miércoles, febrero 09, 2011

Being for the benefit of Mr. K (III)

Reanudamos la retransmisión del viaje de los dos capu... de nuestros intrépidos vagabundos. Lo habíamos dejado en la noche en Exeter, así que parece justo continuar por la mañana en Exeter (por aquello de la continuidad y tal, pero como habéis podido comprobar, eso no suele ir conmigo).

Estuvimos unas dos horas de paseo por Exeter y la verdad puedo decir, que tiene incluso menos cosas que ver que Bristol... Sí, yo tampoco me lo creía, pero es cierto. Resultó que habiendo visto la zona de marcha, ya vimos todo lo interesante de Exeter (bueno... quizá "ver" no sea el término más adecuado para la catedral... que era de noche y no había iluminación). La catedral... pues hombre, MrK me llamará bárbaro insensible por esto pero... igual que el resto de bloody catedrales de pueblo (que aquí TODOS los pueblos parece ser que necesitaban una). Vamos, imponente y tal, pero no diferente de la de Salinsbury (los de Bristol están acomplejados porque la tienen pequeñita jijiji... la catedral, claro). El caso es que después de ver la catedral nos dimos una vuelta por el resto y no hay nada demasiado interesante... vamos, otro típico pueblo inglés.

¡Ah! ¡Catedrales en obras! Cuanto daño ha hecho "Los Pilares de la Tierra"

Pero sentíamos que este día iba a ser diferente al anterior. Y vaya si lo fue. Para abrir boca, un paseito por Mount St. Michael. Es un castillo situado en una pequeña montaña en una isla, cuyo camino sólo es accesible cuando la marea esta baja. ¿A que mola? A los escépticos que están pensando: ¿pero eso no estaba en Francia?. Sí, también. Mount St. Michael es el hermano pequeño y tonto de Mount Saint Michel. Pero aún así es un sitio digno de verse (y de pagar, que es un pequeño sablazo). 

Eso de detrás es el castillo. Si, nada que envidiar al francés.

Como no queríamos repetir la del día anterior y que nos cerrasen lo que queríamos ver, salimos por patas a nuestra siguiente parada: El fin del mundo. Esta es la zona más al oeste de Inglaterra. Se pagan 5 libras por coche (incluye aparcamiento) y... la verdad es que es un poco mojoncete el sitio. Quiero decir, te cobran 5 libras que pagamos como idiotas pudiendo haber dejado el coche en algún sitio del amplio paraje desértico que rodeaba la punta y haber caminado hasta los acantilados. Eso sí, los acantilados molan, pero no se si merece la pena ir hasta tan lejos (y pagar 5 libras) por verlos. ¿He mencionado ya que te obligan a pagar 5 libras por ir a ver acantilados y pasear POR EL BLOODY CAMPO?.

Vaaaaale... ni es un restaurante ni eso es una toalla, pero es mi scattergories y me lo llevo.

Se nos empezaba a hacer tarde y había que hacer otra parada antes de iniciar el viaje de vuelta. Así que salimos corriendo hasta el "castillo" de Tintagel. Digo castillo entre comillas porque en realidad allí no queda casi nada. Sin embargo, esta excursión merece la pena para ver los maravillosos paisajes (acantilados, sí, si queríais otra cosa no haber elegido Inglaterra). Dicen que es el castillo de Arturo y tal, aunque lo cierto es que estando allí no le daban mucha importancia (vamos, ningún letrero de: este es el retrete en el que Merlín hacía sus mejores aportaciones ni cosas así). 

Una foto del castillo desde el castillo. Nótese la falta de cualquier cosa que uno atribuiría a un castillo como muros, piedra o algo que no sea hierba.

Y así, después de un "día" agotador (eran las 5 de la erm... ¿tarde? ¿noche? ¿ni chicha ni limoná?), decidimos por fin darnos el respiro de ir a comer algo (¡¡algo en hojaldre!!! ¡¡yay!!). Tras un viaje a oscuras por las carreteras inglesas, llegamos por fin de vuelta a Bristol y cenamos... Venga, os dejo que lo adivinéis... ¡FALLASTEIS! En un italiano, alé, que ya estaba bien de patatas y hojaldre. Cansados como estábamos, nos fuimos a casa a dormir... no sin antes tener una interesante discusión de 2h del viejo debate: si haces horas extras como un loco y sin cobrarlas perjudicas a todos tus compañeros versus a mí me da igual porque yo subo como la espuma así.

Y el día siguiente ya lo relaté en la entrada del Ikea. Básicamente madrugar y prepararse por si vienen. No vinieron hasta tarde así que cuando lo hicieron decidimos irnos a comer (y yo decir que habían llegado algo más tarde en el curro). Esta vez habéis acertado, fue algo con patatas. Y así termina la visita de MrK. No es épico, no es demasiado divertido, pero espero que no os hayan entrado ganas de suicidaros o sacaros los ojos. Permaneced atentos a las próximas aventuras de MrK que me vuelve a visitar la semana que viene :) (¡¡ole!!)

¡Ja! ¡Que os pensabais que no ibais a tener foto del hojaldre!

Como nota final, se me ha recriminado que actualizo con poca regularidad (este blog no se toma sus All-bran... ¡blog malo!). Por ello, hago el firme propósito de intentar quizá que salgan entradas los ¿miércoles y domingos?, siempre que no haya nada que interfiera (mi estado anímico, mi inspiración, mis ganas, la regla, el tiempo, una mariposa batiendo sus alas en Pek... Beijing). Básicamente, que seguiré actualizando cuando tenga ganas, pero con el compromiso de que quizá sea Miércoles y/o Domingo :p


2 comentarios:

Carlos dijo...

¡Eh! ¡Mr K sale en una de las fotos!

Deimar dijo...

Tecnicamente, sale en dos :p