domingo, junio 05, 2011

Estoy viendo... X-Men: First Class

Ayer fui a ver X-Men First Class con sentimientos encontrados. Por una parte, X-Men me encantó. Como fan de las series de animación (o de al menos esta y esta) y lector de comics, salí del cine aplaudiendo con las orejas. La segunda también me gustó, aunque a diferencia de lo que parece ser mucha gente, no más que la primera. La tercera me pareció una abominación (por dios, Brett Ratner, no salgas de hacer películas con Jackie Chan... o mejor, no salgas de hacer películas con Chris "Superverde" Tucker y deja a Jackie Chan en paz), pero ahora me parece algo mejor, principalmente porque también vi Lobezno, que sin duda es el truño más infumable de la franquicia (y más allá de la franquicia). Con estas referencias, cuando oí hablar de este proyecto preferí no seguirlo, ya que probablemente solo sería hundir aún más en el lodo el cadáver. Sin embargo, empecé a oir hablar muy bien de la película, así que me pudo la curiosidad. ¿Sabéis qué? La película es buena.

Por un gallifante... ¿en qué época histórica está centrada la historia? Si respondiste los 60s, tienes la misma idea que los encargados de vestuario.

X-Men: First class es una precuela de la primera película de los X-Men. En la película se nos cuenta la historia del descubrimiento de la nueva raza de mutantes que se extiende por todo el planeta, y más concretamente de cómo se conocieron Magneto y Xavier. No quiero spoilear demasiado así que no revelaré detalles que vayan más allá de los primeros 10 minutos de metraje. La película empieza en 1944, con la misma intro que teníamos en X-Men: un joven Eric Lehnsherr en un campo de concentración revelando sus poderes cuando sus padres son alejados de su lado. Con este guiño a la primera película, First Class comienza a andar en lo que es un viaje largo (algo más de dos horas), pero que se hace bastante ameno y entretenido. 

La gran baza de la película son sus actuaciones sin duda. Michael Fassbender está muy muy bien como Magneto, y, en mi opinión, James McAvoy es una adecuada contrapartida como el  profesor Charles Xavier (pese a las caras de estreñido que pone cuando usa sus poderes). Sin duda alguna los dos se llevarían la película de calle si no fuera por el grandísimo Kevin Bacon. No me puedo imaginar como jugarán al juego de enlazar actores dentro de 100 años sin la existencia de Kevin Bacon, pero podemos dar gracias porque una nueva generación de actores vea reducido su indice Bacon en uno. Jennifer Lawrence como Mística también es digna de mención, aunque esté relegada a un papel de chica florero, al igual que January Jones como Emma Frost, aunque esta es aún menos llamativa. He de decir que me parece un acierto que hayan basado la película mucho más en los personajes que en los efectos especiales, como ya sucediera en las dos peores de la serie.

Miss Frost en todo su esplendor. No sé por qué pensaron que los frikis necesitábamos aún más alicientes para ver la película pero me aelgro de que lo hicieran.

Pero, basta ya de ponerla bien... ¡es la hora de las tortas!. Mientras que los personajes mencionados están bastante bien logrados, la película tiene una cantidad de secundarios que no acabas de ver a qué vienen. En el grupo de los buenos, Banshee, Havok, Angel (la chica de la etapa de Grant Morrison, no ... Angel) y Darwin podrían ser sustituidos por trozos de cartón con poderes. Incluso Bestia, que tiene un papel más o menos central en la trama, o Moria MacTaggert, que no pinta absolutamente nada, resultan bastante insulsos y muchas veces parece que los escritores no tenían muy claro qué hacer con ellos. En el grupo de los malos esto es todavía peor, ya que ni Riptide ni Azazel dicen ni media palabra en toda la película. Esto es bastante grave ya que ni siquiera son personajes famosos o queridos dentro del universo X-Men, por lo que no están nada desarrollados y son meros acompañantes del malo de turno, como ya ocurriera en X-Men con Sabertooth y Toad.  

Por otra parte, la relación entre Xavier y Eric no está demasiado bien desarrollada en mi opinión. Pasan de desconocidos a tener un bromance en un instante, cuando en ningún momento se nos da una explicación plausible de por qué sucede esto. La inclusión de Mística a la pareja parece un poco forzada, y aunque se ha querido explicar sus motivaciones, creo que no lo han conseguido lograr del todo, ya que muchas de sus decisiones parecen, cuanto menos, discutibles. Pero lo peor sin duda alguna son los diez últimos minutos, donde el ritmo de la cinta cambia por completo. Empiezan a atarse cabos sueltos a un ritmo vertiginoso y los personajes empiezan a sufrir transformaciones sin venir a cuento (algunas más que otras). Es como si fuera una serie y a falta de rodar dos capítulos para el final de la temporada les dijesen que les van a cancelar la siguiente: a cerrar todo en poco más de media hora.

Hay momentos en los que una mirada lo dice todo...

Sin embargo, recomiendo encarecidamente el visionado de esta película si eres fan de los X-Men. Algunos (*cof*cof* GerogeLucas *cof*cof*) deberían aprender a hacer precuelas así. Incluso sabiendo lo que viene después, la cinta no deja de ser interesante en ningún momento, casa increíblemente bien con el resto de películas de la saga (con algún pequeño plothole por ahí, pero nada insalvable) y se sostiene perfectamente por sí misma. Yo la pondría por debajo de la primera X-Men, y en algún punto entre esta y la segunda. 

TLDR: ¡Iros a verla, leches!

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