domingo, febrero 20, 2011

El segundo advenimiento (de Mr K y Mr Ja)

Y empezaré esta entrada pidiéndoles perdón. Perdón primero porque aunque debería haber limpiado el jueves, acabé siendo víctima del viejo refrán, y dejando la limpieza para el viernes. Ley de Murphy mediante, tras 5 meses trabajando aquí (que cumplo hoy mismo, yay, ¿felicidades? me!!), fue el primer viernes que se les ocurrió salir a tomar unas pintas (diría que eso sugiere mayor cantidad de cerveza que unas cañas... pero probablemente me equivocase). Así que el viernes no llegue a mi casa hasta las 2130 (afortunadamente, habiendo podido comprar la cena... que ya me veía buscando entre cubos de basura algo que ofrecer a mis invitados) y con 3 pintas de ventaja (lo que para el autor es llevar un pedo considerable). Al menos tuve tiempo de encender el horno e hinchar los colchones... algo es algo.

Mi piso antes de que llegasen. Sí, el cadáver también estaba ahí.

Mis amigos llegaron poco después cargados de decoración para el piso (muchas gracias btw). Esto quiere decir, que ahora mi piso se ecuentra iluminado por esa luz especial que proyectan varias botellas de ron, vodka (muchos rusos han renunciado a su bebida favorita para que yo pueda disfrutarlo. tvaió zdaróvie!) y tequila. Si algún día dejo de postear, asumid que he caido bajo el yugo del alcohol... O, como es más probable que suceda, sentíos invitados a disfrutar de él y de mi compañía.

Recapitulando: 11 de la noche y yo estaba cenado, con pedal de cerveza y con pedal de ron. Así da gusto empezar la noche. No sé cómo conseguí guiar a mi grupo de irreductibles hispanos hasta una de las zonas de marcha (vampira) donde empezamos a intentar integrarnos en el entorno cual expertos camaleones. O todo lo experto que se pueden integrar tres tíos de 30 en un sitio donde la media de edad es de 20. Dado que mi conocimiento de los pubes y locales de la zona era como poco limitado, empezamos a entrar en todos aquellos que nos parecían bien (e incluso no entramos en ningún lugar que pudiera ser considerado estrictamente de hooligans).

Hago una pausa para hacer un inciso sobre las chicas inglesas. El modelo que te puedes encontrar en el mostrador de una tienda que no sea de ropa es más bien erm... "robusto". Un modelo hecho para aguantar mucho kilómetros, aunque sufriendo probablemente que sea ella la que elija a dónde vas y que además tiene poco atractivo. Pero... ¡ay, hijos míos! ¡Las universitarias!. Aparentemente frágiles gacelas del Serengueti, pero duras norteñas por dentro. Si no no se explica que puedan ir por la calle con tan poca ropa y no sentir frío (o no hacer que se note que tienen frío). Yo no sé por qué se llevan sherpas a escalar el Everest. Las chicas inglesas probablemente no necesitasen ni sacos de dormir para soportar las inclemencias del tiempo, y pueden aguantar tantísimo la respiración que no necesitarían ni botellas de oxígeno. Respecto a los chicos sólo puedo hacer el siguiente apunte sin embargo: ¡ah! ¿pero había chicos?

La típica universitaria inglesa con poca ropa. La de la derecha es obviamente más europea continental.

El caso es que nos diluvió encima, así que procurábamos estar lo más posible en cada bar. Aún así cambiamos varias veces de bar, por lo que acabamos empapados... aunque no lo notamos hasta el día siguiente ya que nos sentíamos moralmente obligados a tomarnos al menos una pinta en cada uno (ya sabéis, por lo de adaptarse expertamente al entorno). Pasamos por muchos de los gratuitos, algunos incluso algo vacíos, y luego decidimos ver que eran esos sitios donde todo el mundo estaba haciendo cola. Aquí vinieron los dos primeros planchazos, ya que mientras que en uno de ellos no nos dejaron entrar por no tener carnet de estudiante (ni mi chupi guay carnet de colegiado les convenció... la lista de utilidades de este carnet sigue estando horrorosamente en blanco). En el otro solo dejaban entrar a parejas (y MrK no quiso hacerse pasar por mi pareja... él se lo pierde, me han dicho que soy un novio muy bueno y atento). Finalmente conseguimos entrar en un garito llamado Lizard Lounge, aunque nos sentimos un poco mal al ver que no nos pedían el carnet para comprobar nuestra edad (sad panda :( ¡¡juguemos a contarnos las canas!!!).

