jueves, abril 21, 2011

Estoy viendo... Miyazaki

Bueno, como tenía algo de tiempo he decidido ponerme al día con algunas de las películas de Hayao Miyazaki que me faltaban por ver. Las elegidas han sido Mi vecino Totoro, Kiki's delivery service y Ponyo en el Acantilado. Sí, lo he hecho, he cometido el error de verlas en los respectivos idiomas en los que he puesto el título... pero sed comprensivos, que no quería pasarme 4 horas leyendo subtítulos...

Mi vecino Totoro



¡La obra maestra de Miyazaki! ¡Una delicia audiovisual! ¡La creme de la creme de la animación japonesa! Pues no, la obra maestra de Miyazaki le pese a quién le pese es Spirited Away (y especialmente le pesa a mi hermana que no supo apreciar mi regalo "bola de bolos"). Sin embargo esta es la película que le dio fama internacional a su creador. Y puedo comprender por qué.

Mi vecino Totoro nos cuenta la historia de una familia compuesta por un padre y sus dos hijas que se mudan all campo para poder estar más cerca del hospital en el que se encuentra la madre de las criaturitas. Durante su estancia en el campo las dos niñas conocerán a Totoro, un/EL espíritu del bosque. Y ya. Sí, esta película no tiene historia. Simplemente es una sucesión de cosas que pasan. Vamos, sí, existe  un asomo de historia y tal, pero en realidad es insignificante. Este es uno de los principales problemas que le veo a la película, que es sólo una sucesión de situaciones en las que las niñas interactuan con Totoro. Realmente no hay conflicto en la película, y mucho menos desenlace. Además, el comienzo me pareció muy muy lento (y aburridillo).

Pero no se puede hablar de Mi vecino Totoro sin hablar de los personajes, empezando por la mascota oficial de la película. El ¿gato? ¿conejo? ¿oso entrañable? monstruoso y supermono y sus dos miniversiones. La mayoría de los publicistas matarían por conseguir crear una mascota así de entrañable. De hecho, se convirtió en el logo de los estudios Ghibli y se ha convertido en una referencia de la cultura popular (y si no de qué iba a aparecer en Toy Story 3, ¿eh?). Simplemente, a Miyazaki se le da genial crear personajes entrañables, y no les hace falta abrir la boca para hacerlo. Esto es una constante en sus otras películas. El resto de personajes de la película no están mal tampoco. Las niñas se comportan como podrían hacerlo niñas reales, en momentos entrañables, en otros increíblemente molestas. Los padres sacrificados y amantes. Los vecinos... erm... los vecinos... pues raritos y un poco chalados, pero está bien porque se adapta a nuestra perspectiva estereotipada occidental de los japoneses. Sólo por el gato y las niñas ya merece la pena la película.

En definitiva, los personajes son los que hacen la película interesante, porque no hay ninguna historia detrás, pero ellos son lo suficientemente interesantes como para hacer que ver la película merezca la pena. Bueno, los personajes y la música de los títulos de crédito, ¡superpegadiza!. Recibe puntos extra porque además es el nombre de un pequeño y peludo coleguilla mío y le debía verla de una vez (especialmente porque la última vez que le ví no podía recordar su nombre... me hago mayor :( )

Kiki's delivery service


Esta es menos conocida (al menos para mí). La película está basada en un libro y aunque iba a ser anterior a Totoro, principalmente porque la iba a dirigir otro, al final tuvo que esperar a que Miyazaki terminara con el gato para poder terminar esta. 

La película nos cuenta el viaje iniciático de Kiki, una bruja de 13 años de edad, que se enfrenta a tener que pasar un año de aprendizaje por su cuenta lejos de su familia. Kiki, una bruja de lo más resuelta, decide que quiere instalarse como bruja residente en una ciudad costera. Consigue llegar a una y tras conocer a alguna gente, decide montar un negocio de mensajería. La historia no es nada original, es el típico relato sobre vencer las dificultades, adaptarse a un mundo desconocido y florecer como personas. Pero hay que reconocer que está muy bien contada. Lo más llamativo es sin duda la perfecta mezcla entre un mundo con zepelines, aviones y coches con brujas volando en escobas. Bonus points porque algunos de los aviones que sacan son los mismos que salen en la intro de Sherlock Holmes (también de Miyazaki). 

Es bastante fácil identificarse con Kiki, o al menos cogerle simpatía, al igual que al resto del reparto como la panadera o el niño aviador. De hecho, salvo por los personajes que están claramente diseñados para que te den ganas de soltarles un guantazo (*cof* la niña mimada *cof*), todos los personajes encuentran un huequecillo por el que colarse en tu memoria.

Ponyo en el acantilado


La más moderna de las tres, creada después de un breve retiro de Miyazaki, y sin embargo la que me ha parecido que tenía la peor animación. 

La historia trata sobre un pez llamado Ponyo, que es rescatada por un niño pequeño cuando se queda atascada en un bote de cristal. El niño se la lleva a su casa para cuidarla en un cubo sin darse cuenta de que el padre de Ponyo, un científico activista ecológico, esta removiendo el mar (literalmente) para dar con ella. A partir de aquí vamos descubriendo un mundo fantástico que sirve como trasfondo a la historia de amor entre los dos niños. De las tres películas de las que hemos hablado, dos van sobre amor entre niños pequeños. Si yo fuera malpensado y supiera que estamos hablando sobre japoneses podría pensar cosas muy malas... ¡menos mal que soy inocente cual bebé de 3 meses!.

Los personajes... pues nada que no haya dicho ya. Claramente Ponyo es el "monstruo" completamente entrañable, el niño se comporta como un niño de verdad, y el resto de personajes no le importan a nadie y en realidad son meras comparsas con un mínimo de personalidad, meros testigos de la historia de amor entre Ponyo y el niño. Y este creo que es el principal problema de la película, que la historia no tiene demasiado sentido y absolutamente todo el mundo gira alrededor de los dos niños. Pero no como en Totoro, que gira alrededor de lo que les pasa, aunque hay un mundo moviéndose al margen de ellos. Aquí no, aquí el mundo empieza y acaba con los dos niños, y da la sensación de estar jugando una aventura gráfica, donde nunca sucede nada si no está presente el protagonista.

Aún así, y aunque me parece la más floja de las tres merece la pena verla. De hecho, merece la pena que veáis las tres si tenéis tiempo y ganas, porque no os arrepentiréis de hacerlo (aunque se podría decir que Miyazaki sólo sabe hacer una película de formas diferentes, la verdad es que lo hace tan bien que da un poco igual, las películas de este hombre tienen corazón, que es algo que a menudo falta en el cine actual).

1 comentario:

Perico dijo...

Nosotros tuvimos la mala suerte de ver Ponyo en el cine en su momento, y, la verdad, no se la puedo recomendar a nadie... Me considero fan de Miyazaki (sobre todo después de ver El viaje de Chihiro), pero esta película me parece muy inferior al resto de su obra. Mantiene la estética, e ideas muy imaginativas, pero la historia no se sostiene, y los personajes me resultan totalmente insulsos. En fin, supongo que todo el mundo tiene sus días malos.