miércoles, noviembre 24, 2010

¡Sube de nivel, maldito!

Ya, ya sé lo que parece. Que estoy bajando el ritmo de actualizaciones... que sí, que tampoco estoy escribiendo la historia de La puerta de Ishtar (</publicidad>, ahora con más grupo de jetalibro!!). Pero, pero...!La culpa es de Foly!!!! Ala, ya está, ya lo he dicho.

¿Que quién es Foly? Pues aparte de un buen amigo, mi camello particular y de confianza. Pero de droja de calidad, no os vayais a pensar. Empezó hace mucho dándome una dosis gratuita de bichos espaciales, marines y mucho coreano con unas manos que ya las hubiera querido para sí Lupen III. Pero claro, como todo camello, con la primera dosis te engancha y luego ya no puedes para de pedir. Que si se ha escapado un demonio y sus dos hermanos y hay que meterles de leches en 99 niveles y varios niveles de dificultad, incluida la posibilidad de la permamuerte (con el aliciente de tener que cambiar de ordenador cuando lo tiras por la ventana porque tu personaje nivel 80 se ha muerto por culpa de Timofónica). Que si hay que hacer peleas entre magos que invocan criaturas. Una larga trayectoria en la que he llegado a fiarme a pies juntillas de que la mierda que me proporciona es de calidad. Pero como toda historia de drojas, en algún momento llega el punto en el que la de calidad te destroza.

Su pedido, gracias

Desde luego, parecía el camino natural. Empiezas con una droga blanda. Pues eso, eligiendo entre 6 clases, matando vacas y demonios hasta que tienes la armadura de Tal Rasha y cuando te das cuenta tienes 7 personajes por encima de nivel 90 y a veces incluso te da por competir en el ladder. Pero, ¡ai, amigos!, de repente un día ya no te satisface como antes. Oír el mugido de miles de vacunos muriendo al instante ya no te produce la misma sensación de ser el auténtico Burguer King. Y entonces buscas más de lo mismo, pero mejor. Por un tiempo te intentas contentar con los sucedáneos, pero en su mayor parte son basura.  Así que, cuando tu camello particular llega con una muestra de una droja nueva te dices que, aunque no te ha defraudado nunca, seguro que no es tan buena como la antigua. Y si encima notas que tiene un aspecto un poco raro, con un montón de arrobas, signos de exclamación y haciendo todo por teclado, pues para qué probarlo. Pero te insisten, y te dejan leer las experiencias de otros yonkis como tú, y te dicen que te lo empaquetan todo mejor, en una cómoda pastilla con lacito rosa. Y como eres de voluntad débil, acabas cayendo.

Uno de esos símbolos es un enano con una gran hacha destrozando demonios... ¡True story!

Como la primera vez, intentas informarte un poco: ¿es bueno mezclarlo con redbull? ¿debería moderar mis dosis o es mejor pegarse un atracón al principio? Si quisiese acabarme la droja cuanto antes, ¿que combinación es la más adecuada?. Pero en realidad no existe una respuesta apropiada a esas preguntas (bueno sí, a la primera sí que existe: el redbull debería ser clasificado como un arma biológica y desterrado del alcance de cualquier ser vivo). Así que intentas empezar por lo fácil. Los diseñadores de tu nuevo fármaco se lo han currado y han añadido un compañero a tu primer chute, que te va explicando de qué va la cosa, y enseñándote que muchos de esos molestos comandos de teclado son innecesarios. Así que te dejas llevar, y para cuando te das cuenta ya le has puesto nombre a tu pequeño minotauro berserker (Cuernecitos en mi caso, que soy bastante un poco ñoño). Y cuando se muere por que vas confiado pero resulta que el escarabajo zombie te destroza (si os parece que este viaje es raro, tendríais que haberme visto cuando fui a Amsterdam). Y entonces dices... venga, por otra pastilla no va a pasar nada. Y así nace tu elfo mago, aunque su vida es bastante más corta que la del troll. Y claro, eso no cuenta, no has estado ni 15 minutos de chute. Así que te tomas 3 o 4 pastillas de golpe, estas con forma de sacerdote orco de las colinas. Y así llevo desde el lunes (en el trabajo ya me miran mal, que eso de que aparezcan @ y * por toda la pantalla queda un poco raro, pero de momento les he convencido de que estoy creando el sistema numérico del futuro, usando sólo símbolos).

¡Cómo no vas a amar el juego cuando el generador "aleatorio" saca niveles así! (el color es el del juego, imágen cortesía del camello)

Así que, querido(s) lector(es), las culpas de que no escriba se las podéis remitir a este grupo de malnacidos que crean mierda para enganchar a los ejem... "jóvenes" y a mi camello particular.

PD: Si queréis más droga de calidad, esta también es de la mejor, y es más controlable.

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