El sitio no estaba mal. La música no era muy allá, como no lo era en el resto de sitios, pues era música pseudobakala totalmente inócua, pero al menos se podía intentar hablar por encima del ruid... de la música. Nos cobraron por entrar (lo que a mí me parece una falta de respeto increíble tras no pedirnos el carnet, les demandaré por daños emocionales), y por el guardarropa. Y aquí es donde me lamenté de no llevar la cámara. El mismísimo Manuel Benitez "El Cordobes" (sí, no hay ningún error, es el padre) nos recogió los abrigos. El tío además salía del guardarropas de vez en cuando a ligar con las chicas del lugar, con todo el glamour que su chándal del Arsenal y su barriga sobresaliendo por debajo le permitían.

Y además me intentó hacer la broma de devolverme la percha en vez del abrigo... dos veces >.<

Pero nuestro encanto latino iba a dar sus frutos esa misma noche. Dos chicas de bastante buen ver se pusieron a bailar a nuestro lado acercándose cada vez más. Yo preparé mi mejor mirada felina y mis más afamados cortejos (lo que obviamente es una licencia poética para decir que me estaba mirando a los pies mientras repasaba mi frase de presentación: Deimar name is my, hi!), pero decidí dejar dar el primer paso a nuestro latín lover residente, MrK, que rápidamente comenzó a endulzarle la oreja a la chica más cercana. Lamentablemente, por más rápido que fue, ellas lo fueron más y para cuando nos quisimos dar cuenta habían conseguido atravesar los 5m repletos de gente que había hasta la puerta. Sospechamos que debió ser porque se acercaba la hora en la que sus carruajes iban a convertir en calabazas... sincronizadas con el resto del bar que de alguna forma empezó a desaparecer a marchas forzadas hasta que decidimos que ya eran demasiadas emociones por un día y nos fuimos a dormir. 

Sorprendentemente al día siguiente no me desperté sólo, sino que dormí toda la noche con esa mujer tan querida y facilona llamada Resaca. Afortunadamente, Mr Ja es un sabio conocedor de la medicina milenaria desarrollada en el sur de España contra la resaca, y lo solucionó rápidamente con un combo desayuno de cocacola y paracetamol. MrK decidió que la mejor forma de combatir la resaca era sustituir el paracetamol de la receta anterior por ron... varias veces (culpa mía que me pidió dibujitos y le puse Planet Hulk, que tiene una duración suficiente como para que entren varios). Le debió funcionar porque no la tuvo esa mañana. El caso es que , desayuno continental mediante (evitando el anterior sitio con la camarera española a la que no llamé), llegaba el momento comprometido de tener que enseñar a mis invitados algo de Bristol, lo que sospechaba me iba a llevar aproximadamente unos 5 minutos. Como tras contactar con el ayuntamiento de Bristol, estos han decidido no subvencionar la entrada, se quedan sin publicidad y vosotros con el misterio. Sólo diré que subestime el nuevo y desarrollado sentido arácnido káiquico. 

Reconstrucción de los hechos. Incluso han calcado la flor que llevaba en el pelo.

¿Que qué es eso? Es la capacidad de MrK para detectar tiendas de ropa y analizarlas para descubrir gangas (no puedo negar que es eficiente). Así que nos pasamos gran parte del día de compras por Bristol, yendo en zigzag de una tienda a otra siguiendo el sentido káiquico. Lo que está bastante bien, ya que descubrí unas cuantas tiendas con muy buenas ofertas en las que no habría entrado por voluntad propia ni loco. A mis amigos también debieron de gustarles porque entre los dos se han llevado de vuelta entre 250 y 300 libras de productos. Además, MrJa decidió enseñarme que incluso llevando bolsas en la muñeca es capaz de humillarme jugando al futbolín haciendo exhibición de las técnicas de la escuela andaluza de fútbol de mesa (y  para que nos quede claro a nosotros y a vosotros, queridísimos lectores: Sus nuevas deportivas molan mogollón).

