decir que hay un par de estrenos de la temporada que de momento han conseguido engancharme. Y hoy voy a hablar de mi estreno favorito de este año. American Horror Story. Sí, porque no os he dado suficiente el coñazo en persona o por IM.
Nothing to say... estoy demasiado fascinado por ese salón tan grande (defecto de haber tenido que buscar piso)...
American Horror Story es la nueva creación de Ryan Murphy. Mi camello y yo nos enganchamos a este señor tras ver Popular, una serie de adolescentes de instituto cargada con mucha mala baba y dispuesta a tocar temas escabrosos. También es el creador de Glee, que aunque seguía los pasos de la anterior, se ha vuelto un vehículo para vender canciones en iTunes. Y ya ni siquiera son buenas. Si bien Glee se puede considerar un éxito, no se puede menospreciar la otra serie de culto que tiene bajo su ala: Nip/Tuck. Una serie sobre dos cirujanos plásticos bastante irreverente y que no se asustaba ante nada a la hora de mostrar cosas (ya sea sexo, en cualquier variedad, operaciones con todo lujo de detalles) o tratar temas escabrosos.¿Que a qué viene todo esto? Pues a que American Horror Story es otra hija de su creador. Una serie irreverente que trata temas escabrosos (para los estándares americanos, vaya. En el país en el que se paga a la gente por contar su mierda en televisión no tenemos tabúes... casi).
La serie nos cuenta la historia de una familia que acaba de mudarse a una antigua casa. La familia, encabezada por Dylan McDermott (es lo que me hizo empezar a ver la serie, que me encantaba El Abogado), un psiquiatra al que su mujer, Connie Britton, pilló poniéndole los cuernos, y ahora junto a su hija, Taissa Farmiga, intentan reconstruir su familia mudándose al otro extremo del país, en la soleada Los Ángeles. Sin embargo, los pobres tienen mala pata, ya que la casa que han escogido para vivir está encantada. Y cada capítulo vamos descubriendo un poco más sobre la casa y su vecindario, y la propia familia protagonista.
Da miedo... Me refiero a la calidad del vídeo...
Buhuhuhuhuuuuu... casas encantadas... Y ahora os vendré con el cuento de las brujas de piel verde y berrugas en la cara. Tomáoslo como queráis pero esta serie es genuinamente creepy. Y es algo que se agradece cuando el género de terror se ha visto inundado por películas gores sin ningún atisbo de sentido salvo ver cual consigue ser más bruta (y dárselas de rompedores... 30 años después de que se estrenase Holocausto Canibal...). AHS es una serie que da cosilla. Y no sólo a base de golpe de ruido (que los hay, bastante), sino también construyendo el suspense en cada escena, y siendo rara, muy rara. De hecho, una de las peores cosas de la serie es el piloto precisamente por pasarse de raro. Vamos, cumplió su función de picar mi curiosidad y hacerme seguir viendo la serie, pero es muy muy raro. Tanto la construcción temporal del piloto como los constantes cambios de cámara. Pero luego se tranquilizan un poco, y la serie mejora mucho con cada capítulo.
Sí, pues... yo creo que esto es de lo menos raro de la serie...
En definitiva, esta serie es bastante redonda. Tiene un buen argumento que te mantiene esperando el siguiente capítulo (hasta el momento, pero sabiendo que les han renovado por un segundo año ya, habrá que ver cómo se degrada...), por tener unos personajes creíbles apoyados por una actuación impecable (no sólo de la familia protagonista, sino de los secundarios, especialmente Jessica Lange que está increíble) y ,para la gente a la que le importe... como a mí..., un desfile sin fin de cameos de gente conocida como ya pasaba en Nip/Tuck (la madre de Barney Stinson, el señor Spock o Cam, por nombrar unos pocos).
TLDR: Estáis tardando.
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