Cuando ya cerraron las tiendas y se hizo de noche nos volvimos para casa a dejar el botín de guerra (y lo que MrK llama "calentar motores"). El malvado MrJa me inició en el arte del vodka con zumo de limón... y digo malvado porque eso me va a obligar a comprar mucho mucho limón si quiero acabar con tanto vodka antes de volverme a España (con el añadido de que está bastante bastante bueno). Y así sin más, los depredadores estaban listos para volver a salir a la noche a cazar. Y nosotros también salimos procurando no cruzarnos con ellos no vaya a ser que nos viesen con ojos golosos que ninguno estamos esqueléticos (aunque ha sido un viaje en el que MrK no se ha metido APENAS con mi peso, ¡wohooo!). 

Pero primero nos fuimos a resolver el tema cena. Volviendo a caer en el anterior error de ir a un hindú. Lo cual me volvió a dejar lleno. Lo que ha hecho que hoy no tuviera resaca (lo que está bien, he de admitir). Y así es como comenzó lo que llamaremos: La noche de los truenos. Y no es porque lloviese (que no lo hizo), sino porque MrK decidió que esa noche iba a ensayar para poder tocar todas las obras clásicas (Wagner, Mozart, Beethoven...) pero utilizando sólo instrumentos de viento. Un verdadero concierto digno de oírse (no tan digno de olerse sin embargo). La parte buena de esa noche es que reconocía las canciones (debía ser la noche temática: Back to the nineties!). En los garitos en los que estuvimos escuchando versiones bakalachungas de Thriller y cosas así. E incluso cuando volvimos al Lizard Lounge, a pedirle a Manolo que nos hiciese el salto de la rana, nos pusieron música reconocible. Aunque nos sacaron de la pista de baile poniendo canciones de Britney Spears o de los Backstreet Boys (y no es como si ALGUIEN se supiese la letra de ambas, que no estoy diciendo que lo hiciera....). 

Su mejor pieza, especialmente a partir de aquí.

En cualquier caso, esa noche decidí que iba a hacer caso a mi amigo Hitch y a delimitar mi espacio. Curiosamente funcionó, ya que conseguí llamar la atención de dos féminas que no paraban de mirarme y señalarme, y que cuando procedí a esconderme hacerme de rogar, se vinieron a nuestro lado a bailar. Lamentablemente no parecieron ser demasiado amantes de la música clásica ya que no supieron apreciar el sutil arte que demostró MrK al interpretar la cabalgata de las Valkyrias (DISCLAIMER!!: Obviamente hay mucha parte exagerada en la historia para hacer comedia. Quiero decir, ¿de verdad alguien se ha creído que me podían haber estado mirando y señalando a MÍ?). Finalmente MrK decidió que mejor nos volvíamos a casa porque me iba a dejar un regalito extra (aquí diré que yo estaba un poco cansado del día anterior, gracias a mi insuperable capacidad de despertarme con el menor rayo de sol, así que lo agradecí bastante). Lamentablemente para él, en ese momento pusieron esta canción, y MrJa y yo nos vimos obligados a quedarnos y demostrarle a toda la chavalería cómo se canta esa canción. Es decir, MrJa siguiendo la letra original, y yo haciendo un match up con la conocida canción nananana (es decir, algo del tipo: "Jeeeeeeeeelousy, nanananananana, alibaaaaaaaaaaaiiiiiiiiiii"). Ante la incómoda mirada del resto del bar cuando acabó la canción, decidimos dejar de ser crueles y llevar a MrK hasta su trono.

Y hoy ha sido más bien tranquilito. Por fin he conseguido amortizar mi Street Fighter IV (cuasi invicto campeón, muhahahaha). Hemos paseado un poco por las pocas cosas que les faltaban por ver. En un alarde de compresión que ya le gustaría al señor Zip han conseguido meter todo en sus mochilas (y yo tener que tirar mogollón de cajas a la basura). Y finalmente les he llevado hasta la estación de autobuses, logrando despedirme sin llorar (que soy mu sensible, ¡no os metáis conmigo!). Y luego me he vuelto a lidiar con el nuevo amigo que MrK me ha dejado.

Esta noche me va a preparar mi cena. Y ha limpiado. ¡¡Es todo un señor!! (un señor mojón)

Perdonad el troncho (como si no estuvierais ya acostumbrados), pero no me parecía bien partirla (por no encontrar ningún lugar adecuado donde hacerlo y no olvidarme de los momentos). Sólo decir (lo último, true story!), que espero que ellos se lo hayan pasado tan bien como me lo he pasado yo.

PS: Sí, no hay fotos de estos días. Primero porque MrJa se ha dejado la cámara en la maleta, y segundo porque yo no creo en sacar fotos de la gente (o de tener que editarlas para ponerles caritas :p)

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